martes, 30 de julio de 2013

PRUEBA DE ESFUERZO ANTES DEL ÚLTIMO ESFUERZO

Entramos en las últimas 10 semanas antes del Iberman de Huelva. Esto es, 8 semanas de entrenamiento a tope y dos semanas de tapering (ver post anterior dedicado a este último concepto).

Como parte de la preparación decidí hacerme hace dos semanas una prueba de esfuerzo en un centro médico-deportivo.  La prueba incluía análisis de gases, electrocardiograma, porcentajes de masa corporal y grasa corporal, así como un completo informe final, con análisis de resultados, detección de umbrales aérobico-anaeróbico, benchmark comparativo con población atleta-no atleta, predicción de marcas y zonas de intensidad de entrenamiento recomendadas (esto es, ritmos recomendados para diferentes distancias/objetivos). Y por supuesto la emoción de darlo todo corriendo en un tapiz rodante (vamos una cinta de correr de toda la vida), con el torso desnudo, delante de dos señoritas, embutido en una sugerente malla de red tipo Freddy Mercury super-gay,  rodeado de cablecitos y respirando por la máscara de Darth Vader en plan Luke yo soy tu padre.

Aún conservo alguna duda relativa a si la prueba de esfuerzo realmente sacó de mí el máximo, puesto que la doctora la dio por finalizada cuando ni mucho menos había alcanzado mi tope de pulsaciones (se supone que en estas pruebas tienes que llegar al agotamiento), pero bueno, imagino que dicha doctora sabe mejor que yo cómo va el tema en cuestión.

En cualquier caso estoy contento con los resultados, y me parecen coherentes con la percepción personal que tengo de mi estado de forma actual, así como estoy de acuerdo con los umbrales que se han determinado, los ritmos de entrenamiento propuestos y la predicción de marcas que anticipa.





Se supone, por ejemplo,  que con mi forma física actual debería ser capaz de correr un 10K a ritmo de 4’15”/km (hace ya tres meses corría habitualmente por debajo de 4’30”/km dicha distancia, y con la carga de entrenamientos que llevo, y espero que también la calidad de los mismos, en estos tres meses he debido mejorar bastante).

Se supone igualmente que mi ritmo de maratón estaría en los 5’30”/km, lo que arrojaría una marca de alrededor de 3h50’ para los 42K, que no es una maravilla, pero que me parecía una marca de ciencia-ficción hasta hace bien poco. Claro que ésta es sólo la teoría. La marca de los 10K la puedo certificar en cualquier momento, pero para la maratón casi que me tendré que esperar al Ironman, no tengo ninguna intención de correr la pruebecita antes de esa fecha. Pero sí que puedo y debo intentar hacer entrenamientos “extensivos” a ese ritmo, hasta los 26-30K, por ejemplo (que gustito va a dar correr durante 2h y ½ en agosto a esos ritmos, con el frío que suele hacer en estas fechas…).


La conclusión fundamental a extraer de la prueba, y quizá es lo más importante de todo este asunto, es que el test no detectó ninguna anomalía física que, y cito textualmente, “contraindique o limite la práctica deportiva que el atleta viene realizando”. Y eso, quieras que no, me tranquiliza, porque no me voy a enfrentar a una “carrerita” cualquiera, ya que lo que viene es un señor Ironman, de modo que este tipo de noticias son bienvenidas. En opinión de la doctora, con el simple análisis preliminar de los datos que arrojó la prueba, terminar el Ironman lo termino, otra cosa será en cuánto tiempo, pero bueno, parece que estoy en el buen camino y no moriré en el intento.

Ahora resulta que además me falta un test de lactato, prueba complementaria recomendada por la doctora para, además de sacarme la “pasta”, determinar con mucha mayor precisión ritmos de entrenamiento y frecuencia cardíaca, efectividad del entrenamiento aeróbico y predicción de ritmos de forma mucho más ajustada, gracias al análisis de la concentración de lactato en sangre. El amigo lactato es una “cosa mu mala, mu mala” que hace disminuir el rendimiento muscular cuando se acumula en tus musculitos y el cuerpo no es capaz de absorberlo, de manera que detectar a que ritmos y frecuencia cardiaca aparece, aumenta y disminuye, sirve para determinar que ritmos vas a ser capaz de aguantar sin que tus músculos “peten”. Para ello te van pinchando en un dedo mientras corres a diferentes ritmos y van midiendo su concentración y tal y cual…huuummm, interesante, y todo ello por el módico precio de ya veremos, será por dinero, ¿no?

