sábado, 9 de septiembre de 2017

KMD IRONMAN COPENHAGEN 2017

No sé qué tipo de crónica escribir, la verdad. Temo decepcionar a mi legión de seguidores (modo irónico: ON), porque intuyo que el relato no será especialmente divertido, no he incurrido en las habituales “fonseki-globeradas”, tampoco me han ocurrido terribles desgracias…no sé, ¿será emocionante, emotivo?...a ver, todo Ironman lo es, son 226kms de pura emoción, pero tampoco es que haya visto pasar mi vida por delante. Como bien dice el amigo Iván Tejada, como el 1er Ironman no hay ninguno, por aquello de enfrentarte a lo desconocido, por no tener ni pajolera idea de lo que viene 1 minuto después.



Hablamos de la sexta vez que tomo la salida y supongo que cada vez es algo menos sorprendente y más previsible, no tiene por qué ser malo, al contrario, te permite manejar cada vez mejor cada situación.
Empezaré por el final, soy FINISHER del IM Copenhague, finisher por cuarta vez de un IRONMAN, y soy un finisher FELIZ, oiga. Frustrado, sí, decepcionado, también, no voy a negarlo, pero, sobre todo, eminentemente feliz.
Una imagen, o mejor dicho, DOS imágenes, valen más que mil palabras:



Compárese el careto que luzco en una y otra foto…
¿La diferencia?
Alguno dirá…tu mujer no sale en la segunda foto…
Pues no, no es ésa.
La diferencia fundamental es que en Copenhague acabe la prueba CORRIENDO, los últimos 12 kilómetros sin parar, para ser más exactos. Eso no lo había pasado en ninguno de los anteriores. Y por eso parezco, porque en realidad lo estaba, INMENSAMENTE FELIZ.
No vencí del todo al Ironman, maldita y eterna distancia en la que cualquier cosa puede suceder, el estómago volvió a traicionarme, volví a caer sobre la lona, pero esta vez intenté levantarme, una y otra vez, caía e intentaba levantarme de nuevo…otra vez al suelo, pues otra vez lo intento…hasta que al final lo logré. La victoria, a los puntos y por escaso margen, fue para mí, pero sabe DioR que cada vez falta menos para que consiga un triunfo incontestable, un KO técnico aplastante, o lo que es lo mismo, correr la maratón del maldito Ironman de principio a fin.
Llegará, está cerca, sólo tengo que terminar de creérmelo.
A pesar de todo, a pesar de mis enésimos problemas estomacales, a pesar del viento, de la lluvia, de quedarme sin potenciómetro nada más coger la bici, de caminar modo Walking Dead una vez más…a pesar de todo ello…DISFRUTÉ MUCHÍSIMO. No lo sabes de inmediato, has de reposar un poco todo, te has pegado casi 13 horas, bastante más de lo que esperabas, pero esta mierda es lo que seguramente más enganche del Ironman, nunca sale todo bien, difícilmente puedes predecir el resultado final. En distancias inferiores sí, en Ironman yo creo que es imposible que todo salga perfecto. Sale algo mal y se te va 1 hora más de lo previsto.
O a lo mejor es que no hay que prever nada...maldito Ironman, por eso es tan adictivo, el muy cabrón.
Decía que disfruté. Sí, lo hice, durante 12 horas, 44 minutos y 22 segundos, exactamente. Disfruté de los momentos buenos y los momentos menos buenos de la carrera, disfruté de los paisajes, del público, disfruté sufriendo, disfruté incluso vomitando, porque como ya dije en un post anterior, he aprendido a ASUMIR lo que me acontece en cada momento, no sé si esto tiene que ver con el mindfulness que propaga el amigo Rob Smith, pero intuyo que mentalmente soy cada vez MÁS FUERTE.
El agua está fría…PUES VALE.
Hay muchas algas…PUES LAS APARTAS.
Me golpean unos cafres…PEGA TÚ MÁS FUERTE.
Me quedo sin datos de potencia…TE JODES, SIGUE DANDO PEDALES.
Llueve…PUES TE MOJAS.
Hace viento…AGACHA EL MELÓN, FONSECA.
Náuseas…AGUANTA, más náuseas…AGUANTA…BUENO VALE, SUÉLTALO, PERO SIGUE.
Me lo he pasado muy bien, pero no solo en Copenhague, oiga. También entrenando.
298 horas de entreno anteriores en 35 semanas.
Este año he disfrutado mucho entrenando, pero MUCHO, MUCHO. Y si el lector hace las cuentas tampoco es que me haya matado a entrenar. Te sale a 8,5h a la semana, lo que no es ninguna barbaridad, sino todo lo contrario, a más de uno le parecerá poco. Quizá lo sea, no lo sé, es lo que he conseguido sacar adelante. Lo que sí puedo decir es que hay muy pocas “horas basura” en esa cifra, muy pocos “entrenamientos aburridos”. Mucha culpa tiene el CTLR en el escaso aburrimiento este año. Divertidas y extenuantes en ocasiones sesiones en el agua, exigentes entrenos en la pista y el Pinar de Las Rozas, risas y piques, sanos y menos sanos. Salir con la bici “a entrenar”, no simplemente “a hacer kilómetros”. Este año he cogido bastante menos la bici que otras temporadas, el invierno fue más adverso climatológicamente hablando y hubo que meter mucho rodillo y aprovechar bien cuando se podía salir a la carretera. Sin embargo me he visto más fuerte, quizá sea también que obviamente cada año tengo más base que el anterior y no necesite hacer tanto, vaya usted a saber.
Tampoco me he vuelto loco creyéndome quien no soy, soy Dani Fonseca, no Iván Raña o Jan Frodeno. Y tengo mis defectillos, me gusta comer, me gusta el vino y la cerveza. No me he privado de nada, y mis resultados…pues míos son. Si mis Ironman son de 12h pues son de 12h. Quizá podría haber intentado pesar 8 kilos menos, y mejorado mi VO2 máx con la reducción de peso, así como el ratio vatios/kg, pero si a pesar de todo esto no me va a dar para llegar a Kona…prefiero seguir con la 1906 de Estrella Galicia y el chuletón y gambas a la plancha del restaurante El Molino. Tengo claro que seguramente mis problemas de estómago en la maratón del Ironman no mejorarán si sigo bebiendo cerveza, pero resulta que he probado a no tomarla y el resultado es el mismo, acabo echando el hígado…así que me tomo mis cervezas, asumo que no permanecerán mucho en mi cuerpo si luego tengo que correr 42K y no pasa nada. No quiero que suene a excusa, NO LO ES, soy plenamente consciente de lo que hago bien o lo que hago menos bien, asumo cuáles son mis fortalezas y debilidades. Me sigue flipando el Ironman, pero ya no me obsesiona.
Y eso es todo lo que tenía que contar, aquí acaba la crónica…
Bueno, si insistís detallo un poco más lo que ocurrió en el día de autos, venga:

