Con mi participación en Arenales 113 se iniciaba una nueva
etapa en mi caminar triatlético. Hasta entonces habían sido poco más de 2 años
de probar “esto del triatlón”, descubrir distancias, experimentar sensaciones,
vivir más fracasos que éxitos…aunque dicen que se aprende más de los fracasos que de los éxitos...
En ese caso, he debido aprender mucho. No dejaré de hacerlo, por
supuesto, pero ya no soy un novato en el deporte de las tres disciplinas, y
cada día tengo más claro lo que quiero:
QUIERO IR A KONA (halaaaaaaaa, ya te has dao un golpe en la cabeza Dani, no seas flipao…)
Que sí, que quiero ir a Kona, jolines.
No tiene por qué ser este año, ni el que viene, ni dentro de
tres…
¿Qué tal para 2019 ó 2020? Podría estar bien. No hay prisa,
5 años de maduración en mi actual grupo de edad y con el salto a GE45-49 intentarlo
en serio cuando sea un “joven” entre los maduritos pre-cincuentones.
Pues con esas me desperté un buen día por la mañana, me giré
en la cama y le dije a mi “santa”:
RUTH, QUIERO A KONA, EN SERIO
Y me dijo que sí, que vale, que me pusiera manos a la obra y
me lo tomara en serio, que me apoyaba. Flipante. Los restantes 364 días del año
seguiría maldiciendo mi dedicación al triatlón, pero ese día me dijo que sí.
Era una señal.
Justo andaba pensando qué necesitaba hacer para colocar los
cimientos de mi “Road to Kona” cuando aparece en mi vida Luis de Arriba. A Luis
le conocía mi colega César, mi precursor en el triatlón, aquel que me sugirió
hacer Lisboa como primer contacto con la larga distancia, la primera persona
“cercana y terrenal” que yo conocía que intentó terminar un Ironman.
César y Luis habían coincidido entrenando en el mismo
gimnasio y grupo de amigos aspirantes a triatleta, aunque Luis le llevaba cierta ventaja, habiéndose iniciado
antes en el triatlón y el running.
El caso es que en octubre del año pasado César me manda el
enlace del blog de Luis:
http://luidgi1.blogspot.com.es/
(RETROCEDER NI PARA TOMAR IMPULSO)
Resulta que el tal Luis se había clasificado para Kona, así
que leí detenidamente su post contando la experiencia, pero sin darle más
importancia.
Meses después revisito de nuevo el blog de Luis y veo que ha
aparecido en la revista Triatlón, contando de nuevo su historia. Cómo se
clasificó, no solo para Kona, sino también para Maui y su mundial Xterra, y aquí
sí ya decido leer con detenimiento el blog ENTERO, post a post, desde sus
primeras publicaciones allá por 2007. Veo con asombro que sus inicios no fueron
muy diferentes a los míos, y que en sus primeros diezmiles, sus primeras "medias",
tampoco es que marcara tiempos estratosféricos. Es un tío “normal”.
Decido escribirle un email y quedamos para tomar algo un
día. Es entrenador de triatlón, aunque yo ya tengo uno, pero me digo que no
pierdo nada por conocerle. Tras casi 2h de entretenida conversación resulta que
caí rendido a sus pies. Me digo inmediatamente que Luis es lo que necesito.
Estoy contento con Dani Guerrero, mi entrenador hasta
entonces, pero dentro de mí siento que me falta algo de “feeling” con él. Dani
no ha hecho triatlón de larga distancia, Dani es fundamentalmente ciclista. Y
en la bici me ha ayudado mucho, muchísimo. Pero en Ironman muchas veces el tema
es de “cabeza”, mucho trabajo psicológico, mucho darle vueltas a sensaciones
contrapuestas durante horas y horas. Si no lo has vivido no puedes saber cómo
me siento. Y por esto, ni más ni menos, decido cambiar de entrenador.
Es posible que haya sido injusto con Dani, no digo que no,
pero al fin y al cabo hablamos de mi tiempo, mi dinero, mis ilusiones y mi
sueño. Intuyo que Luis puede ayudarme mejor a sacar lo que sé que tengo en mis
piernas, escondido tras agobios, miedos y comeduras de tarro varias.
