viernes, 7 de junio de 2013

EL COMENTARIO

No quería terminar la semana pasando por alto “El Comentario”. Éste surgió en la salida ciclista que nos marcamos el pasado domingo Óscar, Rober, Alfredo y “servidora”.
Aún dándole vueltas a la cabeza a mi retirada del día anterior, decidí unirme a la salida que mis tres compañeros habituales de fatigas ciclistas habían organizado por las carreteras de nuestra zona de residencia, esta vez partiendo desde Navalcarnero. Para que Rober y Alfredo se fueran habituando a la “alta montaña” se incluyó en el recorrido la subida a Chapinería desde Aldea del Fresno. Óscar y yo ya la habíamos “disfrutado” unos meses atrás, y la verdad sea dicha, no es nada del otro mundo, pero aquella primera vez yo estaba muy “verde” aún y sufrí bastante en los 10km de subida, aunque ahora,  con la perspectiva que me da la experiencia de hace dos semanas subiendo Canencia y Cotos, lo de Chapinería no es más que una simple “tachuela” en el recorrido.



Salimos de Navalcarnero y enfilamos hacia Villamanta y Aldea del Fresno, comenzando con una fuerte bajada en la que para ir despertando al personal desato las hostilidades y me lanzó en plan kamikaze cuesta abajo. Primera bronca de Óscar, que dónde voy así a lo loco, que “éstos” no nos siguen, que ya sabes que se acojonan en las bajadas y tal y cual…
“Que espabilen”
Desde Villamanta a Aldea del Fresno me relajo, rodamos en grupo los cuatro y por primera vez desde que comenzamos a salir hará 6-8 meses lo hacemos bien juntitos, como hay que hacerlo. Antes me quedaba yo atrás porque no aguantaba el ritmo o Rober porque no le gustaba ir tan pegado. Este domingo parecíamos “pros” de verdad.
Una vez en Aldea comenzamos la ascensión hasta Chapinería, personalmente yo con algo de respeto, ya que recordaba que no lo había pasado nada bien la primera vez.
Pues vaya mierda de subida, esto no es nada, lo recordaba mucho peor. No creo que ninguna rampa llegara al 5%, lo dicho anteriormente, una “tachuelilla”. Una vez arriba voto por volver a bajar a Aldea del Fresno y desde ahí girar a la derecha hasta Villa del Prado, para desde allí ya regresar a Navalcarnero. Mentalmente calculé unos 80km totales, de modo que erré por poco, ya que finalmente salieron 77km. Nuevamente en la bajada desde Chapinería hasta Aldea me tiro a darlo todo, el que pueda que me siga. Hasta el último kilómetro no me alcanzan (ya había aflojado, por supuesto). Recuperamos pulsaciones y nos lo tomamos con tranquilidad hasta Villa del Prado, paradita a tomar pincho de tortilla y cocacola y de vuelta a Navalcarnero.
En el camino de vuelta seguimos bien agrupados, normalmente Óscar y Alfredo encabezando y Rober y yo “a la expectativa”.  Ahí es cuando me empezó a rondar por la cabeza que seguro que vendría “El Comentario”, así que yo a la cola del grupo y reservón, por si acaso.
Es lo que tiene conocer a la gente, sobre todo a algunos, como si los hubieras parido.
De Aldea a Villamanta decido tirar yo, paso adelante y Óscar que me avisa:
“Pero no cambies el ritmo, mantén la velocidad que llevamos…”
Miro el velocímetro y vamos a 26-27kmh.
Una mierda, vamos a tensar un poquito la cuerda y medir fuerzas, pienso. Sólo un poco, que no se note mucho. 29-30kmh y yo tirando, con Alfredo a mi lado en paralelo. Es superior a él, no sabe o no quiere ponerse detrás, quiere estar siempre atento a todo (menos a los obstáculos en la carretera, porque cuando va él delante no avisa de ninguno, el muy…). Óscar le advierte, pero Alfredo hombre, ponte detrás de Dani, que es muy grande y te tapa todo el viento. Y Alfredo que replica:

"Joder, si me lleva con la lengua fuera, si me pongo detrás se me escapa...".

Pues por eso mismo majete, ponte detrás de mí y verás cómo vas más fácil. Nada, no hay manera.
Atravesamos Villamanta y comenzamos el falso llano en subida y fuerte subida final a Navalcarnero. Vuelvo a cola del grupito, porque en esa subida final es donde yo espero “El Comentario”.
No ha hecho nada más que empezar la subida final, no llevamos ni 30 metros y Óscar suelta…
EL COMENTARIO:
“Bueno Dani, sigues ahí detrás o ya te has quedado, como siempre…”
¡LO SABÍA! Te estaba esperando, otro que no se puede estar calladito. Resulta que en esa subida sistemáticamente yo me quedaba atrás cada vez que hacíamos esta ruta u otra parecida con final en Navalcarnero, tenían siempre que esperarme a la entrada del pueblo.
Te estaba esperando.
“Sigo aquí Óscar, es más, te voy a atacar…”
No ha terminado Óscar de responder “Pues venga” cuando suelto el hachazo. Sin levantarme del sillín pero habiendo bajado previamente varios piñones no tengo más que aumentar la cadencia de piernas y les paso a toda velocidad, llego a la altura de Óscar, le sonrío y ahora sí, me levanto con rabia, agarro el manillar con furia y tiro para arriba con fuerza.
Dani atacando en una subida, quién lo iba a decir.
No miro atrás, no malgasto fuerzas en girar la cabeza, pero al rato veo la sombra de una bicicleta a mi espalda. Bueno ya está aquí, es Óscar seguro, “pero te ha costado cogerme, eh?...”.
“Muy bien Dani, muy bien, te veo fuerte, pero hay que guardarse fuerzas para ÉSTO!!...”  y me devuelve el hachazo en el penúltimo tramo de ascensión. Me pasa también Alfredo, comenzamos un tramo de llano, en el que recupero fuerzas, paso otra vez a Alfredo y llego hasta Óscar, le vuelvo a superar  y ya entrando en Navalcarnero firmamos la tregua, nos miramos, sonreímos y damos por terminada la batalla.

Su orgullo de 30 años de ciclismo en sus piernas le va a impedir reconocerlo abiertamente, lo entiendo, yo haría lo mismo si Óscar me sorprendiera jugando por ejemplo al baloncesto, pero hoy le he demostrado que estoy a su altura, que Dani ya no se va a quedar colgado en las subidas. Es normal, me estoy machacando mucho y tengo que haber mejorado por narices. Pero mola saber que ahora podemos luchar de igual a igual. En Cotos hace dos semanas Óscar cometió un error, dio signos de debilidad y me hizo saber que él también es mortal, y que la diferencia “teórica” entre ambos se había esfumado. Bien, a partir de ahora las salidas ciclistas van a ser más que interesantes.
Sabía que ibas a hacer EL COMENTARIO amigo, vaya que si lo sabía…
Por lo demás, tengo que empezar a anotar mis entrenamientos en una hoja de cálculo o similar, a ser más metódico y organizado, porque sinceramente, no recuerdo cómo y qué entrené la semana pasada. Prometo compartir con exactitud mis entrenamientos a partir de ahora.

Buen fin de semana a todos, queridos lectores.

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