AGUA

No estoy nervioso, no me ha dado tiempo a calentar, pero Iván me tranquiliza, el agua está fría, pero no horriblemente fría, con un gorro vale, así que le doy a su mujer el otro que llevaba en la mano. Iván no cambiará nunca, el día anterior comiéndome la cabeza con que él saldrá más retrasado, en la mitad de grupo para que así yo salga delante y hagamos la bici juntos…y ahí le tienes, en las 1as primeras posiciones de la fila de los que dicen que va a nadar en menos de 1 hora.
Me dice que me ponga con él, tengo claro que no es mi grupo, pero siendo salida “rolling-start” intuyo que habrá poca pelea y podré defenderme bien en los primeros metros aunque esté rodeado de nadadores más rápidos. Suena primero “Rise Up” y luego “Thunderstruck” por megafonía, y me relajo tarareando mientras veo como salen las chicas PRO. Poco antes de adentrarte en el agua te vas colocando en seis filas y estás atento a una pantalla que con una cuenta atrás del 6 al 1 y un BIP va dando paso a grupitos de 6 nadadores separados del resto por otros tantos 6 segundos. Los puristas te dirán que este sistema “rolling-start” es una mierda, que lo que mola es salir todos a la vez y pegarse de navajazos hasta la 1ª boya…pues bueno, pues vale, pues para ellos. A mí póngame una de “salida escalonada”, por favor, mezclado, no agitado.
Iván me deja salir justo delante de él, total me pasará por encima a los 50 metros…me va a dar igual…
El agua está fría sí, pero es un frescor asumible 100%, además está limpísima y se ve con claridad todo el fondo. Hay algas para aburrir, también, durante el recorrido me enredaré con alguna, pero sin más, no puedo decir que perdiera 5 minutos por culpa de las algas.
Salgo fuerte pero enseguida me doy cuenta de que tampoco hace falta pegarse el típico calentón inicial, pelea no va a haber ninguna, así que ajusto el ritmo a la baja evitando fundirme en los primeros metros, aún así voy “alegre”.
Vamos pasando por debajo de varios puentes en los que están marcados los metros recorridos…600m-1200m-1800m…y antes de que me dé cuenta ya llevo la mitad y estoy enfilando un interminable largo de vuelta, en el que además me pega el sol de lleno por el lado que respiro (izquierda). Puedo escuchar los imaginarios gritos de Maribel abrocándome y exigiendo que haga respiración bilateral y saque también la cabeza por la derecha, pero entre intentarlo torpemente o bracear de manera uniforme sin perder ritmo elijo quedarme ciego y no aflojar…el año que viene lo intentamos, ¿vale Maribel?
Un par de vistazos rápidos al reloj me indican que ya llevo casi 200m de más respecto a lo que marcan los cartelones sobre los puentes, aunque el ritmo es bueno, por debajo de 1:35/100, lo que para mí es un ritmazo.
Mediada la vuelta las gafas se me empiezan a empañar y con el reflejo del sol que me pega en toda la cara cada vez que respiro empiezo a no ver un carajo. Además a eso de los 3000m incomprensiblemente se me funden los plomos y me cuesta horrores mantener el ritmo.
Total que se me empieza a “hacer bola” este tramo final de la natación y me voy olvidando de bajar de 1h05 como me hubiera gustado.
Aún así me lo he pasado de cine en el agua, aguantando el ritmo de los grupitos que se iban formando y dejándoles ir cuando veía que me suponía demasiado esfuerzo. Sigo pensando que en Ironman la natación ha de ser un trámite que hay que salvar de manera decente sin dejarte demasiadas energías en el proceso.
1h07 altos cuando me incorporo y salgo del agua, torpes intentos de soltar el velcro trasero del neopreno y piso la alfombra en 1h08:02, tiempo oficial.

Bien sin más, me digo. De hecho es la natación Ironman más rápida de las 6 que he hecho. Uno siempre espera un poco más, pero estoy contento, qué narices.
Ruth me grita y me saluda tras la valla, cojo mi bolsa de bici y charlo con ella mientras vacío el contenido y recupero el aliento.
¿Iván?, pregunto.
Te saca unos 5 minutos, me dice.
En realidad me da igual, serían 8 minutos finalmente, pero vamos, que pregunto por preguntar.
Se me enredan los manguitos al intentar ponérmelos, estoy mojado y no me entran bien, pues atomarporsaco, sin manguitos. El caso es que hace fresquete, ¿eh?
Voy con el atuendo del Atlético San Sebastián para el sector de bici, eso me convierte en medio-vasco, y los vascos no tenemos frío…
Meadita de rigor antes de coger la bici, añado otro minuto más a la T1 y me dispongo a montar junto a mi SpeciaLime justo cuando José Acosta, del Kálamos (rival roceño del CTLR) se dispone a hacer lo propio.

BICI

Pues sí que hace algo de frío, va a ser que no soy tan vasco…esto se soluciona apretando los pedales más fuerte y más rápido. La tiritona inicial pasa rápido, pero la sensación de frío no me abandonará en todo el sector, voy lo que se dice “a pelo”, y pese a que ahora mismo luce el sol, los negros nubarrones que nos dan cobijo allá en el cielo amenazan con descargar su ira a no mucho tardar.
Tras los 10 kilómetros iniciales del tramo de enlace, urbanos y algo incómodos, con mucho giro, baches y estrechos carriles delimitados por conos, dejamos atrás la ciudad y vamos bordeando la costa. La primera parte de un circuito al que tenemos que dar 2 vueltas de unos 80kms cada una, es RAPIDÍSIMA, superllana y con viento a favor, para volar.
La segunda mitad es más dura de lo que parecía en principio, muy repechera, por carreteras comarcales estrechas, ratoneras y mucho, mucho viento en contra. Pero mucho, mucho.
En esta parte trato de no cebarme demasiado, he olvidado comentar que a los 10 kilómetros me quedé sin datos de potencia, los del taller de bici han debido ponerme mal la pila los muy…hijos de una hiena. A ver, llevo casi toda la temporada entrenando sin vatios, porque no me ha dado la real gana, y sólo en el último mes le he prestado un poco más de atención. El test de vatios que hice a 10 días de la prueba fue demasiado bueno como para creerme que podía aplicar sus conclusiones así sin más el día del Ironman, así que tampoco es que fuera el fin del mundo. Si no tengo vatios trataré de no pasarme de pulso, y eso en bici rara vez me sucede.
En el 70 me rebasa Acosta, el del Kálamos de antes, que me dice no sé qué de recuerdos de ¿Raúl?
Pues no caigo ahora mismo, chico, usted perdone.
Trato de seguirle pero va muy fuerte, y en este tramo de repechos, que me recuerda mucho a Vitoria, puedo pagarlo caro más tarde si me aprieto más de lo debido.

Ciao míster Kálamos, dale duro y suerte.
Hay cierta animación en distintas partes del circuito ciclista, con grupos tocando música en la calle y un espectacular montaje “tipo Tour de Francia” en la única subida “fuerte”, Geels Bakke. Entrecomillo lo de “fuerte” porque no deja de ser algo más de 1 kilómetro como al 3%-4%, o sea, lo que viene siendo una mierda de subida. Aún así la gente te hace pasillo como si esto fuera el Mount Ventoux y la verdad es que mola.
Kilómetro 90 y me preparo para la segunda vuelta. 32kmh de media, demasiado bien, aunque las sensaciones son buenas.
El viento se complica incluso en el tramo supuestamente a favor y pronto aparece la lluvia, primero fina, engañosa con un sol radiante luciendo. Pronto el cielo se cierra y descarga agua con energía, el tema se vuelve peligroso, mucho spray cada vez que rebasas a otro competidor o te rebasan. No hay mucha curva en este tramo, pero aún así inconscientemente aflojas el ritmo, por seguridad, por incomodidad, por lo que sea.
Esta segunda vuelta se hace dura por eso, llueve, se seca un poco, recuperas algo de calorcito, vuelve a llover, se seca…viento, viento, viento…
Tengo una pequeña crisis del 120 al 130, estoy en el tramo “repecheril” más desagradable y empiezo a estar hasta las mismísimas gónadas de la bici. Toca gestionar mentalmente dicha crisis y me digo que solo son 20 kilómetros más así, luego el tema mejorará, recargaré pilas con los ánimos en la segunda subida a Geels Bakke y en nada estaré en la T2.
Me empieza a doler todo, el culo, la planta de los pies, las muñecas…paso un rato bastante asqueroso hasta llegar de nuevo a Geels Bakke, pero el público y el locutor que va chocando las manos según coronamos la subida consiguen sacarme una sonrisa.
Ya está hecho, Fonseca, sólo te quedan 20 kilómetros, venga dale.
En un bache sale volando mi bote con el repuesto, cámaras, desmontables, cartuchos de CO2…estoy tentado de no parar a recogerlo, pero me digo que con la suerte que tengo seguro que pincho en este tramo final…
Frenazo en seco, pasa una moto con jueces preguntando qué coño me pasa, les señalo el bote y me dejan a mi suerte. Hala, tirad p’adelante, majos.
Eteeeeeernos 10 kilómetros finales deshaciendo el tramo de enlace. Además voy confiado porque en la web decía que eran 178kms, así que me digo, sólo quedan 8, venga Dani. Pero pronto no me cuadran las cuentas, o cogemos algún atajo o de 178 kilómetros nada, ¿eh?
Ni atajo ni hostias, 178 kilómetros y no hemos entrado en Copenhague, hay que pasar por la zona de la p… sirenita (valiente mierda de monumento, por cierto, hiper-super-mega-sobrevalorado), el Kastellet, el palacio de Amalienborg…aún queda tela.
Del 178 en adelante voy cagándome en todo, hasta los 181kms (y pico) antes de llegar al parking subterráneo donde está situada la T2.

