Esta vez voy a empezar la crónica por el final, mira tú por
dónde.
Y es que la anécdota de este triatlón del pasado domingo 26 de julio, ocurrió precisamente
cuando ya me iba para casa, tras disputarlo por tercera vez en otros tantos años.
Veamos, estamos llegando al coche Carlitos, del triatlón la
Sagra, y yo. Cansados pero contentos ambos del resultado. Se para un coche a mi
lado y baja la ventanilla un chico:
“¿Perdona, eres Dani Fonseca, verdad? El del blog de
triatlón…”
Pues sí, yo mismo, supongo.
“…Es que me había parecido verte antes por aquí y quería
aprovechar la ocasión para saludarte y decirte que sigo tu blog y que me parece
muy interesante. Eres una gran esperanza para los gorditos… (sic)”.
Me quedo ojiplático y seguramente más rojo que un tomate. Lo
de los gorditos no sé cómo tomármelo, el tío gordo no parece, no sé, sólo le
veo la cara y medio cuerpo a través de la ventanilla. Y no lo dirá por mí ¿no?
Coño, hace tiempo ya que dejé de ser “gordito”, si estoy en el chasis…
En cualquier caso, me lo tomo con halago, gordito o no, es
la primera persona “no conocida” que reconoce leer mi blog, y me halaga. Cierto
es que alguna vez he recibido algún comentario en el propio blog de gente que
no conozco, pero es la primera vez que le pongo cara a uno de mis lectores.
Le doy mil gracias por el comentario y le pregunto su
nombre.
Diego.
Pues nada Diego, que sepas que me has alegrado el día. Me cuesta horrores muchas veces encontrar las ganas de ponerme a pensar y
escribir gilipolleces sobre "el triatlón y la madre que lo parió". Y un simple
comentario como ese hace que incluso me “sienta obligado” a seguir escribiendo.
Siempre he defendido que esto lo hago para mí, como herramienta de
automotivación en este duro trayecto camino del 1er, 2do o noveno Ironman, que
nunca sabe uno dónde acabará la cuenta. Pero si encima alguien te lee, ¡pues
mira tú qué bien!
Y con una sonrisa tonta hice conduciendo todo el camino de
vuelta a casa, preguntándole constantemente a Carlos…¿no estoy gordito, no?
En fin, bromas aparte, vamos con la crónica del III Triatlón
de Valmayor, by Ecotrimad.
Madrugón, ya se sabe lo que toca cuando uno tiene que ir a
Casadios y el tri empieza a las 8.15am
Preparamos todo y pedimos que nos hagan la foto previa, aún
con cara de dormidos.
Así aprovecho y luzco los colores del club, ya que luego les voy a “poner los cuernos” y nadar con el mono antiguo, ya que únicamente tengo el 2 piezas del AtSS y aquí se nada sin neopreno.
Intentar nadar con el top es exponerse a pelearse con la prenda los 750m del primer sector, y nadar sin el top y luego intentar ponérselo con el cuerpo mojado tampoco es una opción. Luego Isma me dijo que él suele en esos casos llevar el 2 piezas debajo de un mono cualquiera, que se quita rápidamente en la T1. No se me había ocurrido, probaremos la próxima ocasión.
Así aprovecho y luzco los colores del club, ya que luego les voy a “poner los cuernos” y nadar con el mono antiguo, ya que únicamente tengo el 2 piezas del AtSS y aquí se nada sin neopreno.
Intentar nadar con el top es exponerse a pelearse con la prenda los 750m del primer sector, y nadar sin el top y luego intentar ponérselo con el cuerpo mojado tampoco es una opción. Luego Isma me dijo que él suele en esos casos llevar el 2 piezas debajo de un mono cualquiera, que se quita rápidamente en la T1. No se me había ocurrido, probaremos la próxima ocasión.
De modo que ruego el perdón e indulgencia a mis compañeros y
patrocinadores del Atlético San Sebastián. Mi compromiso con el club es
absoluto, ya se sabe, pero esta vez primó la comodidad…
Como he hecho en veces anteriores, sugiero a Carlitos nadar
los 200-300m que hay entre la zona de meta y la zona de salida de la natación,
a modo de calentamiento.
Me encuentro bien, relajado, y decido salir MUY delante.