En otro orden de cosas estoy un poquito “mosca” con la Organización del Iberman dichoso, porque han realizado una serie de “pequeños cambios” que me hacen dudar de su seriedad, espero que sólo sean imaginaciones mías. Paso a resumir las más importantes:

1.- La zona de meta se ubicaría en Isla Cristina, con el Hotel Barceló como centro de operaciones, con total respaldo del ayuntamiento de Isla Cristina y tal y cual. Pues ahora resulta que no, que la prueba se traslada a Islantilla, a Lepe, cuyo ayuntamiento por supuesto respalda la prueba al 100%. El hotel que supuestamente me tocaba también ha cambiado, aunque finalmente he conseguido confirmar mi reserva, para mí y para mis acompañantes, así que un problema menos. ¿Habrá más cambios de aquí a Octubre? ¿Saldremos desde Tánger? Espero que no.

2.- La natación iba a ser en el río Guadiana. Pues ahora resulta que tampoco, que será en la playa de la Antilla, en Lepe. Que si 1000 atletas son muchos para controlar en un río, que si las corrientes que van y vienen y por el camino se entretienen, que si lo importante es nuestra seguridad y que si la abuela fuma. En fin, un poco “chapuza”, ¿no?

3.- La bici lógicamente en consecuencia también  ha cambiado, porque las zonas de salida y T1 han cambiado. Y aquí viene donde la matan, porque de pasar de unos teóricos 1500m de desnivel acumulado (que ya estaba bien), pasamos ahora a más de 2200m (más que en el Ironman de Niza, considerado uno de los circuitos de bici más duros). Así que cojonudo, eso sí, la Organización me dice que no hay que preocuparse, que la subida más larga no tiene más de 2km, que la dificultad del recorrido es “media” (¿media para quién, para “Purito” Rodríguez o para una “servidora”?), aunque no dicen nada de las tropecientas subidas de “menos de 2km” que tendremos que afrontar, porque el mapa de altimetría de la prueba parece el Himalaya y sus catorce ochomiles. Vamos que estoy contento, ¿sabes?



En fin, que supongo que es lo que hay, “haber elegido muerte”, que diría el chiste. A seguir dándole caña, no queda otra.

Por lo menos ya sé calzarme las zapatillas de bici en marcha, y también desmontar de la bici dejando las zapatillas insertadas en los pedales automáticos, así que las horas que pierda dejándome las piernas en la carreteras de Huelva y el Algarve portugués las compensaré con los  segundillos que conseguiré ganar en las transiciones gracias a esta nueva habilidad adquirida.






 Lo aprendí el pasado viernes, mientras ensayábamos multi-transiciones bici/carrera con la gente del club y Jorge, uno de nuestros entrenadores. Muy divertidas dichas multi-transiciones, y a la vez muy exigentes, acabé roto y con el corazón desbocado, haciendo 5km de bici + 1K de carrera en cinco ocasiones ( y corriendo por ejemplo la última serie  de 1000m a 3’23”, ¡increíble, baby!)



10 semanas, ni una más, ni una menos…. 