6h03, 30kmh “clavaos” para los 181kms, bastante más lento de lo inicialmente previsto y lo que iba promediando mediada la prueba, pero la lluvia, el frío y el viento han pasado factura.

7h20 desde que empezó el “sarao”. Va, vamos Dani, despelótate, cámbiate entero de ropa, insértate dentro del 2 piezas del CTLR y a por la maratón, total son 42 kms de nada…

Torpe transición en la que se me van más de 10 minutos, cosa que me preocupa poco o muy poco, no nos engañemos, se trata de ir cómodo y seco, aunque sea solo un rato, porque vuelve a amenazar lluvia.

MARATÓN

Salgo del parking, me acabo de tragar un gel y parece que ha entrado bien.
Respecto al tema nutricional, 8 geles y un plátano y medio he consumido hasta ahora, bastante menos que otras veces, pero me noto bien, con fuerzas y sin problemas estomacales, de momento.
Digo de momento porque la prueba de fuego vendrá en un rato, seguramente.
Llueve ligeramente y me digo que eso me viene fenomenal para ir refrigerando este corpachón mío. Me instalo en los 5’30”/km previstos y voy pegando ligeros sorbitos de agua en cada avituallamiento o refrescándome con las esponjas, aunque la verdad es que calor no estamos pasando.

De la lluvia ligera pasamos a un chaparrón importante y luego de nuevo un sol que durante un ratito calienta pero bien. Empiezo a notar que decaen las fuerzas en el kilómetro 9-10 y decido tomarme un gel…ERROR.
Sensación conocida, el gel entra atravesado y los 2 kilómetros siguientes noto como el estómago empieza a centrifugar, sudor frío, primeras nauseas…en fin, lo de siempre. Aflojo el ritmo, pero nada, si sigo meneándome la cosa va a ir a peor. Da igual, al final lo inevitable sucede y tengo que vomitar.
Kilómetro 15. En Vitoria 2015 fue en el 12, en Lanzarote 2016 en el 18…da igual, lo de siempre.
Lo de siempre, sentir que el Ironman peligra, que te queda un mundo y no puedes casi ni tenerte en pie del mal cuerpo, el cerebro no rige, pide parar, hace frío pero tú estás sudando la gota gorda…
Empiezo a llorar de desesperación, joder tío, siempre igual, qué hartazgo, qué maldita suerte la mía…
¿Pensé en retirarme? Sí, lo pensé muy seriamente, de hecho llegué a darme la vuelta en la zona de Nyhavn para enfilar a meta y dar por terminado el asunto, aunque inmediatamente reaccioné y recuperé el sentido correcto de la marcha.
NO, no voy a rendirme, camina todo lo rápido que puedas, Fonseca, y sé paciente, espera. Lo mismo esta vez te recuperas...
Lamentable tramo del 15 al 20 debatiéndome “entre la vida y la muerte” (entiéndase, solo a nivel de sensaciones, no creo haber traspasado nunca el límite de poner en peligro mi cuerpo), la moral por el suelo pensando en TOOOODOOOO lo que me queda aún, y sentimiento de culpa pensando en Ruth, Shandra y Natalia, que me acaban de ver en modo “walking dead” otra vez y no pueden evitar mostrar signos de decepción aunque traten de animarme con todas sus fuerzas. Se les puede hacer eterno el tema también a ellas, pobres.

Poco antes de la media maratón, creo, uno no está seguro porque el cerebro no rige demasiado en mi estado, aparece mi “salvación”, Javi Alós, madrileño afincado en Málaga, del Inacua, que se pone a mi altura y me dice:
“Hombre, otro españolito roto, como yo ¿caminamos juntos?”
Por favor, cómo no, será un placer.
Caminamos juntos, todo lo rápido que podemos, Javi va jodido de un gemelo y no puede correr, dice.
Nos contamos nuestra vida y milagros y de vez en cuando intentamos correr, pero son intentos infructuosos, 300m, 500m…pero pronto tenemos que parar, Javi se queja de la pierna y yo tengo un dolor de rodillas horrible ahora, aunque el estómago parece que mejora. Inconscientemente me he puesto a tragar sorbitos de coca-cola en los avituallamientos y parece que no están sentado mal del todo.
Comentamos lo difícil que va a ser llegar de día a este ritmo, y se me llevan los demonios.
Llegamos al 28 y Javi dice: “Venga, ya llevamos 2/3 del maratón…”, y ahí se despierta algo en mí, quiero correr.
Un nuevo intento en el que casi llegamos a “correr” 1 kilómetro (si a trotar torpemente a casi 7’/km se le puede llamar correr).
Javi vuelve a entonar el “NO PUEDORRRL, NO PUEDORRRL”, y a mí me duelen las rodillas, pero a quién no le duele algo a estas alturas, me digo.
Y me digo que en el próximo intento ya no voy a parar…
Javi persevera y en el 30 me dice de nuevo: ¿Vamos?
Y vamos, y ya no paro, a los 200m veo que Javi se queda atrás, ya lo siento compañero, pero no puedo ni debo parar esta vez.
Y sigo, sigo, sigo…trato de no parar mucho en los avituallamientos, está cayendo ahora mismo el diluvio universal, pero me la sopla, así vas más fresquito, Fonseca.
En alguno de los varios puentes tocacojones que hay en el circuito tengo que ponerme a caminar, el dolor de rodillas es “insoporteibol”, pero pronto retomo la marcheta. Y en cuanto recibo la 4ta pulserita de colores me digo que ya está hecho, poco más de 5 kilómetros y que llegaré de día sobradamente. Me cruzo por última vez con Javi Alós, nos saludamos y trato de subir el ritmo un puntito más, ¡estoy incluso sonriendo, macho!
Vuelve a llover fuerte, en el último avituallamiento antes de meta me tomo mi tiempo, cojo 2 vasos de agua que vacío sobre mi cabeza a la vez que trato de peinarme, hay que ponerse guapo para entrar en meta, antes muerta que sencilla.
Último kilómetro y voy mirando cuántas pulseras tienen mis competidores, quiero mi momento de gloria y quiero disfrutarlo con suficiente espacio, éste lleva 4 y va rápido, pues le dejo pasar y aflojo, éste va muerto, pues me pego el último calentón para obtener suficiente ventaja en la alfombra, no quiero cruzar el arco con un “pesao” jodiéndome la foto.
Giro a derechas y enfilo recta de meta a trotecillo, voy mirando a izquierda y derecha buscando a mis niñas, pero ya llevo más de media recta y no las veo. Me pongo algo triste, lo mismo ya las he pasado y no nos hemos visto…
Escucho al speaker decir mi nombre “From Spain, Daniel Fonseca…”
Y de pronto un chillido de mujer y un DAAAAAAAAAANIIIIIIIIIII…ahí están pegaditas al arco de meta, sonrío y choco manos, respiro hondo, miro al cielo, que está negro, negro, de nubes negras, negras…¡¡PERO ES DE DÍA!! (supongo).
Pues hala, Fonsequilla, tras 12h44min22segs, ya tienes tu 4to Ironman.


Se me ve contento, ¿verdad?
LO ESTOY.
He conseguido rehacerme de un “walking dead mode”, he logrado correr los últimos 12 kilómetros después de haber penado durante los 15 anteriores.
ESTOY MUY CONTENTO. Y decepcionado. Y harto. Pero a la decepción y hartazgo ya le dedicaré el correspondiente tiempo de reflexión. Ahora quiero saborear mi 4to estatus FINISHER.
Me ha encantado, flipado, maravillado este Ironman de Copenhague, ha sido un día acojonante, complicado, lleno de emociones.
Toca saborearlo. Ya me pararé a pensar por qué no consigo hacerme del todo con la distancia. Maldito estómago, no doy con la tecla. Quizá no es mi distancia, es posible que no lo solucione nunca.
¿Seré capaz de trotar (no digo ya correr) los 42K de un Ironman sin tomar un gel?
No lo sé, ahora mismo no quiero pensar en eso, no quiero pensar en nada, sólo quiero disfrutar de este Ironman de Copenhague.

