Ya expuse en un post anterior que el Ironman de Lanzarote
llegó a mi vida el otoño de 2.010, viendo un resumen de 1h emitido por Canal+.
Por aquel entonces era todo un "kalenji runner", un recién llegado a
las carreras populares, con una espectacular marca de 56 minutos en mi único
10K hasta ese momento.
Sin girarme para comprobar quien era, me pongo a "insultarle":
Contemplé ojiplático y sin apenas parpadear lo que por aquel
entonces consideré una auténtica barbaridad y una locura (NOTA: Hoy os puedo
confirmar amiguetes que, EFECTIVAMENTE, LO ES). Y ya, seguí con mi baloncesto, mis
carreritas a trote cochinero y poco más.
Luego llegó el famoso "no hay huevos", con apuesta
de por medio, esa promesa de terminar un Ironman antes de cumplir los 40, ejecutada en 2.013. Desde entonces estaba cantado que tarde o temprano acabaría en
Lanzarote.
No sé si fue en ese 2.010 o un poco después cuando hablé de
Lanzarote con Juanjo López, el primer "Lanzarote Finisher" que
apareció en mi camino. Con Juanjo me llevaba dando de leches 6-8 años bajo los
tableros de la liga municipal de basket de Las Rozas. Un
amigo-rival de los de zurrarnos en la cancha y luego tomar cervezas juntos
terminado el partido.
Gran tipo Juanjo.
Un día le cuento eso de que quiero hacer un Ironman y me
dice que él ha hecho Lanzarote. Me relata su experiencia e inmediatamente pienso:
"Hay que estar gilipollas, no me jodas". Lanzarote
NO, NEIN, EZ, NI DE COÑA.
Finalmente se cruza también en mi camino Rafuky y acabo en
Lanzarote mucho antes de lo que yo pensaba, esa historia ya la he contado
también.
Este pasado miércoles, 18 de mayo, espero ansioso e
intranquilo que salga mi vuelo destino a Lanzarote, junto con mi particular
"grupo de fans", Xilbi, Iker, Natalia, Shandra y Ruth.
En mi nervioso pasear de aquí para allá esperando a que
abran el embarque me topo de repente con un grandullón...
!! Qué pasa Dani!!
!!Juanjo...!!
Se cierra el círculo. Juanjo vuelve a la Isla del Viento.
Dani va a experimentarla por primera vez...
...y vaya experiencia, SEÑORA.
Sí, conocía ya la isla de Lanzarote. Sí, sabía que hacía
mucho viento. Sí, podía imaginarme lo que sería correr una maratón a las 4 de
la tarde por el paseo marítimo de Puerto del Carmen. Pero que va...es mucho
PEOR.
No me entretendré en muchos preliminares y agradecimientos, sólo diré que han
sido 5 DÍAS MARAVILLOSOS en compañía de "mi gente", 5 supporters
absolutamente geniales, que han aguantado y comprendido pacientemente mis
nervios, mis desvaríos, mi mal humor en ocasiones, y que, sobre todo, han
compartido MI PASIÓN Y MI LOCURA. Sólo así se entiende que se hayan pegado una
paliza de miles de kilómetros, con los consiguientes eurillos invertidos,
madruguen conmigo, sufran conmigo, lloren conmigo y, finalmente, rían y griten
de alegría conmigo. Sólo así se entiende que una vez acabada este increíble
historia me digan...¿CUÁNDO Y DÓNDE ES EL SIGUIENTE? NOS APUNTAMOS.
No me olvido de César, Gretel e Isabelita, que se
"dieron un salto" desde Tenerife sólo para venir a verme.
No me olvido tampoco de mis compis de entreno de este reto
ROAD TO LANZAROTE 2016, el grupo absolutamente genial de mis nuevos amigos del
triatlón Las Rozas. Luego iremos con ellos, como co-protagonistas de un sueño
hecho realidad.
No me puedo olvidar de mucha otra gente que ha estado
apoyándome y animándome todos estos meses. TriSagras, Atléticos donostiarras, con Aitzol y Lekue aportándome su conocimiento experto de la isla y de la prueba,
Ivanes, Txemas y muchos, muchos amigos que me siguen, animan y muestran su
cariño personalmente y/o a través de RRSS.