lunes, 22 de julio de 2013

CIRCUITO DEL AGUA: TRIATLÓN SPRINT DE VALMAYOR

Para completar el póker de distancias en ésta mi primera temporada en triatlón (excluyo a propósito mi cutre-debut en el Sertri del año pasado), me faltaba disputar un triatlón “sprint”, a sumar al medio Ironman de Lisboa, el olímpico de la Casa de Campo y el Iberman distancia Ironman que haré en octubre.
El triatlón “sprint” es la distancia más corta entre las habituales (bueno también hay “supersprint” y “flash”, pero son más de iniciación o para edad infantil), y como su propio nombre indica se disputa a toda leche, sin un respiro y de forma totalmente agónica. Ésta era mi intención este pasado domingo, disputar el triatlón “sprint” del embalse de Valmayor, prueba que cerraba el denominado Circuito del Agua, realizando cada segmento como si no hubiera nada después. Así que había que nadar 750m a muerte, pedalear 20km en la bici a fuego y correr los 5km de carrera a pie hasta reventar, no había otra, si es un sprint es un sprint. Digamos que cumplí dos tercios de mi promesa, dándolo todo en la bici y a pie, y cagándola, como ya lamentablemente empieza a ser habitual, en el sector de la natación. Pero he decidido no lamentarme más, no nado bien en aguas abiertas, eso es un hecho ya constatado, y, o lo asumo y me tomo la natación “de trámite”,  o trato de corregirlo y ponerle solución, pero ya no voy a comerme la cabeza más nadando, porque eso no hace más que perjudicarme y aumentar mi sufrimiento.
Suena el despertador a la 5am y rápidamente arriba, hay que desayunar corriendo, ducharnos, preparar el material, regar el césped de casa porque se ha roto el programador del riego automático (vaya por Dios) y esperar que llegue Fran, de mi club de Tri en Illescas para irnos juntos hasta Valdemorillo. La prueba es a las 8,30am y tenemos casi una hora de camino, y hay que recoger dorsal, montar las bicis y comprobar que todo está OK, dejar las bicis en la transición, untarse cremas, dejar la mochila en el ropero, calentar un poco en el agua…en fin, un estrés. Ese estrés hace que Fran tenga que visitar al Sr. Roca en el último momento, yo afortunadamente sigo ingiriendo mi dosis de Fortasec previa a cada carrera, que no quiero que en mi cuerpo se produzca ningún tipo de “convulsión” interna. Ya puedo tragar luego largos tragos de putrefactas aguas embalsadas que ahí dentro no se mueve nada, oiga. El método de momento funciona y no tiene efectos secundarios y seguiré aplicándolo.
Decía que tuvimos tiempo para calentar un poco en el agua, llegando hasta la zona de salida de la natación tras haber nadado unos 100-150m. El agua está a buena temperatura, yo diría que incluso más caliente de lo esperado para ser primera hora de la mañana. La natación se hace alrededor de un triángulo con 250m de lado, demarcado por dos boyas, aunque a simple vista la distancia parece mayor, sobre todo comparado con el recorrido de la Casa de Campo. Luego alguna medición de GPS demostró que efectivamente se nadaron más metros, bueno, supongo que era igual para todos, así que queja ninguna. Vamos allá con la crónica.
NATACIÓN
Me despisto haciendo coñas con el personal allí presente intentando soltar los nervios y suena la sirena sin haberme colocado las gafas, empezamos bien…
Fran me coge la delantera y torpemente trato de ponerme detrás de él, durante los primeros 250m hasta la primera boya le tengo controlado e incluso le toco los pies un par de veces (so sorry, Fran), pero nuevamente estoy nadando fatal y sin ritmo. En la boya y consiguiente aglomeración de especímenes nadadores, recibo un par de leches y trago agua, Fran comienza a escaparse y me hundo moralmente, y la cabeza que no para “Estoy nadando como el culo” “joder Dani estira la puñetera brazada”  “¿Qué coño haces nadando con los dedos abiertos?” y Fran que definitivamente se escapa. ATPC mi táctica pre-acordada con Fran de intentar pegarme a él cuando me rebasara en la bici para aprovecharme de rodar en grupo con un ciclista experto como es él. La teoría en piscina dice que yo nado más rápido que él, pero “ay, amigo” esa es la teoría, y esto no es una piscina...
 “Pues si Fran sale delante de ti del agua olvídate de tácticas en la bici, majete”.
Definitivamente me hundo y los segundos 250m se me hacen eternos. Segunda boya y un par de hostias me hacen despertar, me han alcanzado las chicas y los nadadores más rápidos de la segunda tanda, que salían 4 minutos después. Al contrario de lo que pueda parecer, esto no me viene mal, sino que tras echarme a un lado para dejarles paso, trato de seguirles y acelero el paso en este tramo final. Definitivamente necesito unas nuevas gafas de natación, y me voy a comprar unas buenas, no puede ser que esté valorando comprarme unas ruedas de 1000 pavos para la bici y escatime 25 euros que es lo que cuestan las mejores gafas para nadar.
Parcial desastroso de 16’40’’, a los que hay que sumar algo más de 2’ de T1 (transición 1), para un total de 18’49”, según reza en la clasificación oficial.
LA BICI
Nadar tan mal suele tener un efecto positivo sobre la bicicleta, porque salgo enrabietado y bajando piñones como un poseso (¿será poseído, no?...”pos..eso”). Nekane no se queja, galopa y corta el viento montada sobre sus nuevos “zapatos”, unas flipantes Campagnolo Scirocco de 35mm, regalo de Kiko y Óscar. Serán efectivamente las ruedas, que son mejores que las anteriores, o será el efecto placebo de creer que realmente son mucho mejores y que me hacen volar, pero el caso es que me siento con un pedalear  muy fluido y consistente sobre la bici.
                                         Nekane con sus zapatos Campagnolo nuevecitos
Trato de unirme a un grupo de 8-10 triatletas que se ha formado delante de mí, me cuesta mucho cogerles y cuando lo hago comienzan las duras rampas que tiene un recorrido exigente, mucho subeybaja rompepiernas. Acaban por descolgarme en el tramo final de subida y les engancho en la bajada, como siempre lanzándome a lo bestia y asumiendo muchos riesgos, quién dijo miedo. Nada, van demasiado rápido para mí y me van a desfondar, les dejo que se vayan y yo a lo mío. Me cruzo con Fran, va integrado en un mega-grupo con nosecuántos componentes, qué envidia joder.
Segunda vuelta y voy sólo, no muy lejos hay un par de triatletas y una chica, les alcanzo. Durante unos breves segundos me coloco detrás de la chica y justo pasa un juez que me echa la bronca, “¡¡no se puede chupar ruedas de las tías!!...” me dice con gesto de desaprobación. Pues ni puta idea tenía, oiga, joder y tampoco es que me esté aprovechando de mucho, la chica en cuestión es un hobbit de 40kgs como muchísimo, mucha pantalla contra el viento no me está haciendo. Nada, adelanto a la chica y el juez en la moto que me levanta el pulgar sin sancionarme con la temida parada en el “penalty-box”, que en un triatlón sprint es toda una faena.
He olvidado comentar que hubo varias caídas, y me sorprende porque la carretera era ancha, totalmente cerrada al tráfico y bien asfaltada, sin tierra u otra clase de superficie deslizante, y con los dos giros de 180 grados bien señalizados. Vi a dos chicas que debieron chocar entre sí con el cuerpo y la cara abrasados por el roce desnudo contra el asfalto “ufff…eso ha debido doler tela…”, y a otro triatleta caminando con la bici a cuestas y ¡¡UNA BIELA!! en la mano, también es mala suerte, hay que jorobarse.
Como siempre me quedo con el número de dorsal memorizado de un par o tres contrincantes mientras nos pasamos y repasamos durante el sector, ellos me pasan subiendo, yo se la devuelvo bajando, esto es así, colega. ¿Ése que me ha saludado no era Alfredo? Debe ser él, Alfredo es otro chaval del club que corre la prueba, aunque él no se ha federado y por lo tanto salía 4-5 minutos más tarde. Otro de los chavalitos asquerosamente jóvenes y asquerosamente prometedores que insisten en humillarnos a nosotros, los abueletes. Suerte Alfredo, espero que no se te ocurra adelantarme…
Tercera y última vuelta en la que exprimo a Nekane en el sector inicial de subida para luego relajarme algo y dejarme llevar suavemente hasta la T2, que luego toca correr. Salen unos muy buenos 31kmh de media, algo que no he conseguido nunca en entrenos, ni en salidas cortas, así que acabo muy satisfecho del sector bici. Criminal T2 en la que hay que caminar con la bici durante casi 500m y en los que seguro he destrozado las calas de las zapatillas, ya que aún no me atrevo a descalzarme en marcha. Tendré que practicarlo para estos triatlones cortos.

Parcial de 38' para la bici más otros 4' de una larguísima transición.
CARRERA A PIE
Último trago de agua del bidón de la bici, me calzo las ZOOT, esta vez sin calcetines (no lo he probado antes, ya me vale la tontería), visera IRONMAN y hala!, a correr, machote…
Dos vueltas de 2,5km, con la primera mitad en subida con algún tobogán y la segunda mitad lógicamente en bajada y los mismos toboganes.
Salgo bien, primer kilómetro a 4’08’’ pese a las consabidas extrañas sensaciones en las piernas, después flojeo algo, 4’20’’ para el segundo kilómetro. Me adelanta Alfredo, hay que joderse como corre, trato de seguirle pero nada, ni de coña. En el km3 ya voy sufriendo demasiado y el ritmo decae, casi a 4’30’’, pero aún así está bien, me he propuesto correr en menos de 22min y mal se me tienen que dar los dos últimos. Cuando peor voy se pone a mi altura TEBAR, que es lo que pone en la espalda de su mono de triatlón. Le he pasado al principio del sector a pie y lo sé porque me he fijado en el tamaño de sus gemelacos descomunales. El caso es que el Sr. Tebar me dice “venga no aflojes, que queda poco más de un kilómetro”. Me flipa el triatlón, no debe haber muchos deportes en los que supuestos competidores se animen unos a otros y ayuden en momentos de flaqueza. Ahora recuerdo la tremenda ovación que se llevó, por parte de los triatletas que esperaban su salida, el último en salir del agua de una tanda en el pasado triatlón de la Casa de Campo. El caso es que TEBAR me saca de mi agonía y hacemos el último tramo juntos, bueno, más o menos…
Porque Tebar no conoce mi poderoso final, coronamos el último tobogán y desde ahí sólo faltan 500m a meta todo en bajada. Me digo que hoy he venido a reventar y  a no guardarme nada, agradezco a Tebar su ayuda y le pregunto si tiene fuerzas para esprintar, me dice que va justito, pues yo no, “tronco”, así que corro como alma que lleva el diablo. Adelanto a tres “cadáveres” más en este tramo final, el corazón se me sale por la boca y no aflojo hasta pasado el arco de meta. Joder qué subidón.
Paro el cronómetro en 1h22’33”, corriendo el kilómetro final a 3’40’’/km. Tela marinera. Parcial de carrera 20'52", muy bien, ¿eh?
Para que el lector se haga una idea de lo contento que estoy, indicar que el año pasado debuté en la misma distancia haciendo 1h52’, cierto es que la bici era algo más larga, 24km por 21km esta vez, y el circuito también era más ratonero y difícil de conseguir ritmos consistentes. Pero bueno, creo que la mejora es evidente. Ganarle media hora al crono en más o menos la misma distancia es ganarle muchos, muchos minutos. Y por eso estoy muy contento, estoy con un subidón que no veas, chaval…