Porque sí, soy un Ironman, título inmerecido, según algunos. Esta semana pasada he tenido que leer, de un desconocido en Facebook, alguien que no me conoce en absoluto, que me deje de Ironman y me dedique a la distancia corta, que el Ironman es para los verdaderos hombres y mujeres de hierro, que yo era un claro ejemplo de los que desvirtuaban la distancia...

¿Mandeeee? 

 Y todo porque confesé, a raíz de un post que publicó en su muro de FB una compi del CTLR, que me inscribí a mi primer Ironman sin saber muy bien a lo que me enfrentaba. Confesé igualmente que no entrené lo que hubiera debido, y en consecuencia sufrí como un perro. Según este prepotente tonto de baba, el Ironman es una prueba mítica que requiere un gran sacrificio, y no vale con terminarla, el mérito está en entrenarla “si no tienes tiempo ni cojones de hacerlo” (sic). Si tienes mucho tiempo supongo que para este tipo tampoco tendrá mérito terminarla, y si no sufres entiendo que tampoco.
Hay que sacrificarse mucho, no dormir, no cagar y no dedicarle tiempo ni energías al resto de cosas de tu vida, supongo.
Terminé casi en 15 horas mi 1er Ironman, y es lo más acojonante que he hecho en mi vida, lo recordaré eternamente. ¿Mítico? Para mí fue espectacularmente mítico, sinceramente, que alguien intente quitarle mérito es algo que me la repachinpumfla. ¿Qué si sufrí? Sufrí tela marinera desde que me monté en la bici hasta 1 semana después de terminarlo…y sí, mereció mucho la pena. No cambio este Iberman por otro más sencillo terminado en 4 horas menos.
¿Volvería a repetir el proceso de la misma manera si tuviera posibilidad? Es absurdo preguntárselo, lo hice así, y punto. Fue muy sufrido, pero fue muy bonito.
Completé el 2do Ironman entrenando más en serio. Bajé más de 2 horas la marca, y volví a sufrir, mucho. Aún así, no fue lo mismo. Lo pienso ahora y diría que fue…aburrido.
Me retiré en el tercer intento sobre “la mítica” distancia, quizá el que afronté más preparado, sufrí como nunca. No fue el fin del mundo.
Tomé la salida del Ironman de Lanzarote, solo 5 años atrás supe de su existencia por la tela y me pareció que esa gente estaba loca de atar. Tomé la salida decía, y disfruté como un enano 9 increíbles horas, padecí lo indecible las 5 siguientes, y ello a pesar de haber entrenado mucho y bien. No salí contento, no,  pero conseguí, ganada a pulso, mi medalla de FINISHER. Nadie podrá quitarme eso, y me la bufa que alguien intente desmerecerlo.
7 semanas después de Lanzarote intenté desquitarme de mi retirada en Vitoria del año anterior. La volví a cagar, fue un error siquiera intentarlo. Físicamente estaba más que preparado, mentalmente no. En absoluto estaba preparado para cualquier tipo de sufrimiento, y el tema me superó a las primeras de cambio.
A lo que voy, en un Ironman sufre el que lo acaba en 8 horas, el que lo hace en menos de 10, como tú, tonto de baba, y el que lo hace en 15, 16 ó 17 horas. En un Ironman sufre todo el mundo y todos, ABSOLUTAMENTE TODOS, se han sacrificado, de una forma u otra. Y TODOS/AS son hombres y mujeres de hierro. No se es más Ironman por echarle más horas entrenando o ser más rápido.
Hay gente que lo mismo se tira años o décadas antes de atreverse a afrontar la distancia. Me parece estupendo. Yo me enamoré del triatlón porque me enamoré del Ironman, ya lo he dicho en otra ocasión. Yo me metí en esto porque quería hacer un Ironman, no hacer triatlón "a secas". Descubrir que cada distancia tiene su "cosilla" vino después. ¿Qué lo hice al revés, dices? Pues bueno, pues vale...

SO WHAT?
Yo ya he cruzado la meta 4 veces, en 6 intentos. Dicho esto, el año que viene NO VOY A HACER DISTANCIA IRONMAN, no necesito demostrarme nada ni demostrar nada a nadie, pero el cuerpo y la mente me piden parar 1 año, ponerme nuevos retos en distancias más cortas. Hasta ahora sólo tenía ojos para los 226 kilómetros, pero quién sabe, lo mismo descubro que lo mío es la distancia olímpica…
Volveré a mis Ironman de 12h seguramente en 2019, en compañía de Iván si puede ser. Me mola hacer Ironman con Iván. Somos 2 tíos que no tenemos absolutamente nada que ver, a veces se pone de un tonto insoportable, pero hemos aprendido a respetarnos, compartimos pasión por la maldita M con el puntito y bueno, él también piensa que yo soy gilipollas, así que estamos empate, nos queremos y hacemos buena pareja de aventuras Ironman.
Habrá que ver cuál nos apetece hacer, ambos le hemos cogido el gustillo a esto de los Ironman fuera de España, así que abriremos un mapa, señalaremos un lugar, soltaremos 500 (o más) euros y ya estaremos de nuevo en el lío.
Mientras tanto seguiremos Iván y yo cerrando los ojos y rememorando este Ironman Copenhague, duro y emocionante, no nos salió como queríamos, pero seguro dimos todo lo que teníamos dentro ese día. Y pronto nos pondremos a pensar en el siguiente, y en el siguiente al siguiente...

Porque ya lo dijo John Lennon:

“La vida es eso que pasa mientras te piensas si hacer un Ironman”.


viernes, 21 de julio de 2017

TRIATLÓN "SHORT" DE RIAZA 2017

Lo primero de todo...post NÚMERO 100 de este mi coñazo-blog. Parece mentira, pero lo he conseguido, he sido capaz de completar 100 gilipolleces en estos casi 4 años y medio.


INCREÍBLE-BLE-BLE (gracia solo para "frikis" de Ford Fairlane).
Dicho esto, vamos con lo que nos ocupa:
No pensaba competir más hasta IM Copenhague, pero coincidió que mi mujer quería irse el fin de semana a la playa con “sus bichitos” (los hijos de mi-muy-mejor-amigo-Kiko), y me dejaba quedarme en Madrid para entrenar.
Y oye, un triatlón sin drafting, para poder sacarle jugo a mi SpeciaLime, a poco más de 100 kilómetros de Madrid…era una oferta irrechazable. Luego descubrí que había que subir 2 veces en bici a la estación invernal de la Pinilla, así que más que sacarle jugo…el circuito me iba a exprimir él a mí, pero bueno, nunca me gustaron las cosas fáciles.
Elegí la distancia “SHORT” (900-41-9), por tomármelo como entreno de calidad del que pudiera recuperarme en pocos días, frente al “HALF” que me dejaría frito con seguridad toda la semana siguiente y quizá algo más. Matete, la jefa, estaba de acuerdo, y así planteamos la semana de entrenos, como una semana normal, sin apenas descanso, y un buen calentón para el domingo.
Como estoy solo decido también viajar el día antes y alojarme en un hotel rural que me ha recomendado Fuentes, compi del CTLR que también hace lo propio, pues mira, buena idea, así no hay que pegarse el súper-madrugón.
Paso una noche previa de auténtica mierda, nunca mejor dicho, porque algo me ha sentado mal y no hago más que visitar al Sr. Roca, pues sí que estamos “apañaos”, en fin, veremos que resulta de todo esto…
¡¡AL LÍO, SEÑORA!!

