¿QUÉ ME PASA, IRONDOCTOR?

Ayer por la noche leí, con cierto alivio y alegría, todo hay que decirlo, que el Iberman LD, la prueba en la que debuté en distancia Ironman, finalmente va a celebrarse también este año, tras muchas dudas y avisos de cancelación.

Y como dirían los Celtas Cortos, “me había puesto a recordar y me entró la melancolía”.

No, no fue un 20 de abril del 90, fue un 5 de octubre del 2.013.

Inmediatamente me da por revisitar las fotos y repasar la clasificación

Joder, 15 horazas, eso sí que fue una hazaña, sin más plan que unas directrices generales que no seguiste ni de lejos. Vaya huevos le echaste, Fonseca. Te sobraron incluso 16segs para ganar apuestas en Arzak y “Zalaca” (pendientes aún de ser abonadas, por cierto).  Y si hubieran sido 16h59 también te hubiera servido. ¡¡ERAS UN IRONMAN!!

Casi 1h30 nadando, hoy lo catalogaría como un desastre,  y entonces me pareció poco, salí encantado de la vida. Mira la foto Dani ¿has visto cómo sonríes? Este año lo hiciste en 11min menos y llevabas un cabreo de mil demonios. Háztelo mirar, Fonseca.

Casi 8h de bici, aquí sí que acabaste hasta las narices, pero te sobraron cojones y determinación. Retirarse no era una opción. Pasaste el corte por escasa media hora, y una vez en la T2 ya sabías que lo conseguirías, aunque fuera arrastrándote.

¿Ves otra vez, Dani? Más sonrisas, más alegría, ¡¡estabas disputando un Ironman, coño!!

No podías ni moverte cuando soltaste a Nekane, al principio era imposible correr, pero poco fuiste soltándote y hasta el km28 seguiste con el “trote cochinero”, y sin parar de sonreír, sin parar de animar a los competidores que pasabas o te pasaban, con ganas de guasa, de vacilar a todo el mundo ¡¡joder, corriendo la maratón de un Ironman, madre mía!!

“Petaste” en el km.28. Tú y tus vómitos. Te enjuagaste un poco la boca, esperaste a que se pasara el mareo y te diste un paseíto de 10km hasta que pudiste volver a correr. ¿Pensaste en algún momento en la retirada? NI DE COÑA.

Roto, reventado, pero feliz de la vida. Más feliz, IMPOSIBLE.

¿Qué me pasa, IronDoctor?

¿Por qué este año no he disfrutado del triatlón?

¿En qué momento me he obsesionado estúpidamente con marcas, ritmos, vatios y demás zarandajas?

Como cantaban Maverick y Goose en TOP GUN, parece que “he perdido la emoción del amor”. No he sabido divertirme esta temporada, y me jode. Soy infinitamente mejor triatleta que hace 2 años y llevo un añito de cabreo continuo, de obsesión en obsesión.

Mira que soy imbécil.

Hay que reconducir esto y hay que cambiar RADICALMENTE la forma de afrontar las competiciones. Entrenando sí que me lo paso bien, de modo que en principio es fácil, compite como entrenas Fonseca. Y déjate de gilipolleces.

Recuperar el espíritu FINISHER, ese es mi gran objetivo para lo que queda de esta temporada y la siguiente. Y no lo digo con la boca pequeña. Por supuesto que sigo queriendo mejorar, bajar tiempos y ser más rápido. Pero hay que aceptar que no siempre se dan las circunstancias ideales, que no vivo de esto y que lo hago porque quiero, porque me gusta y porque me divierte (By The Ronaldos).

P.D: Este es un “post” con aviso a navegantes. Amigos del triatlón La Sagra, Chiquichurris, Tejadas y otros triatletas de mal vivir. Disfrutad del día de la prueba, disfrutad del Ironman, recordad por qué estáis ahí, lo que os ha costado llegar y dejad de mirar el crono. No se es menos Ironman por tardar 20,30 ó 230 minutos más. Os lo dice uno que este año la ha cagado en este sentido.