Toca parar. Definitivamente no puedo seguir corriendo, al
menos de momento. Mi famoso “espolón de Haglund” no deja de dar la lata y he
decidido hacer un alto en el camino y tratar de curármelo. Está claro que las cosas no se
solucionan solas, y el tema iba cada vez a peor.
Da rabia, porque dejando aparte estas molestias (bueno, hace
tiempo que dejaron de ser molestias, últimamente era dolor del bueno),
físicamente me encontraba como un toro, especialmente corriendo, disciplina en
la que me sentía verdaderamente fuerte. He ido dilatando en el tiempo y
postergando el atacar y solucionar de una vez por todas el problema porque no
quería perder el punto de forma que tanto trabajo me ha costado crear en 2013,
así que tras el Ironman decidí extender la temporada hasta la Behobia, y
después de ésta llegó el 10K de Aranjuez de finales de diciembre y mi intento (fallido) de
hacer sub40 en la distancia. No acababa de terminar la carrera de Aranjuez y ya
estaba inscrito en la media maratón de Getafe, donde quería acercarme a la 1h30
como tiempo objetivo, y entre medias participaría en el duatlón cross de
Illescas, junto con mis compañeros del club…
El caso es que por una cosa o por otra no ha habido
pretemporada como tal, he estado siempre liado preparando la siguiente carrera,
la siguiente prueba, y mi pie ha dicho “basta”. O mejor dicho he sido yo el que
ha dicho “BASTA”, por lo menos en lo que al “running” se refiere. El dolor ya
era insoportable, cada vez que intentaba salir a correr me daban como calambres
en el talón, tipo espasmos y/o descargas eléctricas y corría el riesgo de
romperme definitivamente, y nada menos que el tendón de Aquiles, y eso significaría
mandar a tomar por saco todo el año 2014, y quién sabe si incluso algún año
más. Creo que afortunadamente mi pie me ha ido enviando mensajes del tipo “macho
para ya, que la vas a cagar del todo”.
Así que no hubo ni duatlón de Illescas ni habrá media maratón
de Getafe. Dejo la carrera de momento, hasta que tenga un diagnóstico claro y,
sobre todo, una posible solución a mi dolencia. Mientras tanto seguiré nadando
y montando en bici, así como haciendo entrenamiento de fuerza siempre y cuando
no perjudique mi recuperación. Ejercicios de fortalecimiento de la zona
afectada, como “excéntricos” y de “propiocepción”, está claro que me ayudarán
en mi recuperación. El Insanity, que es más cañero, probablemente también lo
tenga que aplazar.
Sólo me queda confiar en los tan famosos beneficios del “entrenamiento
cruzado”, que básicamente se resumen en que todo lo que haces en una o varias
disciplinas te sirve como entrenamiento para otras, lo que se traduce en que
cuando nadas o haces bici eso te sirve en la carrera, y viceversa. Así que toca
cruzar bici y piscina, piscina y bici, y cruzar a su vez los dedos para que ello me
sirva para no perder la forma demasiado en lo que a correr se refiere.
STOP & GO. Para evitar males mayores. Luego, ya veremos…
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