AGUA


Con tiempo suficiente y sin “estreses” dejo todo colocadito en el embalse de Riofrío, sitio espectacular,  por cierto, me inserto en el neopreno y a calentar en el agua, patos.
Fresca, que no fría, ideal de la muerte, claro que sí, guapi.
Caliento 5-7 minutos y trato de coger posiciones delanteras en la salida. Se sale desde dentro del agua, cosa que odio sobremanera, arrancar de parado es para mí un suplicio y siempre se me da fatal.
Bocinazo y LA GUERRA. Horrible, espantoso, no consigo tocar el agua con mis brazos, las 15 primeras brazadas solo palpo culos de neopreno, soy empujado, zarandeado, golpeado…
Nivel de estrés máximo y el corazón que se me sale del pecho, soy incapaz de hacerme hueco y ni siquiera puedo salirme de la almadraba, totalmente encerrado en el centro del matadero.
Como en Medina de Rioseco hace 2 años estoy a punto de llorar como un niño, una presión horrible en el pecho, un ataque de ansiedad en toda regla y la imposibilidad, física, real, de respirar. Pasas a visualizarte inerte en el fondo del embalse, completamente paralizado, rígido.
Se acabó, estoy fuera, no puedo más…
¡NO! Espera un poco, Fonseca,  suelta un par de hostias, sal de aquí, para un instante, sosiégate y ahí luego decides.
Eso hago, agarro con ambas manos al que tengo a mi derecha, le paso por encima, a la vez que le hundo suficientemente, lo siento majo, es cuestión de supervivencia…
10-15 segundos a espaldas, lejos de la pelea y decido reincorporarme furioso. Suelto un par de codazos más al llegar a la primera boya y oye, mano de santo, la sorteo sin problemas y de repente veo un pasillo enooooooorme que tiene mi nombre.
De estar fuera a verme deslizando cual delfín en cuestión de un minuto, adelantado rivales a decenas, manda narices, señora.
Pillo un grupo de 4-5 unidades, me coloco en el centro y marco mi territorio abriendo codos, somos pocos, vamos a llevarnos bien, ¿eh?…
Y así hacemos, últimos 300-400 metros acojonantes, dándolo todo.
16 minutos “pelaos” y estoy fuera del agua. No es espectacular, pero dadas las circunstancias puedo estar más que contento, puesto 66 de más de 300.
Con lo que no estoy contento es con mi T1, se me enreda el neopreno y tardo la vida en quitármelo, qué desastre.
En la T1 veo a Loren, que ha sido el único del CTLR por delante en el agua. Loren es un llorón de primera, va de humilde, un lobo con piel de cordero, menuda bestia compitiendo. Javier Arenas y Fernan también me adelantan en la transición debido a mi torpeza manifiesta en el proceso de "desneoprenización".

BICI

Tramo de enlace con una 1ª parte peligrosa y de carretera mala en la que decido no arriesgar nada. Luego ya en la carretera “buena” hasta Riaza desato mi furia y exprimo la cabra al máximo, hasta el punto de casi pillar a Fernan en el punto de giro.
Luego sé que no tengo nada que hacer, la carretera pica para arriba poco a poco hasta comenzar la subida a la Pinilla, 4-5 kilómetros de subida no especialmente dura, pero donde me adelanta hasta mi abuela, gracias a mi “especiales” dotes de escalador y mis 90 kgs. Pese a ello trato de sufrir lo máximo posible, sobre todo cuando Bea Bernáldez también me pasa, hasta ahí podíamos llegar, guapa. Antes lo había hecho también Almodóvar, que esta vez SÍ SALUDA… ;)
Me pasa David Abellán, exCTLR, que me saluda al grito de “¡Vamos, esos roceños!”. Otro que me adelanta es alguien que al principio no reconozco, y que además me llama por mi nombre “Vamos, Fonseca”, imposible que me haya visto el apellido en la equipación, lo llevo por delante y este pájaro viene de atrás…me conoce de algo y no caigo, ¿quién coño es este tío?...
Ya en meta descubriré que se trata de Diego, Diego Bas, aquel que me saludó en el tri de Valmayor 2015, la primera "persona humana" que me reconoció ser lector de mi blog sin yo conocerle de nada, el mismo que me dijo que era “una gran esperanza para los gorditos”. Pues un placer saludarte de nuevo, Diego, y que no se te ocurra ganarme otra vez, majete.
Voy cruzándome con el resto de compis, Loren, Arenas, Fernan…que cada vez me sacan más distancia, mientras me preparo para “lo mío”, que es lanzarme a tumba abierta en los 9 kilómetros de bajada que tocan a continuación.
Lo malo y lo peligroso de ser un gordito es que sabes que la bajada te favorece, y mucho, y tienes que sacarle partido a costa de tomar más riesgos de los necesarios. Cualquier día me “fostio” y me hago pupa, pero…no queda otra.
Arraso a muchos de los que antes subían gráciles y ufanos, y ahora claudican ante la inercia salvaje del gigantón Fonseca. Bea es superada también, of course, faltaría plus.
Nuevo giro y vuelta a sufrir, y Beíta, la madre que la fundió, que vuelve a sonreír cuando me adelanta, esta vez no me dará tiempo a deshacer el entuerto, ni suicidándome en la bajada.
Me he empleado demasiado en la 1ª vuelta, tanto subiendo como bajando, y toca sufrir de lo lindo, eterna segunda vuelta, en la que paso a tomar referencias con Javi Fuentes, al que parece que mantengo por detrás más o menos a igual distancia todo el rato, aunque TAMPOCO será suficiente corriendo, me temo, tiene mejor sector a pie que yo.
De todas formas me he divertido mucho otra vez en la bici, cada vez mi cohete pistacho y yo estamos más compenetrados. Nos queda cabalgar juntos en la batalla definitiva de Copenhague en apenas 1 mes.

CARRERA

T2, esta vez más eficiente y ¡a correr!
Pues sí que me he apretado en la bici, sí…
Salgo bastante tieso de la transición y además el 1er kilómetro y pico es ligeramente para arriba, y “la caló”, nena, que no veas como aprieta ya a estas alturas. Me cuesta mantener el ritmo por debajo de 5’/km, mientras pido que me empapen con una manguera para refrigerar mi cuerpo que no lleva ni 10 minutos corriendo y ya arde.
Me despierta del letargo y sopor veraniego Iván, que me adelanta tocándome el culete mientras se ríe. Iván está haciendo el HALF y será mi compañero de fatigas Ironman una vez más en Copenhague, 3er Ironman que acometeremos juntos.
Trato de seguir el ritmo de Iván, no lo consigo pero al menos me sirve para espabilar un poco en la larga bajada que nos trae de vuelta al pueblo de Riaza. Está chulo el recorrido a pie también, algo solitaria la 1ª parte, más acogedora después, atravesando el casco urbano y corriendo por el agradable césped del enorme Parque del Rasero, donde se encuentra la T2 y la Meta.
Veo a Nacho Regidor y Susana, compis CTLR, que han venido a animar a un familiar y de paso a los integrantes del Triatlón Las Rozas que allí competimos.

Al término de la 1ª vuelta una juez me lía con extrañas indicaciones en plan:
“Izquierda 1ª vuelta ras, ojo se cierra…”
O más bien era algo como:
“Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás…1,2,3…”
Yo no sé si bailar la Yenka o qué hacer…total que me tropiezo con un cartelón y me voy al suelo…
El público allí presente me aclama…
Ya te vale Fonseca, te has cubierto de gloria, no tenías otro sitio para “fostiarte” que en plena zona de meta, donde más gente hay. Zorionak, txapeldun.
Me incorporo torpemente, me limpio de arena y briznas de hierba, miro a la juez con algo de rabia, sacudo la cabeza con resignación y tiro para adelante, qué remedio.
Paso por el centro de Riaza, el calor ya aprieta pero bien, con el sol reflejando en los adoquines, que devuelven fuego.
2ª vuelta y tocará sufrir, además se me está formando una ampolla en el pie derecho que termina por estallar y ponerme la zapatilla perdida de sangre.
Paro a evaluar daños un momento, el dedo gordo pinta mal pero sobreviviré los 4kms que me quedan, justo ahí me adelanta Javi Fuentes…pues nada, ya estoy último en el ranking CTLR masculino de hoy (más Bea, que también va por delante).
Enfilo de nuevo el largo tramo de bajada y parece que recupero algo de fuerzas, el último gel que me he enchufado parece que empieza a hacer efecto, subo el ritmo en los 2 kilómetros finales y voy recogiendo algún cadáver que otro, motiva acabar con buenas sensaciones y aprovecho para exprimirme un poquito más.

Entro en meta en 2h28, puesto 141 de más de 300, el 30 de más de 100 en V1M (un tercio de los participantes éramos por tanto “viejóvenes”).

Empiezo a acostumbrarme a quedar en la 1ª mitad de la tabla, cosa que no siempre sucedía y voy mejorando mis parciales en bici, donde tradicionalmente pincho y quedo muy retrasado. Esta vez, pese a ser un circuito claramente desfavorable, he vuelto a quedar también en la 1ª mitad en bici, aunque la carrera a pie no ha sido tan buena.
Ese es, a día de hoy, mi nivel: MITAD DE TABLA. Pues bueno, pues vale, se acepta y se ASUME, seguiremos trabajando para mejorarlo poco a poco, partido a partido.
Buenas cervezas post-meta departiendo relajadamente con compañeros, amigos y rivales y vuelta a casa con cara de satisfacción, me ha gustado mucho este triatlón de Riaza, VOLVEREMOS.


domingo, 9 de julio de 2017

HALF NORTHWEST TRIMAN AS PONTES

De vez en cuando te quedas con alguna frase que alguien suelta y que te deja más o menos marcado. No me refiero a grandes citas de personajes históricos, frases de Paulo Coelho vistas en Facebook o las que encuentras en azucarillos y galletas de la suerte. Son frases normales dichas por gente normal, en un determinado contexto y que, de repente, activan cierto resorte en tu cerebro, te quedas con la copla y acabas dándole vueltas durante horas, días y quizá meses.


En este 2017 el lema que guía mi temporada es:
“Hay que aprender a asumir cada resultado y disfrutar de cada competición”.
Parece una obviedad, incluso la segunda parte de la frasecita puede sonar a tópico, pero para mí la clave está en la primera parte, asumir los resultados, y estuve dándole vueltas varios días desde que se lo escuché al gran Ako Pavía.
Asumir los resultados.
Comentábamos Ako y yo en la radio, pero “off-the-record”, allá por el mes de abril, nuestros respectivos infortunios en el primer triatlón de la temporada, yo con mi retirada en Peñíscola y él sufriendo de mala manera en el Challenge Mogán.
Y soltó la frase…
Andaba yo quejándome con el clásico “Jo, si no hubiera olvidado los calcetines hubiera corrido la media maratón en…”
Hay que asumir cada resultado.
Y de repente me di cuenta de que en realidad ya lo había hecho. Desde el momento en el que salí del agua en Peñíscola y vi que no había calcetines en mi caja de boxes supe que no iba a terminar ese triatlón. La bici la salvaba sin los dichosos calcetines, la carrera a pie no. Y en el fondo lo asumí, salí a correr sabiendo de antemano que no duraba ni 5 kilómetros, que me iba a desollar los pies…duré 4 kilómetros. Me di la vuelta y asumí que mi carrera terminaba allí. No era el fin del mundo.
El resto de la temporada me he dedicado a ASUMIR, a aceptar lo que me ha sucedido en cada carrera sin hacer un drama de ello.
En Pamplona no nadé bien, tampoco en Ecotrimad, donde además me tocó “asumir” la climatología, y en ambas pruebas fui asumiendo lo que venía sin más, tratando de disfrutar y aprender de cada momento.
En el DO del Villa de Madrid asumí que debía esforzarme más nadando, y lo hice, me esforcé y nadé como debo nadar. El esfuerzo percibido entre nadar bien y nadar mal resulta que es el mismo o incluso menor cuando nado como debo hacerlo, así que miel sobre hojuelas.
Año de “asunciones” por tanto.
Viajé a As Pontes con la idea de luchar por bajar de 5 horas en la prueba…y acabé luchando por simplemente mantenerme en pie y terminar la prueba…
¿Y sabes qué? Lo asumí con gusto, dignidad y sosiego.
Ya me avisó Manu Pascual, cenando juntos un par de días antes de la prueba, que el Northwest Triman no era, ni mucho menos, una prueba fácil a su entender, y que conociéndome veía difícil que pudiera bajar de esas 5 horas. Manu había hecho la distancia Ironman sobre el mismo circuito el año anterior y repetía éste con idea de destrozar el crono.
“Ya está el Manu tirándose el pegote de que su Ironman es super-mega-oseatelojurodeverdad- difícil-quetecagas para darle más valor a su resultado”, pensé, iluso de mí.
Y resulta que no, que tenía razón el muy…
Pero bueno, a lo que vamos, a lo que fuimos es a disfrutar de un triatlón, este Northwest Triman, que tenía una pintaza a priori brutal.
Viajecito de 600kms en soledad, mi “Santa” dice esta vez que “nanay”, hasta Doniños, Ferrol, a menos de 30min de As Pontes. En Doniños tiene casa la abuela de mi mujer y de Isma, mi “primo-amigo-compañero-del-AtSS”, que también participa, junto con Iván Mtnez.
Toca por tanto lucir la equipación del Atlético San Sebastián, quizá de las últimas ocasiones en que lo haga, ya comuniqué a Isma, que además es el delegado de la sección de triatlón del Atlético, que el año que viene dejaré el club para ser 100% del CTLR.
El día anterior a la prueba hay que dejar las bicis, el entorno del lago de As Pontes es sencillamente espectacular, este tri verdaderamente promete. La charla técnica con los Organizadores incidiendo especialmente en el tema del NO DRAFTING me hace pensar que si cumplen lo que prometen será una cita obligada y recurrente en el futuro.
Así que…VAMOS CON ELLO:

AGUA

El día empieza MAL. Inflando las ruedas ya en boxes me cargo el obús de la rueda delantera y toca cambiar de cámara deprisa y corriendo. Tengo tiempo de sobra, pero a pesar de eso me cuesta el calentamiento previo en el agua, que ya NO voy a tener tiempo suficiente para ello. Lo justo para embutirme en el neopreno, mojarme los pies, mearme encima mientras sonrío al personal disimuladamente (lo hacemos todos) y poco más, enseguida corriendo para buscar mi sitio en la salida.
Me coloco en primera fila junto a Isma, la idea es salir fuerte e intentar seguirle, pero lamentablemente enseguida le pierdo entre las decenas de “sardinitas en neopreno” que me rodean.



El tema es que hay bastante niebla, visualmente el resultado es espectacular, aunque da un poco de miedo adentrarse en esas aguas, la 1ª boya se ve bien, las demás no se ven un carajo hasta que las tienes encima, toca nadar y dirigir tu cuerpo un poco por instinto.
Salir fuerte de inicio hace que apenas reciba golpes,  pero llevo una sensación rara, como de pesadez de brazos, me cuesta coger agua y me noto torpe en el recobro, definitivamente necesito calentar antes, parece que sigo dormido (la salida era a las 7.15h).
Entre dicha sensación de pesadez y la maldita niebla, también parece que las boyas están lejísimos, no creo estar desviándome mucho, pero el sector de natación se me está haciendo eterno.
Tras doblar la última boya, la larguísima “recta” hasta volver a la transición se vuelve interminable, braceo y braceo furioso, pero sigo en el mismo sitio...
Finalmente llego a la T1 y un vistazo al Garmin me confirma el desastre: 36 minutazos.
WHAT?
Casi 2300m…
WHAT?
Me sale un ritmo de 1:36/100, que está de lujo, pero claro, 400m más…
Luego resulta que A TODOS nos salió un “porrón” de metros, parece que las boyas se movieron la noche anterior y…en fin, lo de siempre, es igual para todos, eso sí, y toca nuevamente ASUMIRLO.

Llego a boxes y la bici de Isma…ya no está, obvio.
Fonseca, a lo tuyo, venga.

BICI

Mucho frío en los 1os kilómetros, pero mucho frío. Las piernas totalmente entumecidas y me cuesta horrores coger ritmo.
Nuevamente lo que me dijo Manu se cumple, de llano, llano, nada. De primeras un “mini-puerto” de 3kms que te dispara las pulsaciones y luego un larguísimo tramo ondulante que pica ligeramente para arriba. Son unos 15-16 kilómetros así hasta el punto de giro y vuelta, donde la cosa promete porque tocará VOLAR.
Voy cogiendo ritmo y tras superar el puertecillo me dispongo a disfrutar sobre la cabra. Muchísimo espacio entre competidores, ME GUSTA, casi no tengo que mirar hacia adelante, cabeza abajo y… ¡¡A DARLO TODO!!