De modo que me puse en manos de Luis a 2 semanas de
Arenales, seguramente no en el mejor momento, sin ni siquiera experimentar los
resultados de 4 meses de trabajo con Dani. Pero era mi decisión y había que ser
consecuente, si vas a cambiar Fonseca hazlo ya.
En Arenales me salió una buena carrera. Tengo claro que el
98% del mérito es de Dani Guerrero, el 1% de Luis y yo puse el resto. Hice, con
diferencia, mi mejor carrera en media y larga distancia, mi mejor sensación
como “Finisher”. Solo espero que este triatlón de Elche sea el punto de
inflexión hacia metas mayores.
Nadé muy bien, no rehuí la pelea como me dijo Luis. En la
bici fui consistente, y quizás algo conservador, pero había que bajarse a
correr con piernas. En la carrera a pie la cagué bastante, incomprensiblemente.
En la primera vuelta iba corriendo cuasi-perfectamente hasta las escaleras y
luego…me dejé llevar, me quedé sin ritmo. Me deja caer Luis que posiblemente
soy un poco “vago” y que no me gusta correr fatigado, que he bajado el ritmo
inconscientemente porque no me siento cómodo corriendo cansado. Según él eso
hay que remediarlo, tengo que ser capaz de mantener un ritmo razonablemente
alto a pesar del cansancio. Un ritmo que esté en línea con los ritmos a los que
entreno o como cuando compito sólo en carrera a pie. Efectivamente mis
parciales de carrera a pie en triatlón son desastrosamente más lentos que
cuando solo corro, y suelo quedar de la mitad hacia atrás con respecto a mis
competidores, cuando en carreras populares suelo quedar fácilmente en el primer
20%-25%. Algo falla.
Siguiendo con los “Vientos de Cambio” tengo que cambiar
radicalmente mi parcial a pie. Mi mejora en triatlón está ahí, corriendo. Hemos
comenzado un “plan especial” que espero desemboque en cierta comodidad
corriendo cansado, porque ritmo tengo, eso seguro.
La siguiente piedra de toque es Pamplona, el 16 de mayo.
Me pide Luis que en Pamplona me vacíe, que no me deje nada.
Estoy de acuerdo, es buen momento para arriesgar, basta de ser tan
“amarrategui”, si hay que sufrir, se sufre. Así que sí, saldré a buscar mis
límites.
Además va a ser la primera competición en la que luzca los
colores de mi nuevo club (más cambios), el ATLÉTICO SAN SEBASTIÁN, club de referencia de mi ciudad adoptiva,
Donosti. Llevo federado con ellos desde principios de año, pero aún no me había
llegado la ropa, por lo que en las dos competiciones de este año (Du de Soria y
Arenales), había competido con ropa “neutra”.
Un cambio de club que no era estrictamente necesario, dado que por
supuesto me sentía cómodo con mis amigos del tri La Sagra, de Illescas. Cambio
de club más bien por capricho, dado que Isma, el primo de Ruth es el delegado
de la sección de triatlón del AtléticoSS y ya hablamos hace algún tiempo de competir
defendiendo los mismos colores. Además mi buen amigo/primo Iker también se ha
unido al equipo, vamos que me apetecía mucho estar en el mismo club que “los
primos”. Finalmente a Ruth le hacía ilusión que corriera para un club de su ciudad,
así que no me lo pensé mucho
Sigo muy en contacto con el club triatlón La Sagra, por
razones obvias. A ellos seguramente les vea cada semana entrenando, ya sea
nadando, ya sea dando pedales o bien corriendo. A la gente del club de Donosti
mucho me temo que únicamente le veré coincidiendo en alguna competición por el
norte de España.
Solo espero estar a la altura de un club que cuenta con
enormes campeones y habituales del podio en diferentes distancias y categorías.
Lo mismo pronto se arrepienten de haber aceptado a este madrileñito de sueños
imposibles…¿o no tanto?
Veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario