lunes, 4 de noviembre de 2013

IX CARRERA POPULAR DEL RETIRO

Menos de una semana para la Behobia y aún andaba decidiendo si la iba a correr o no, porque no estoy recuperado del todo de mi problema con el aquiles izquierdo y porque tras acabar el Ironman lo primero que hice fue prometerle a mi mujer que no la correría (error), y ya sabe que ellas se toman al pie de la letra una promesilla cualquiera  hecha en el calentón de un momento de hartazgo y frustración.

Pero soy “lo peor”, y he cambiado de opinión amigos. Primero porque el aquiles ha mejorado algo en este último mes, segundo porque el veneno éste que llevo dentro me sigue pidiendo guerra y tercero porque tengo la sensación de estar ante una oportunidad única de hacer algo grande en esta edición de la Behobia. Entiéndase “hacer algo grande” como simplemente mejorar, creo que ostensiblemente, mi mejor marca en la prueba. No voy a ganar la carrera, ni batir el record del mundo de la distancia ni nada parecido. Se trata de bajar unos buenos minutos, bastantes si la cosa sale bien. Sigo compitiendo contra mí mismo, contra el Dani Fonseca del pasado. Bueno también compito contra Iker. Tengo que ganar a Iker. Ya me ha dado “p’al pelo” las dos últimas ediciones y ya está bien, oye.

Así que Roberto, Rober, otro de mis buenos amigos y gran rival, resulta que va y me invita la semana pasada a inscribirme en la carrera del Retiro que se disputaba ayer domingo, un 10K que llega a su 9ª edición y que ya disputé hace tres años, en la 6ª. Aquella  vez formó parte de mi preparación para mi primera Behobia, y además fue la la 1ª vez que bajé de 50 minutos (48’50’’).

¿Quién es ese gordo de verde corriendo la VI Carrera del Retiro 2010 al lado de Sergio? 

Aparte de la satisfacción de lograr ese pequeño hito no tenía demasiado buen recuerdo de esa carrera, con un recorrido lo siguiente a duro de cojones. Dos paredes en los km6 y en el km8, la subida de Menéndez Pelayo desde Ciudad de Barcelona hasta Mariano de Cavia y la conocidísima y odiadísima cuesta del Ángel Caído, ya dentro del parque del Retiro. No es una carrera ni mucho menos llana, y por lo tanto poco dada a grandes marcas. Pero bueno, podría ser una buena piedra de toque de cara a la Behobia, así que me la tomé como una gran prueba final, si las sensaciones eran buenas correría la Behobia, y si no, pues nada, iría de espectador para animar a Iker.

La voy a correr, Iker prepárate. Pero no adelantemos acontecimientos…

Recojo a Rober a las 8 de la mañana y en media hora nos plantamos en el Retiro. La carrera es a las 9.30h, así que no hay prisa. Repito look Ironman, camiseta de compresión Skins blanca y mallas negras, visera y pantorrilleras de compresión naranjas, me he vuelto algo maniático y supersticioso. Estreno  en “competición oficial” las ASICS Tri Noosa 8 que tan buenas sensaciones me han dado en un par de entrenos previos, y con las que, llegado el caso, tengo previsto correr la Behobia.



Tras recoger el dorsal y calentar con Rober a trote cochinero voy empezando a interiorizar mi consigna para la carrera “Pégate al culo de Rober, pégate al culo de Rober, pégate al culo de Rober…”, el tema está claro, Rober es un gran corredor con marcas inalcanzables para mí (tiene un 38min en 10K), pero este año, debido a compromisos familiares presentes y futuros (va a ser padre), no está tan fino. Aún así no me va a resultar fácil correr a su ritmo, no está claro cuánto he mejorado yo y cuánto ha empeorado él. Los días previos le he estado tocando las narices un poco, “te vas a cansar de ver mi culo, Rober”, “ya veremos, ya veremos, Dani”, replicaba Rober…

Pistoletazo de salida y ya estamos en “el lío”. El primer kilómetro es de bajada, criminal, por el mismo Ángel Caído que luego habremos de “escalar”.  Hemos salido bien delante y sin problemas vamos buscando posiciones y tratando de encontrar nuestro ritmo. Como había interiorizado voy pegado a Rober como una lapa. Vamos a toda hostia y el corazón se me dispara, joder Rober si pretendes llevarme así todo el camino me vas a reventar. Km1 en 3’47’’ (joder). Salimos del Retiro y enfilamos Alfonso XII rodeando toda la valla del parque, luego Alcalá, toda esta parte en ligera subida y luego toca bajar Menéndez Pelayo.