No sopla apenas viento y la impresión que tengo es de ir volando bajito, ya totalmente adaptado a mi nueva y más eficiente posición aero. Según va cogiendo el cuerpo temperatura voy apretando las bielas con más fuerza. Me cruzo con Isma, me saca un buen trozo, lástima, pero yo he de seguir concentrado en mi carrera. Me cruzo también con Iván, va por detrás, y calculo a ojo unos 7 u 8 minutos que han de ser suficientes al final del día…no se le ocurrirá ganarme en su debut en media distancia, no me fastidies…
Total, que me pego un bicicletón en menos de 2h50 minutos y con tremenda pena suelto la bici de nuevo en la transición, de buena gana hubiera estado otra horita, al menos, dándole caña al tema. He disfrutado muchísimo, no ha habido ABSOLUTAMENTE NADA de drafting, el circuito, sin ser especialmente bonito, tiene su miga, a la vez que te invita a empujar sin parar.


Muy chula la bici de este NW Triman.

CARRERA


Toca correr, y de inicio tenemos el tramo de enlace hasta el circuito en sí, lo que viene siendo un rampón infernal de más de 1 kilómetro que te deja frito nada más empezar.
Sobrevivo al infierno y voy tratando de pillar nuevamente ritmo mientras mi corazón trata de estabilizarse.
Me sorprende llegar a la altura de un cartel que indica KM.2 cuando mi Garmin ya contabiliza TRES…no puede ser que hayan calculado tan mal, ¿no?
Me deja un poco “moscatel” el tema, pero trato de olvidarme y sigo centrado en lo mío, que es correr.
4:40s – 4:50s por kilómetro, de momento no me sale nada mejor de las piernas, pero me digo que no está nada mal y que ya quisiera yo bajar de 1h45 al final del sector…
JA, JA, ¡iluso!
Resulta que el circuito es un tramposo rompepiernas, un poquito para abajo, un poquito para arriba, un poquito para abajo, tira para arriba otra vez…que te va robando, ladrón, la energía poco a poco, y cuando te quieres dar cuenta...

Cuando te quieres dar cuenta vas frito-refrito, y de eso me percaté en el kilómetro 11, según la Organización, 12 y pico según mi Garmin, justo cuando se iniciaba la segunda vuelta…
¡WAIT! Espera, algo no cuadra, si tengo que dar otra vuelta entera al circuito...restándole el tramo de enlace…¡¡oye que nos van a salir casi 23 KILÓMETROS!!
Lo achaco todo al cansancio, tu cabeza no rige Dani, no puede ser, no serán tan…



Entre las dudas y el cabreo por el “alargue” del circuito y el cansancio acumulado ya a estas alturas el ritmo se me empieza a ir al carajo, me voy por encima de 5:30s y no esto ya no hay manera de levantarlo.
Y tú querías bajar de 5h…¿eh, Fonseca?
NI DE COÑA YA.
Horrorosa segunda vuelta ya en el que mi máxima obsesión es no caminar, cosa que a duras penas consigo.
Me cruzo con Isma, que va bien y ya termina en breve, y con Iván, que “afortunadamente” (le deseo lo mejor, pero hoy por Dios que no me pase…) va igual de frito que yo.
Voy al límite ya y para más inri al llegar al final del dichoso circuito mis sospechas quedan finalmente confirmadas…llevo 21 kilómetros y aún me queda TOOOODOOOO el tramo de enlace desde el pueblo hasta la meta, ya en el lago.
Estupendo, casi 2 kilómetros “de clavo”, NO ME JODAS.
No sé si es el cabreo y esto iba a suceder de todas formas, pero es empezar la bajada a meta y me flojean las piernas “a lo Brownlee”, empiezo a dar tumbos de lado a lado, me cuesta coordinar los pasos…hostias tú que no llego…
Lamentable tramo final en el que encima un capullo que llevo por detrás quiere esprintarme faltando 100 metros, loscojonesmevasaesprintarguapo.
Último calentón rabioso para no ceder ante el capullo, faltaría más.
Hay dos "líneas de meta" en este triatlón:
La 1a la marca un arco naranja, ahí se acaba realmente la prueba.
El tramo desde el arco naranja hasta el arco "final", con el cronómetro oficial, es el "pasillo de los campeones", para poder entrar con tu familia y/o amigos, pero SOLO EN ESE TRAMO.
No tengo fuerzas para postureos, hasta el arco naranja me dejo lo poco que me queda, luego bastante tengo con mantenerme de pie, me dejo ir de forma lastimosa, caminando ya y tratando simplemente de no irme al suelo. 

5h36 nada menos, más de 2h la media maratón DE 23 KILÓMETROS, cagonlamarsalada.
Me recibe el meta el padre de esta criatura Northwest Triman, y me pregunta que qué tal…
Pues mira chato, a pesar de que lo de los 23 kilómetros de media maratón me ha parecido una broma de mal gusto…TIENES UN TRIATLÓN GUAPÍSIMO, enhorabuena y ojalá esté mucho tiempo en el calendario, cabrones. (Esto último no se lo dije).

Repetiremos seguro. Un tri muy duro, muy, muy guapo.

lunes, 19 de junio de 2017

TRIATLÓN VILLA DE MADRID 2017: CAMPEONATO DE MADRID DISTANCIA OLÍMPICA

Tras mi desastrosa natación en el Ecotrimad sprint recibo la correspondiente “bronca” de Maribel. Entrecomillo lo de bronca porque obviamente no es que se pusiera a chillar, de hecho suele utilizar un tono muy calmado de voz, pero sí dejó caer que mi rendimiento en competición poco tenía que ver con lo que ella veía en los entrenamientos.

Tienes que aprender a competir, Dani, y eso sólo se consigue compitiendo, comenta Maribel.
Decidimos que es necesario que me inscriba a toda aquella prueba que tenga una natación más o menos larga en la que pueda exigirme al máximo y rendir lo que estoy capacitado para rendir. Lo siguiente en el calendario es el triatlón Villa de Madrid, el fin de semana del 17 y 18 de junio. Cuenta con una distancia half, pero es el domingo y a mí me viene mejor el sábado, además compito también al fin de semana siguiente, en el triatlón distancia half Ironman de As Pontes, en La Coruña. Dos halfs en fines de semana consecutivos es mucha tela, así que elijo tomar parte en el triatlón distancia olímpica (con drafting) del sábado, que además es Campeonato de Madrid de la distancia, así que también viene bien al CTLR mi participación y toca por tanto lucir sus colores.
De hecho Maribel insinúa que si quiero no me lleve ni la bici, que nade y punto, pero bueno, ya que me voy a gastar unos eurines en principio mi intención es completarlo entero.
Con temperaturas que rondan o incluso superan los 40 grados ese fin de semana, el tema se presenta duro, consecuentemente la natación será sin neopreno. Ando a vueltas la semana previa decidiendo si nado con el 2 piezas del CTLR o si decido no ponerme el top y nadar a “pecho descubierto”, para luego ponérmelo en la T1, pero los simulacros previos de esta última opción resultan desastrosos, con el cuerpo mojado la prenda se me enreda y puedo llegar a perder mucho tiempo, malgastando todo lo ganado en la natación. La opción de nadar con el top puesto tampoco me emociona, se me acaba subiendo hasta las axilas y además los bolsillos y pliegues se acaban llenando de agua, ofreciendo más resistencia al avance.
Al final me prestan un mono de una sola pieza, luciré GARCIA NIETO como denominación en este tri. El traje me queda…digamos que algo justo. Alberto el Presi jura que es mi talla, pero ya te digo yo que no lo es, Amaya acaba pegando tirones a la tela por la zona de las axilas para tratar de darlo de sí un poco y facilitar mi respiración…en fin, las fotos a continuación hablan por sí solas.
Por una vez en mi vida llego con tiempo, no hago mucho el idiota y tengo TOOOODOOOO el tiempo del mundo para calentar. La prueba es a las 8 de la mañana y necesito despejar este adormilado corpachón mío. Me tiro a calentar sobre las 7:30am, el agua del lago de la Casa de Campo está para echarle unos fideos, muy caliente e incluso desagradable…arrrrgh…
10 minutos de nado variado, más que suficiente como calentamiento, me noto ágil y “cogiendo” bien el agua, así que para afuera y a esperar que den la salida junto al resto de compis de CTLR.