GRACIAS A TODOS, DE CORAZÓN.
Reconforta y sirve también de revulsivo, en los muchos malos
momentos que hay en un Ironman, saber
que hay tanta gente que te sigue. No les puedes fallar, tienes que llegar a
meta como sea, Fonseca.
Antes de ir al grano con la crónica dejadme que vaya con los
días previos, nos situamos en el jueves 19, dos días antes de la prueba:
Por la mañana visita al club La Santa a pillar el dorsal,
aquí ya se me empieza a encoger el estómago, esto va en serio, amigo.
Comida en El Golfo
con Pardo y Gaspar y corriendo a Puerto del Carmen para recoger la bici, que viene
en camión y barco desde Madrid. Decido probar que todo estaba en regla, de modo que vuelvo pedaleando sobre mi BeBe hasta el hotel en Puerto Calero. 15-20 minutos, pensé.
Fueron 30-40, no lo sé. Horribles, infernales, luchando contra un viento
salvaje, peligroso y desesperante. Llegué al hotel llorando, literal. Iker, que
me acompañaba siguiéndome en la furgoneta de alquiler, me mira al llegar, no
dice nada y baja la cabeza. No hace falta hablar.
"Me voy a cagar el sábado, Iker"
Ya he visto, dice Iker con media sonrisilla nerviosa. Venga,
ánimo.
Cogemos los neoprenos
y nos vamos los dos a nadar de nuevo a Puerto del Carmen. Recupero la sonrisa
comprobando lo suelto y fácil que nado entre...tiburones. Sí, sí, tiburones, no
muy grandes, de 1m o así, de esos que se camuflan en la arena del fondo, pero
tiburones, tío, tiburones. Iker pega un salto cuando le señalo uno...
¡NO ME JODAS! Exclama un sorprendido Iker.
Salimos de allí braceando y pateando el agua en un gesto
divertido y nervioso a la vez.
El viernes, víspera del Ironman trato de tomarme todo con
mucha calma. Toca dejar la bici y las bolsas de transición. Se respira
auténtico ambiente Ironman, y sí, es diferente, es especial.
Encuentros con amigos, paseíto por boxes cotilleando las
bicis del personal, las Cervèlo P5 parecen que las regalan con la inscripción,
no me jodas, hay 1.000 (hablamos de bicis de 5.000eur para arriba).
Llega César desde Tenerife, cenita todos juntos y pronto a
la cama. Ruth se va a dormir con sus hermanas para tranquilidad de ambos, jeje.
Duermo bien.
Sábado 21 de mayo. 4am.
Ya estamos arriba todos, todo el material preparado y el
FonsecaTeam se mete en la furgoneta camino de Puerto del Carmen. Dejo que echen
una cabezadita en la furgo y yo voy raudo y veloz a terminar de colocar todo. Más
amigos que me encuentro en zona de transición, como Jordi Piernakas, mi
amiguete catalán. Nos hacemos una foto y nos deseamos suerte.
Se acerca la hora y no veo a mi gente, dónde coño se habrán
metido. Bueno, supongo que ya les veré.
Me coloco en posiciones delanteras, todo lo que me dejan, y
espero nervioso a que den ese bocinazo que tantas veces he visto y escuchado en
la tele e internet.
MEEEEEEEEEECCCCCCKK!!!!
Ya estoy corriendo por la playa, ya estoy intentando hacerme
hueco, ya estoy disputando el...
¡¡.....IRONMAN
DE LANZAROTE!!
AGUA
La primera boya está muy cerca, 200 metros, pero
sorprendentemente recibo muchas menos leches de las que esperaba. Me han ido
echando hacia la derecha, pero vamos, apenas si me he peleado. Braceo rápido y
voy muy concentrado en lo que hago. Si me tocan los pies bato el agua furioso
pero intentando mantener la calma. No quiero mirar el Garmin, pero estoy
llevando un ritmazo, seguro.
La segunda boya está muy lejos y no consigo enfocarla cuando
levanto la cabeza, comienzo a desviarme, y corrijo a izquierdas un poco a
ciegas, pero sé que siempre me voy a derechas, así que seguro que hago lo
correcto. En este tramo me voy peleando con una "lady" pecosa con
pinta de guiri, me aparto, se pega, me aparto, se pega, se me echa encima y se
enreda con mis brazos, me dejo caer unos segundos, la agarro por el culo y la
lanzo a la derecha con un amable "veteatomarporc..., reina".
Sigo a lo mío, tercera boya y ya volvemos. Se me acalambra
la pierna izquierda pero no entro en pánico, la dejo muerta un ratito y vuelve
a la vida al poco. Todo controlado.
Llego a la playa, toca "salida australiana" y a
por la segunda vuelta.
Veo a Natalia, nos gritamos y poso para la foto.
Vistazo al Garmin, 33minutos, bien, 2.200 metros, mal.
Intento esta vez pegarme a la corchera de la izquierda que
delimita el recorrido. Menos pelea pero más cansancio. En el segundo
"largo" tras la primera boya vuelvo a las andadas y me voy a la
derecha irremediablemente, pero es que además hay mucha corriente, se nota cada
vez más.
Ya estoy volviendo, poco más de 1.000 metros y el primer
sector del Ironman será mío. El ritmo ha bajado algo, pero sigo suficientemente
entero, escucho ya cada vez más cerca el sonido de la megafonía y se me acelera
el pulso. Braceo furioso, vamos Dani, a tope, hay que darlo todo hasta la
playa.
Piso tierra exhausto y me cuesta la vida deshacerme del
neopreno. El Garmin marca 1:08, joder DE PUTA MADRE. 4.300 metros, JODER QUÉ
GILIPOLLAS SOY, 500m de gratis, soy idiota.
En el pasillo de público hasta la carpa de la T1 localizo a
mi gente, grito y hago el tonto un rato. Buah chaval qué bien me lo he pasado
nadando, ¡¡ha sido increíble!!
Busco mi hueco entre las hamacas con cientos de personas
amontonadas a mi alrededor. Los voluntarios gritando SUNSCREEN!! SUNSCREEN!! Un
poco de por favor señora, no me unte aún de yeso que me pone perdido el casco.
Me cambio entero de ropa, luciendo mi flamante equipación ciclista Orca del
AtSS.
Llega Pardo, nos saludamos y sigo peleándome con la ropa
mojada y los pies llenos de arena.
Cuando creo que estoy listo salgo de la carpa y enfilo el
cuestón que nos lleva hasta las bicis, ahí me doy cuenta de que no me he puesto
los tirantes del culotte, seré capullo. Me despeloto sobre la marcha y recoloco
todo. Pillo la bici y voy a por los 180 kilómetros.
11 minutos de transición. No hay prisa hoy, pero vamos, vaya
tela.
BICI
Primeros metros en bici por la Avenida de las Playas y aún
estoy relamiéndome de gusto del sector de natación. También se me eriza el
vello viendo que estoy en medio de esa recta inicial que tantas veces he visto
por la tele.
Me lo tomo con calma mientras rodeamos y dejamos atrás
Puerto del Carmen. Mi lenta transición me ha incrustado en medio de miles de
triatletas y hay mucho, mucho drafting. Entiendo que en estos momentos es
inevitable, pero coño la gente no se corta nada, van en pelotón cicloturista
con descaro.
Sin prisa pero sin pausa voy adelantando a la peña avisando
de mi posición por la izquierda y poco a poco voy cogiendo ritmo. En la subida
desde Puerto Calero a la LZ-2 primer muro "ventoso". Un maldito falso
llano en subida, y nada, plato pequeño y 12-13kmh. Increíble.
Muchos pinchazos también, vaya forma de empezar, pobres.
Sigo intentando meter ritmo a las piernas pero ya veo que si
me despisto los vatios se me disparan. No llevo ni 10km y ya estoy en 200 vatios
medios, que es el máximo objetivo para toda la prueba. Toca vigilar no pasarme
mucho de ahí. En cuanto veo 300w levanto el pie.
A los 15km me pasa Gaspar acoplado como un avión. Le digo
que se calme, que esto es muy largo, pero seguramente no me ha escuchado, va a
fuego, el tío.
El viento sigue castigando sin piedad, ahora mismo de lado y
teniendo que sujetar fuerte el manillar para que no te eche al otro carril. Da
miedo acoplarse, voy alternando mi posición en el manillar arriba-abajo
acoplado según puedo. Entre el 30 y el 40 toca viento a favor, cuesta abajo y ahí desato toda mi furia, arraso a decenas de triatletas aprovechando la inercia de
mi corpachón, toca disfrutar este tramo que pronto viene la larga y sufrida
subida a Timanfaya, con su archiconocida interminable recta.
Poco antes de Timanfaya veo a los supporters del TriRozas,
Iñigo, Alberto, Maribel mi entrenadora y resto de familiares. Les pego una voz
y me reconocen. Poso para la foto de Iñigo, que dispara cámara en ristre.
Voy sudando la gota gorda. Mi super casco galáctico con
pantalla panorámica no deja pasar una gota de aire, voy chorreando litros y
litros de sudor. Un guiri se da cuenta y me dice que le dé la vuelta a la
pantalla...déjate que seguro que en el intento se me cae la pantallita y la
liamos, que son 80 pavos, macho.
Toca ya enfilar a Timanfaya.
En la subida voy regulando y admirando el paisaje de las
llamadas Montañas de Fuego. Acojonante poder montar en bici por aquí, pareciera
que estás pedaleando por Marte. Se me escapan incluso algunas lagrimitas de
pura emoción.
Paso algo de frío en la bajada, y despierto de mi letargo
cuando Rafuky me adelanta al grito de VAMOS FONSECA, !!no me pierdas de vista!!
Dijo que me cogía en Timanfaya y, efectivamente, aquí le tengo.
Espabilo y subo el ritmo. Me pongo a su altura y charlamos
un rato, Sí, ya sé que no se puede ir en paralelo, pero un poco de "charleta" no me viene mal. Le pregunto que viene ahora, se conoce el
recorrido al dedillo y me dice que hasta La Santa, en el 70 es todo favorable.
Pues nada, a ver si consigo aguantarle hasta entonces.
Vamos dándole bastante cera, y me pego un buen susto cuando
UN GILIPOLLAS, de nombre Toni, Toni EL GILIPOLLAS, intenta rebasarme por la derecha, por el arcén y
sin apenas sitio. Toni, eres un IDIOTA DE CAMPEONATO, adelantas por la derecha,
por un arcén minúsculo cuando yo voy pegado a la línea y ni siquiera avisas de
tu posición.
Rafuky menea la cabeza porque me ha visto en el suelo a mí y
posiblemente a él también, porque si me caigo nos vamos al carajo varios en cadena.
Increpo al idiota, el cual asiente se supone que otorgándome
la razón, en fin, que te pires, payaso.
Cuando recupero la tranquilidad vuelvo a aplicarme en
aguantar el fuerte ritmo de Rafuky, gritando en plan eufórico. Rafuky me avisa,
no te flipes Fonseca que queda mucho, queda todo.
Vale, vale, pero hasta ahora "so far, so good" que
dirían los ingleses.
En la Santa Rafuky me suelta, hasta luego Lucas, no sin
antes resumirme que es lo que me queda hasta los temidos Miradores.
Toma nota mentalmente, son 30km "malos" y luego ya
está hecho, según él.
Pues nada, paciencia.
Teguise, kilómetro 90. Llevo la mitad y pronto empieza
"lo chungo". Nos recibe mucho público y busco a mis seguidores entre la multitud, pero no están, vaya por Dios. En
cambio por aquí están otra vez Iñigo, Maribel and company. Nuevos saludos y
gritos de ánimo.
Pregunto a un triatleta autóctono por la dureza de las
subidas. Me dice que el primero, Haría, es el peor, sobre todo en su primera
parte.
No le falta razón, menudos rampones, y el viento te tira
para atrás. En un par de curvas a punto estoy de comerme al triatleta que tengo
por delante, la gente va clavada.
En el 100 una voz por detrás:
"Vamos Dani, que ya estoy aquí".
Sin girarme para comprobar quien era, me pongo a "insultarle":
"Menudo matao estás hecho, ¿me pasas en el 100? yo que
tú me retiraba, vamos no me jodas, eres un paquete..."
Javi Pardo, otro que, según él, me pillaba en Timanfaya.
Otros triatletas me miran alucinados, como se pasa este tío,
pensarán.
Pardo sonríe forzadamente. No me lleva buena cara.
Vete a tomar por culo, cabrón, responde.
Vaya, el tío Pardo no está para bromitas, ¿eh?
Pégate a mi culo y sígueme, anda, me dice. Niego con la
cabeza y le digo que no, que tire, que paso de que me reviente en la subida.
Vamos Pardo, tú dale, y venga, alegra esa cara, joder.
Poco antes de coronar Haría paso a Javi Ramos, del TriRozas,
que está meando. Al poco me pilla y llegamos juntos al avituallamiento
especial, donde ambos decidimos parar unos minutos a reponer fuerzas.
Decimos de bajar juntos y afrontar de igual manera el
segundo mirador. La bajada es chulísima a la par que peligrosa.
En la subida al Mirador del Río Javi parece que se queda, yo
no puedo esperarle, si bajo el ritmo me voy a quedar clavado. Cada uno tiene
que ir a su ritmo, me digo.
Preciosa la subida a este Mirador, que nos recibe con niebla
y frío. Vaya contraste de clima estamos experimentando, o te asas o te
congelas.
Corono ya justito de fuerzas, y me lanzo hacia abajo con
cierta cautela, ya que estando cansado pierdes muchos reflejos.
En una curva me encuentro de repente a Javi Pardo que ha
roto una rueda, me parece oírle, no me da tiempo a detenerme y decido seguir.
Con una rueda rota poco voy a poder hacer para ayudarle, de todas formas.
Voy recuperando algo de fuerzas en la bajada y llegamos a
Tahiche, donde, ahora sí, están Ruth, César, Iker y resto de animadores.
Sonrío, cierro el puño y comunico que voy de puta madre.
Casi me "fostio" al saludar a Iñigo, que también anda por ahí, como
Maribel y demás gente.
Estamos ya en el 140 y queda la subida a Nazareth, que la
hago sin más, es cierto que vamos todos clavados, con el viento totalmente en
contra castigando, pero bueno, son sólo 2 kilómetros, sobreviviré.
Terrible me parece el tramo de asfalto por la Geria.
Tercermundista, horrible, brutal. Se me cae el bote de agua, que descansa ya en
el asfalto junto a varias decenas de otros tantos. Son los 20-30 minutos
peores por los que paso hasta el momento en la prueba. La carretera es peor que
un camino de cabras, y me destroza mentalmente el traqueteo de la bici, parece
que fuera a desmontarse entera, imposible ir acoplado.
El sufrimiento por fin acaba, y nos quedan 20 kilómetros de
temeraria bajada hasta Puerto del Carmen, que hago rozando los 80kmh y tomando
seguramente más riesgos de los debidos, pero es que uno está ya deseando soltar
la bici.
Mi previsión era de entre 7h y 7h30, y cierro el sector
en 7h10, pues otra vez de puta madre. Media de 25kmh...lo que da una idea de la dureza
del tema (En Vitoria el año pasado saqué 32, por ejemplo).
Muy satisfecho de cómo he gestionado mentalmente este sector,
y no era fácil, luchar contra el viento durante 7 horas puede llegar a crisparte los nervios.
Chequeo general de daños según camino por la transición.
Pinta bien, no voy excesivamente tieso. Me he enchufado un Enantyum poco antes
de llegar a la T2, porque el talón derecho y la fascitis llevaban dando guerra
desde el km. 100.
Con muuuuuucha calma me cambio, nuevo despelotamiento integral y cambio de ropa, llega Pardo al poco y me
cuenta que su llanta delantera literalmente ha explotado, y que casi se mata. Le
han dejado una de recambio y ha podido terminar, afortunadamente.
Cuando voy a salir llega también Rafa Hicar y me siento a
charlar otro rato mientras me unto de vaselina, no hay prisa.
15 minutos en la T2, se me ha vuelto a ir de las manos, otra
vez.
MARATÓN
Tanta charla y acabo olvidando el cinturón con mis geles, mierda
puta, ya no voy a volver, la bolsa ya se la han llevado. Imbécil.
Velocidad de crucero 5:20-30 y todo bien, 5km y sin novedad,
en el 6 me pilla Ramos y vamos juntos un buen rato, con Iñigo dándonos ánimos.
También he visto a Ruth y al resto. César me dice "joder, vas muy
bien". Asiento.
La maratón es llana por los cojones, plagada de repechos
tocapelotas que te destrozan el ritmo y el alma.
En el tramo del aeropuerto, del 7 al 11 el viento te machaca
de frente. Poco a poco Javi me va soltando y le digo que tire.
Llego al 11 y media vuelta, el viento me ha destrozado y
empiezo a ir frito, aún así aguanto otro rato.
En el 14 pillo el segundo gel, medio calentorro,
y...comienza la pesadilla.
Mal. Cae a plomo y primeros sudores fríos, ¿a qué me
recordará esto?
Paro a mear y me pasa Rafa Hicar. Vamos Dani, vente conmigo.
Que va tío, tira tú.
Iñigo se da cuenta de que algo no me marcha bien y corre a
mi lado tratando de animarme, lo que pasa es que voy tan "chinado"
que sus ánimos surten el efecto contrario y me están taladrando la cabeza. Se
da cuenta y se calla, venga tío Dani, sigue joder, sigue.
En el 18 empiezo a andar, justo cuando llego a la altura de
Maribel.
Puffff...mala cara...¿el estómago? Sí.
500 metros después estoy vomitando por primera vez.
Entramos en modo "Walking Dead", pronto empezamos.
A cada intento por volver a correr le siguen naúseas y amagos de vómito, así
que vuelta a caminar. Al menos esta vez tengo claro que no voy a retirarme.
Llego a la avenida de las Playas y la peste a comida de
diferentes restaurantes me da nuevas naúseas...otra vez a echar el hígado, vaya
tela.
Media maratón y trato
de volver a correr...nada, no hay manera, ya me he quedado vacío.
Voy cruzándome con la gente, Rafuky, Pardo, Gaspar que viene
andando y la misma cara que debo llevar yo...luego me enteré que acabo retirándose,
cagüenlamarsalada.
Pardo al verme así me dice..."¿pero sigues no?"
Sí.
Vale, vale, asiente y le dejo más tranquilo.
Me encuentro con César y le pido que me compre una cocacola
fría. Cagada, me pongo a vomitar muy en serio y aquí sí veo peligrar el
Ironman., kilómetro 26-27, aprox.
César se asusta y me dice que me voy a deshidratar y que
debo retirarme. Le debo mirar con furia y rabia...pero qué coño dices, NI DE
COÑA, César. Me siento un rato en un banco y espero a pasar el mal rato.
Tiro para adelante y al poco aparece Iker, que seguramente
se ha enterado del "incidente cocacolo" y ya no me abandonará hasta
el final. Le debo buena parte de este Ironman, porque vamos caminando rápido y
conversando para que me distraiga y no mire el reloj. Me va poniendo el altavoz de su teléfono y recibo ánimos de Iván y Luismi, que me dicen que siga y que termine como sea.
No, si lo tengo claro, termino SÍ o SÍ.
Última sufrida vuelta, 10km andando más, qué suplicio, pero
bueno, de ánimos voy bien.
Me cruzo con varios triatletas vascos que al reconocer los colores de mi equipación me animan al grito de "Venga, venga, EUTSI!!" (algo así como aguanta, resiste).
No, si ya, si en ello estoy, pero esto es eterno, oiga.
Me cruzo con varios triatletas vascos que al reconocer los colores de mi equipación me animan al grito de "Venga, venga, EUTSI!!" (algo así como aguanta, resiste).
No, si ya, si en ello estoy, pero esto es eterno, oiga.