POST-CARRERA
Busco a Fran, el máquina, con el que también me he cruzado en la carrera a pie y que me ha sacado casi una vuelta entera corriendo, calculo que hará unos 10 minutos menos que yo. Pues no, han sido 11 minutos, porque el “animalito” se ha marcado 1h11min, santamadredelamorhermoso.
Repongo mi depósito de agua y coca-cola que proporciona la Organización, también hay mini-croissants, pero no me entran. Comentamos la jugada con un colega de Fran del triatlón Valdemoro, me fundo en un abrazo con Tebar, que ha venido a buscarme para saludarme (es lo que os digo del ambientazo y buen rollo que hay en el triatlón). Me felicita por mi sprint final y yo nuevamente le doy las gracias por “salvarme” de quedarme hundido en el tramo a pie. A Tebar tranquilamente le debo casi un minuto de mi registro, sin él al final me hubiera dejado llevar agónica y apáticamente y hubiera perdido un tiempo precioso.
Recogemos bici y trastos, nos hacemos Fran y yo las fotos de rigor en el “photo-call” de la prueba, y para casita, previo paso por el bar-avituallamiento para degustar unas buenas y merecidas cervezas, pese a ser poco más de las 11 de la mañana.




jueves, 11 de julio de 2013

IDOLOS DE KLAGENFURT

El pasado 30 de junio dos nuevos ídolos pasaron a formar parte de mi particular Olimpo de dioses terrenales del triatlón en distancia Ironman.

La lista contaba con un único integrante hasta la fecha, el gran Rob Smith del que ya he hablado en alguna ocasión, el Dios de Florianápolis, Brasil 2011. Robert se estrenó en el Ironman cascándose un espectacular registro de 10h45min no alcanzable para mí ni en el más orgásmico de mis sueños triatléticos. 1h15min para los 3,8km de natación (asequible, si alguna vez decido nadar como sé que puedo nadar), 5h30min para los 180km bici (ni de coña ni aunque me dejen la “cabra” del mejor contrarrelojista del mundo) y algo menos de 4h para la maratón, transiciones aparte, parcial que ya te digo yo que tampoco está a mi alcance. Y menos después de conocer de 1ª mano, ya sea leyendo su blog ya sea porque me lo ha contado él personalmente, las palizas en modo de entrenamiento que se pegó el colega camino de Brasil.

El ídolo num.2 es un compañero de trabajo, Carlos, no pondré apellidos por si quiere permanecer en el “economato” como decían los de Gomaespuma. Carlos y yo hablamos de hacer un Ironman juntos allá por las navidades del 2011, pero cuando volví de EEUU el año pasado él ya se había inscrito para hacer el Ironman de Klagenfurt, Austria 2013 y yo me quedé sin plaza. De hecho ya no había plaza en ningún Ironman “oficial” para 2013 excepto en lugares remotos y por lo tanto con carísimos gastos de viaje asociados, por eso decidí hacer un triatlón distancia Ironman “low-cost”, fuera de la franquicia oficial, y me decanté por el Iberman de Huelva-Portugal, barato y cercano, por aquello de poder ir en coche desde Madrid sin mucho esfuerzo.

Carlos es un tío discreto, reservado, elegante. Mientras yo le he dado el coñazo constantemente con mis comeduras de tarro mentales en materia de triatlón, él se limitaba a escucharme, apenas dándome cuatro pinceladas de su entrenamiento previo, sin darle casi importancia, como si la cosa no fuera con él. Incluso llegué a pensar que se había echado atrás y que finalmente no lo haría, comentarios como los que enuncio a continuación no parecían indicar que se lo estuviera tomando muy en serio:

“En bici no voy muy allá…”

“He hecho 120-130km un par de veces…”

“Me dejo las transiciones bici-carrera para las dos últimas semanas…”

La semana anterior a Klagenfurt le pregunté qué tiempo quería hacer:

" Pues unas 12 horas, más o menos…”

Conociendo sus marcas en carrera a pie, donde sí tiene buenísimos registros, tampoco me pareció un tiempo del otro mundo...

Pues sí,  pensé, con las pistas que me has dado tampoco parece que vayas a hacer nada estratosférico…

Hacer 12 horas (y pico) es mi resultado optimista, es decir, intentar bajar de 13 horas, así que Carlos, un tío joven (30 y pocos), no muy alto, fino, poco peso y con una pinta brutal de atleta, dijera que pensaba hacer más o menos lo mismo pues me animaba a seguir con la progresión en mi recta final de preparación.

El domingo 30 de junio Carlos me hundió en la más absoluta de las miserias.

Disfrutando como estaba de mis vacaciones en Galicia, y aún saboreando mi “super-resultado” del triatlón Olímpico Wild Wolf del día anterior, me acordé del Ironman de Klagenfurt y miré el reloj, pasaban 12 horas desde que se dio la salida, debe estar terminando la maratón, pensé, de modo que entré en la página de resultados online de la prueba a ver qué tal le iba el tema.

Resulta que ya había terminado. Tuve que mirar varias veces la pantalla de mi ordenador, no me lo podía creer...

10h13min45segs  WTF??

“Amossssnomejodasss”

Me quedé muerto, alucinado, impresionado, pasmado, hipnotizado…pero más aún cuando comprobé los parciales:

NATACIÓN: 58min (y me dijo que pensaba hacer 1h20min el muy…)

BICI: 5h40min (joder)

MARATÓN: 3h23min (¿después de cascarte 180km de bici? Venga coñooooo)

Le fecilité por mail inmediatamente y hablé con él un par de días después, ya estaba trabajando de nuevo en la oficina (WTF?), y como siempre, como si nada, con su elegancia, sencillez y aplomo característicos me explicó que…pues sí, me ha salido mejor de lo que esperaba…

"Amosssnomejodasss"...¿Mejor de lo que esperabas? ¿Es tu segundo triatlón de siempre, haces 10h13min y simplemente eres capaz de decir que salió mejor de lo que esperabas?

“Mi padre me dijo que corrí los kilómetros finales a 3’30’’/km…” (WTF?). Y lo dice tan “pancho”…

Impresionante Carlos, eres mi puto ídolo. Ahora bien, pienso exprimirte al máximo sacándote toda la información posible, qué comiste, cuánto comiste, qué bebiste, cuánto measte, hacia dónde miraste en el km 37,5 de la maratón…ABSOLUTAMENTE TODO. Prepárate, porque puedo ser aún mucho más coñazo.

El ídolo num.3 es Rafael Morán, alias Rafuky. No le conozco personalmente, sólo a través de su blog. Sí, Rafuky es otro de los “pesaos” empeñados en contar su vida triatlética vía web.

Rafael Morán, don Rafael Morán, también se estrenaba en Klagenfurt hace apenas once días. Rafuky pesaba 145kgs no hace mucho, en su blog pone fotos que lo acreditan. Ahora no llega a 90kgs, más o menos como yo. Comenzó a correr y se estrenó en maratón. Y el domingo 30 de junio de 2013 paró el crono de su primer Ironman en 11h20min35segs.

Personalmente creo que Rafuky tiene más mérito que Rob o que Carlos, sin desmerecer el super-esfuerzo que ambos han hecho. Me parecen más impresionantes sus 11 horas, que las 10 horas de los otros dos. Le habrá costado Dios y ayuda prepararse para ello, de eso no me cabe duda. Miro sus parciales y me parecen más cercanos y más terrenales que los de Rob o Carlos:

1h08min para la natación (que hay que hacerlo, eh?)

5h39min de bici (sigo pensando que para mí es inalcanzable, ni en 180km llanos)

4h11min en maratón (acojonante, ojalá y pudiera yo acercarme, sabiendo como sé que Rafuky y yo tenemos marcas parecidas en medio maratón)

Supongo que Rafuky no leerá nunca este blog, y si lo hace no creo que se ofenda al leer lo siguiente:

SI UN TIO QUE PESABA 145KGS LO HA HECHO, YO TAMBIÉN PUEDO HACERLO, SI ÉL PUEDE, YO PUEDO.

Dios Rafuky, me motivas y me deprimes a partes iguales, lo mismo que Rob y Carlos, me miro en vuestros espejos ilusionado, motivado y, por qué no decirlo, terriblemente acojonado.

¿Seré capaz de alcanzar lo que vosotros, mis adorados ídolos de carne y hueso, con horario laboral de 9 a 18h, con familia, con mujeres, novias e hijos, ya habéis logrado?