Nuevamente nutrida representación en ambos sexos, con varios debutantes en la distancia (Ile, Sandra y no sé si alguno más), fotos de rigor y…
¡AL LÍO!
AGUA
Mi estrategia hoy es sencilla, a tope hasta la barca (unos 300m) y luego a sobrevivir como sea. Me coloco en el lado izquierdo del pantalán y con el bocinazo me lanzo al agua y empiezo a bracear y patear furioso. Salgo a ritmo de una serie de 100m, a tope, tope, y bastante antes de llegar a la 1ª boya ya he dado caza a los de gorro amarillo que han salido 2 minutos antes, y no veo que me rebase ningún gorro blanco (los de mi salida). Breve vistazo atrás y confirmo mis sospechas:
Voy primero de mi tanda.
Luego irremediablemente tengo que aflojar, me es imposible mantener este ritmo los 750m de los que consta cada una de las 2 vueltas que hay que dar. Recupero el resuello y trato de pegarme a los, ahora sí, gorros blancos que empiezan a rebasarme, pero ya mediada esta primera vuelta. Sé que estoy nadando bien, así que no me relajo y sigo apretando.
Llegada al pantalán, hay que subirse en la plataforma y volver a lanzarse al agua. Oigo los gritos de las chicas del CTLR animándome (VAMOSSSS DANIIIII…), devuelvo los ánimos saludando torpemente con la mano hacia donde creo escuchar sus voces. Ellas salen 40 minutos más tarde, así que les da tiempo a ver nuestro parcial acuático.
Vistazo al crono, 13 minutos, joer pues mal, pero me da que la natación está saliendo larga. Vistazo breve al lago antes de tirarme y veo muchos gorros blancos y amarillos aún por llegar. El tiempo es malo, pero la posición es buena, hay que seguir empujando Dani.
Se trata ahora de resistir el ritmo todo lo que pueda, el flujo de gorros blancos rebasándome ahora es más evidente, pero saliendo tan fuerte me he ahorrado un montón de pelea y, desde luego, ha merecido la pena.
Última boya y aquí me vacío hasta el final, tanto que me cuesta incorporarme a la dichosa plataforma.
Paso por las duchas y las compis del CTLR de nuevo animan a mi paso, ya colocaditas en su cámara de llamadas, algo me dice Matete que no entiendo porque me pitan los oídos del esfuerzo.
BICI
Torpe T1 con algún problema para recoger los geles y ponerlos bajo la pernera del tritraje. Me incorporo solo al circuito y no veo a nadie, ni por delante ni por detrás. Voy cogiendo ritmo en la subida hacia Somosaguas y rebaso a algún competidor. Un minigrupo me rebasa pero no logro engancharme en estos 5 kms iniciales en constante subida.
Conozco el circuito de mi participación en 2014 y sé que aún no llega terreno favorable para mí, así que soy paciente.
Justo cuando empieza la zona de llano y descenso me pasan otros 2 competidores y estos ya sí que no me van a soltar, me pego a ellos, recupero algo el aliento y luego nos ponemos a tirar los 3 alternativamente. Y así llegamos a la (maldita) subida de Garabitas, donde por supuesto me sueltan. Justo entonces me rebasa un grupo bastante grande comandado por Moyano y Alberto el Presi. Alberto me dice que me enganche, ya me gustaría, pero me vais a reventar…
Lo intento pero no hay manera…Fonseca tú a lo tuyo. Tomo como referencia a un tipo de rojo que veo que poco a poco también se va descolgando del mega-grupo y me marco como objetivo darle alcance antes de que acabe la primera vuelta, cosa que logro.



Nueva subida a Somosaguas y soy yo el que deja al tipo de rojo atrás, mientras otro numeroso grupo hace lo propio conmigo. En este grupo el que tira es Antonio Almodóvar, que de concentrado que va ni saluda, el tío borde.
Yo sigo sin querer cebarme, espero a que acabe la subida pacientemente y, sin dejar de estrujar las bielas, espero a ser alcanzado por alguien, cosa que sucede de inmediato. Un grupito de 7-8 integrantes me da caza y me pego a ellos como una lapa.
Pasamos a Susi en la bajada pre-Garabitas, la doy una voz. Aguanto hasta Garabitas, donde una vez me sueltan, incluso Susi me rebasa a mitad de subida, ya podrás, prueba a subir con una mochila extra de 40 kilos, guapa…
La tomo como referencia y me lanzo a por ella en el curveo y bajada que nos lleva de vuelta al Lago. Finalmente la doy caza poco antes de llegar al Lago, nos despedimos, ella tiene otra vuelta y yo acabo ya mi sector ciclista.
CARRERA
Transición rápida, esta vez sí, y ya estoy corriendo bajo un calor sofocante, no son ni las 10 de la mañana y debemos estar por los 35 grados…
Llevo el corazón “disparao” al principio, pero el ritmo es bueno. El recorrido es algo distinto a otra veces, más ratonero, muchas idas y vueltas con algún tramo por caminos de tierra con mucho surco y raíces que te obligan a tener cuidado de dónde metes el pie.
Al terminar la 1ª vuelta veo a Maribel gritándome no sé qué de que cambie algo en la zancada, que haga algo distinto, y trato de hacerla caso. Junto a ella están Moyano y Alberto, el Presi, han debido retirarse.
Voy cruzándome con los compis del CTLR y tomando referencias de los que pueden echarme el guante. Por delante ya no voy a pillar a nadie, teniendo en cuenta que quien me precede es Almodóvar, que no corre, vuela. Por detrás tengo a Patxi, al que he conocido hoy, que me está comiendo el terreno, y a César Puig, que además es de mi grupo de edad y que corre bastante más que yo. Patxi puede llegar a cogerme, pero tengo dudas de su grupo de edad, si es más joven ha salido 2 minutos antes y significa que le he pasado en el agua, lo que me deja cierto margen incluso adelantándome. César yo creo que no me va a pillar…pero bueno, no hay que relajarse.


En la segunda vuelta ya voy frito, aunque intento que el ritmo no decaiga demasiado, me saluda Iñigo que va en bici por el lateral de una de las avenidas y se “ríe” de mi paso de tortuga, seguramente razón no le falta.
Soy devorado por Patxi a falta de unos 2 kilómetros para meta, y me "cagontoloquesemenea, cachislamar". Luego descubriré que efectivamente es más joven que yo y que por lo tanto he quedado yo por delante, dado que salió 2 minutos antes.
Voy descontando kilómetros y en los 2 últimos trato de subir el ritmo, sin mucha alegría extra, la verdad, pero vamos a ver cuántos cadáveres recojo en este tramo final…alguno cae.
Entro en meta en 2h35, bajando 17 minutos largos mi anterior marca en este escenario. 


Puesto 140/340 (MASC), 37/108 (V1M), y un honroso 5to puesto dentro del CTLR, solo superado por animalitos como Javi Otero, Emilio, Antonio y Loren. En el 1er tercio de la clasificación, en cualquier caso. Tendría que analizarlo más detenidamente, pero a nivel de resultado general puede que sea mi mejor triatlón hasta la fecha.


¿Sabes qué quiere decir esto? ¿Sabes qué quiere decir? Pues que no sé PARA QUÉ COÑO me dedico a hacer larga distancia cuando se me da mejor la corta…
En fin, algún día tendré que hacerme mirar esto último.
Fin de fiesta con buenas cervezas y multitud de medallas para el club en este campeonato regional.


Buen sabor de boca me deja este triatlón Villa de Madrid, vamos entonándonos en esta extraña temporada y lo mismo le da por acabar bien, seguiremos trabajando para que así suceda.