Km2 en 4’04’’ y km3 en 4’29’’. Seguimos yendo por debajo de lo previsto, bajar de 44 minutos se antojaba aceptable para ambos, por la dureza del recorrido, ni que decir tiene que eso significaba mejor marca personal para mí. El corazón ha vuelto a su sitio y de momento aguanto bien el ritmo que va marcando Rober, yo bien pegadito a su culete y haciendo mentalmente el chequeo “piernas...bien…corazón…creo que bien…sensaciones…de momento buenas…”

Ya estamos en el km4 y en plena bajada de Menéndez Pelayo, lo hacemos en 4’14’’ y enfilamos la calle Nazaret, donde la bajada se acentúa. Km5 en 3’55’’ (a lo locoooooo…). Mitad de carrera en 20’31’’, santamadredelamorhermoso que ahora toca subir macho…

Terminamos la parte “buena”, la de la bajada por Doctor Esquerdo, km6 en 4’00’’ y giramos a derechas por Ciudad de Barcelona, toca ya subir casi todo el tiempo hasta el final. Primero subida suave, luego salvaje entrando por Menéndez Pelayo otra vez hasta la plaza de Mariano de Cavia. A mitad de esta subidita brutal veo que Rober flojea, dudo si seguir o aguantar con él, pero qué coño, me veo con fuerzas y hemos venido aquí a probarnos y a darlo todo. Aprieto los dientes y me repito “no mires atrás, tú a lo tuyo, vas bien, estás fuerte, no mires atrás…”.

No termino de ver la marca del kilómetro 7 y me asusto un poco porque pienso que he bajado mucho el ritmo, así que por si acaso en la bajada hasta Atocha trato de empujar un poco más por si puedo recuperar algo de tiempo. Definitivamente he perdido la marca del km7, no puede ser que lleve 6 minutos para hacer un kilómetro.

Giramos de nuevo en Alfonso XII y la subida se acentúa, llego a la marca del km8 y el parcial de de mi cronómetro marca 9’02’’ para 2 kilómetros. No está tan mal, sale a 4’31’’/km siendo ambos en subida. Tengo algo más de 10 minutos para hacer los 2km finales y bajaré de 44 minutos. Si el Ángel Caído no me revienta lo conseguiré de sobra.

Entramos de nuevo en el parque de Retiro y comienza el “infierno del Ángel”. Aún recuerdo esta misma subida hace tres años cuando una señora pretendía animarnos gritando “vamos chicos que vais dormidos…”.

 ¿Qué vamos dormidos, señora?, será….

Daban ganas de abalanzarse sobre ella y abofetearla. Póngase usted a subir la maldita cuesta después de 8 kilómetros, no te fastidia…

Venga que me desvío contando batallitas pasadas, estoy subiendo el Ángel Caído y el dolor de cuádriceps y gemelos es insoportable, lo he ido dando todo hasta aquí y las fuerzas quién sabe dónde estarán. A luchar contra las ganas de parar y los pensamientos negativos… “me va a pasar Rober”, “verás, en cualquier momento aparece Rober y me pega el hachazo”, “me pasa Rober, fijo”. Pero sigo sin mirar atrás, corono la subida, le hago la señal del pajarito a la estatua y enfilo el último kilómetro con una leve bajada y luego ya todo llano hasta la meta. El km9 ha salido a 4’55’’ debido a la maldita rampa, pero estoy en tiempo, tengo 5 minutos y medio para bajar de 44 minutos, así que incluso bajaré de 43 si no reviento ahora, y ya no parece que lo vaya a hacer.

Si no me ha pasado Rober ya no me va a pasar, trato de subir un poco más el ritmo y prepararme para el sprint final, pero esta vez no hay sprint final que valga, no tengo eso que llaman “una marcha más”, y que en otras carreras sí que he utilizado. Voy justo, no hay más, así que mantengo el ritmo sufriendo con alegría los metros finales. Voy a hacer una buena marca, y voy a entrar por delante de Rober.

42’49’’ finales. Yeah. 4’17’’/km de media. Yeah.

En un recorrido llano le rasco otro par de minutos fijo.

No acabo de mirar el cronómetro cuando escucho por detrás a Rober felicitándome “Enhorabuena Dani, gran carrera”. Nos han separado 4 segundos escasos.

Rober me ha ganado en el pasado y me seguirá ganando mil carreras en el futuro. Es mejor atleta que yo, punto. Seguimos jugando ligas diferentes, en cuanto entrene más volverá a dejarme atrás.  Pero esto es como cuando Arancha ganó a Steffi Graff, cuando el Alcorcón eliminó al Madrid en la Copa, como cuando…

He ganado a Rober UNA VEZ. Soy feliz (y simple, y tonto, lo sé, pero qué le voy a hacer).

Al final ambos estamos felices, Rober porque va recuperando su punto de forma y ha conseguido su objetivo, y en el fondo sé que se alegra también por mí. Está claro que le debo mucho, por no decir todo, de la marca que he hecho. Si no le llego a utilizar vilmente como “liebre” no creo que me hubiera esforzado tanto, tenerle como referencia ha hecho mi carrera infinitamente más llevadera (que no quiere decir fácil, que al final son mis piernas las que tienen que correr).

Voy a correr la Behobia. Y además tendré otra “liebre” que guiará mis pasos. El “primo” Isma se ha ofrecido voluntario y si soy capaz de aguantar su ritmo puedo hacer una marca que quede para siempre registrada en el Guinness de los records del atletismo…de mi casa.


Prepárate Iker.

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