He visto a Rafuky y Ramos en sus últimos metros, a Joserra y
a Luis, he visto a las chicas, Amaya y Nieves, no sabía nada de ellas en toda
la prueba, y lo van a conseguir también, GRANDESSSSSSSS. No he visto a Dani
López Almagro, experto en "midnight finishing", pero lo conseguirá
seguro (acabó en 16:49, menudo crack).
Se hace de noche, quería haber llegado de día, pero esta vez
tampoco será. Bueno, lo intentaremos en el siguiente, y si no, en el siguiente
al siguiente, no pasa nada.
Iker va avisando al resto de gente de nuestro lento avance,
y cuando llegamos al 40 decido ponerme a "correr", si se puede llamar
correr a eso que estoy haciendo.
Quiero entrar en meta con Ruth, Iker también se lo merece,
seguramente, pero tampoco me parece adecuado entrar haciendo "el
trenecito". Vale que aquí te dejan, pero tampoco hay que excederse.
A Iker se lo pagaré con un chuletón, que seguramente lo
agradecerá más.
A falta de 200-300m Ruth coge mi mano y enfilamos juntos
recta de meta. Un sudor frío mezcla de emoción y desgaste físico recorre mi
cuerpo.
14h21:40, el tiempo es lo de menos.
Daniel Fonseca, you are an Ironman.
Me pone la medalla de finisher, que tanto me ha costado
conseguir, nada menos que Luc van Lierde, ganador aquí y doble ganador en Kona
en los 90. También saludo a Kenneth Gasque, el "inventor" de esta
salvajada llamada Ironman de Lanzarote.
Saludo, abrazo y doy las gracias a toda mi gente. Muchas
gracias, sois increíbles, muchas gracias.
Estoy contento, he terminado el Ironman más duro del mundo,
según dicen, en una de sus más duras ediciones, según dicen también. Desde luego es lo más
bestia que he hecho hasta la fecha, con diferencia. Aunque también te digo
ahora que mi primer Iberman no le anda a la zaga, ¿eh?, aunque supongo que si lo volviera a hacer ahora no me parecería tan duro, cuestión de percepciones.
Estoy contento, sí, pero obviamente también estoy algo decepcionado. He vuelto a
"cascar" en la maratón. 4 de 4, pleno. Empiezo a sospechar que
esta distancia Ironman es lo que tiene.
Ya dije en la crónica de Vitoria el año pasado que el Dios del Ironman es cruel y te
está esperando para sacudirte en cualquier momento, fundamentalmente en la
maratón, en el km 14 estaba haciendo las cuentas de la lechera de si bajaba o no de 13h y 4 kilómetros después era un muerto viviente.
Qué dura es la maratón del Ironman, cada día tengo más claro
que en este sector está la clave.
Lo volveremos a intentar en julio en Vitoria.
Ahora de momento dejadme que disfrute un poco de esta
medalla de finisher.
Dicen Gordon Haller y Paula Newby-Fraser, primer ganador del
Ironman de Hawaii (ÉL) y 8 veces ganadora de esa misma prueba (ELLA), que
uno no es un Ironman completo hasta que
no hecho el Ironman de Lanzarote.
Pues hala venga, "ea", yo ya lo tengo.
Está muy bien el Ironman de Lanzarote.
No vuelvo.
Enhorabuena Dani, después de unos meses sin pasarme por tu blog, me alegra ver que finalmente has alcanzado el objetivo que te marcaste hace años. Sólo eso debe llenarte de un orgullo brutal, disfruta el momento.
ResponderEliminarHace poco vi el resumen oficial de la prueba y me ha gustado más tu crónica, sinceramente. Aporta una visión más modesta, más real para los somos aficionados. Suerte en tu próximo reto, un saludo.
Hola Edu! Perdona, no había leído tu comentario.
EliminarMuchas gracias!! Por supuesto que estoy orgulloso!! Me hubiera gustado acabar mas "decentemente", pero bueno, era lo que había, supone gestionar las diversas crisis y acabar IM LANZAROTE!! (cada vez que lo pienso se me eriza el vello).
Ahora a ver si, por lo menos, el FULL Vitoria triathlon me sale igual (aunque uno siempre espera hacerlo mejor, ya sabes).
Saludos y ya iré contando por aquí...
;)