La salida tiene lugar con algo de retraso porque un “capullo” del Clavería
insiste en adelantarse unos metros con bastante descaro, ante el enfado de los jueces,
llegando el individuo en cuestión a enfrentarse a ellos e increparles. Un “flipao”,
vamos. Las ganas de salir delante se me pasan a mí rápido, justo en el momento en el
que algún…competidor…por no decir otra palabra que empieza con “C”, me hace
saltar las gafas por los aires. Momento crisis en el que casi pierdo dichas
gafas, cogidas al vuelo de milagro. Por supuesto soy arrasado por todo “quisqui”.
Recupérate, elimina la ansiedad y sigue nadando, Dani.
Después del incidente con las gafas, en el que fácilmente se
me ha podido ir un precioso minuto, nado bien, con rabia y con ganas. Pese a
que el tiempo ha sido malo, casi 15min, parece que no he salido muy atrás, hay
muchas bicis aparcadas aún.
Hago una transición yo creo que decente, pero luego resultó
que no fue tal, ya que Carlitos, pese a salir detrás de mí del agua consiguió salir por delante tras la T1…y ya no hubo forma de echarle mano.
La bici fue una constante pelea por pillar grupo, aunque fue
una lucha infructuosa, acabé desfondado y casi siempre rodando solo, viendo con
frustración como Carlitos y su grupo me metían cada vez más tiempo, de los 20
segs que calculé en la primera vuelta a más de 2 minutos en la tercera y última. En fin, en distancia
sprint lo de pillar un buen grupo y aguantarlo se antoja fundamental, y yo no lo
logré. A pesar de todo hice una bici rápida, la más rápida de las tres
ediciones en un circuito idéntico. No puedo estar contento, pero me dejé la vida sobre la bici.
T2 rápida, ésta sí. Salgo a correr fuerte, siempre por
debajo de 4’30”, incluso en las subidas de este duro sector con mucho tobogán
rompepiernas. Adelanto a mucho rival, y eso me da ánimos, y sigo apretando todo
el rato, menos en los 200m finales en los que veo que ya no pillo a los de delante
y no tengo a nadie por detrás. Parcial de 21’00”, que no está mal (aunque en
2013 lo hice unos segundos más rápido, según luego comprobé).
Total 1h17’14”, bajando en casi 3 minutos el tiempo del año
pasado (1h19’59”). Pues bien, objetivo conseguido. Vamos a por una birra,
aunque no sean ni las 10 de la mañana.
Buen tri, cada vez me gusta más. No es circuito de bici y de
carrera a pie especialmente bonito (el agua sí, nadar en Valmayor con El
Escorial al fondo es un lujo), pero los chicos de Tactika/Enphorma Triatlón le
ponen mucho cariño y buen hacer. El día que cambien el circuito a pie de
Ecotrimad se salen…
Aprovecho el rato “post-meta” y bromeo con Ramiro, uno de
los encargados de la organización de este triatlón y también de Ecotrimad. Ya
nos “enzarzamos” en una discusión sobre el tema “Ecotrimad” en una barbacoa en
la que coincidimos este verano en casa de Luis, mi entrenador. Realmente no fue
una discusión, simplemente le dije que mientras el circuito a pie fuera un
camino de cabras “este menda” no volvía. Ya comenté en el post de Ecotrimad que
me daba rabia, porque en mi opinión la carrera a pie desmerecía el resto de la
prueba, que me sigue pareciendo espectacular.
Ramiro me promete “novedades” para el año que viene, así que
veremos que sorpresas nos tienen preparadas, espero que sean buenas y no lo
endurezcan aún más. Buen tío este
Ramiro, a ver si coincidimos el año que viene tomando parte en algún triatlón,
resulta que este año hicimos el HALF de Pamplona, dos gigantones peleándonos ambos contra
el “huracán” que nos azotó ese día (Ramiro es grandote, casi tan alto como yo,
pero más fuerte).
Recogemos las cosas y recupero las gafas de sol que había
perdido, hoy es mi día de suerte. Aprovecho y doy las gracias al compi del Bikes401 que las encontró y
gracias a Quino, que me las reintegró. Última fotito, encuentro con mi lector
Diego y hala, para casa, otro buen triatlón que anotar en mi hoja de servicios…
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