El día 5 de octubre lo sabré, hasta entonces ya sé lo que me queda…


jueves, 4 de julio de 2013

TRIATLÓN OLÍMPICO WILD WOLF VILLA DE MADRID

El lago de la Casa de Campo y yo teníamos una cuenta pendiente desde hacía un mes, cuando decidí retirarme durante la disputa del sector de natación del triatlón olímpico del World Triathlon Promaster a principios del pasado mes de junio. Este pasado sábado repetía distancia y escenario, buena oportunidad para alejar a mis particulares “fantasmas del agua”, algo que logré, aunque solo a medias, ya que opté por evitar zonas de conflicto nadando a cambio muchos, muchos, muchos metros de más (tengo pendiente de revisar los datos de mi GPS, pero calculo al menos 200-300m adicionales).
Mi cita con el triatlón el sábado era a las 6 de la tarde, pero poco antes de las 3 ya estaba en la CdC, ya estaba harto de comerme las uñas en casa y opté por llegar antes y ver las salidas de las 16h y 17h. Alberto, el novio de mi compi de trabajo Mari Carmen competía a las 16h y Kike, de mi club de triatlón, lo hacía a las 17h, lo que me permitiría soltar nervios animándoles y disfrutando de la increíble fiesta del triatlón Villa de Madrid de este fin de semana.
Quedé con Mari Carmen, que había recogido mi dorsal el día anterior y conocí a su novio Alberto, un tío muy majete con inconfundible acento murciano. Alberto es también medio novato en el triatlón, y según Mari Carmen estábamos en un nivel parecido, algo que se corroboró al final de la prueba, ya que apenas nos separaron dos minutos. Intercambio de primeras impresiones, hacemos las presentaciones de nuestras bicis, aquí mi Nekane y aquí su  “flaca” (con impresionantes ruedas de carbono de perfil alto SHIMANO  DURA ACE), qué tal, qué tal, encantadas de conocerse también y mientras Alberto va a iniciar la natación yo hago el “bike-check” de Nekane. Ya soy un experto en preparativos triátleticos, no he olvidado nada, cabe todo perfectamente en la mochila (esta vez no era necesario el neopreno), incluso me permito el lujo aconsejar a unos “novatillos” (cámbiate chaval el chip al tobillo izquierdo, para que no roce o se enganche con el” plato” y/o la cadena de la bici).
Tras colocar todo salgo de la zona de transición y me dirijo al Lago, Alberto debe haber salido hará pocos minutos, así que llegaré a tiempo para verle salir del agua tras la 1ª vuelta (son dos vueltas de 750m en las que hay que salir del agua a la plataforma y volver a tirarse). Busco a Mari Carmen, situada justo cerca de la salida del agua con la cámara preparada para inmortalizar el momento. Van llegando los primeros y dirigiendo la mirada al agua tratamos de localizar a Alberto, al tiempo que le digo a Mari Carmen que reprima comentarios del tipo “por Dios qué buenorro está éste o aquel…”. Alberto sale en mitad del grupo y sonríe de manera forzada a nuestros gritos de ánimo, unos pasitos por el pantalán y de nuevo al agua. Mientras MC se va fijando en los deltoides y bíceps del personal a mí me sigue sorprendiendo lo delante que salen algunos “gorditos”, y es que en la natación la técnica lo es todo, tengas el cuerpo que tengas. Mientras le doy vueltas a la cabeza a esto último ya vuelven a salir del agua los primeros, dos de ellos con amplia ventaja sobre el resto. Nuevamente en mitad del grupo aparece Alberto, más gritos de ánimo, ahora el compañero murciano ya sí sonríe más abiertamente y nos trasladamos para verle pasar con la bici.
Sigo pensando que en el triatlón de mi nivel, incluso en un sprint, no gano nada colocando las zapatillas sobre los pedales automáticos y tratando de abrochármelas en marcha. La peña se juega destrozarse un pie o se las calza ridículamente despacio sobre la bici, dando tumbos de un lado a otro, jugándose chocar contra otro competidor. La ganancia es ínfima, si no pierden tiempo, que es lo que a mí me parece. Yo seguiré corriendo con las zapas de bici puestas, a pasitos cortos,  como las muñecas de Famosa.
Mientras Alberto disputa el sector de bici, mi compañero de club Kike sale en el agua, así que alterno paseítos para ver a uno y a otro, mientras me voy preparando para mi salida. Kike sale espectacularmente bien del agua en la 1ª vuelta, en la posición 15 de los 80 ó 90 que componen cada tanda. Se lo “canto” y sonríe sorprendido  ¡¡Vamos Kike!!
Vuelvo con Mari Carmen y su Alberto, se acerca mi momento así que me doy cremita para el sol y vaselina en “zonas clave”. Para ello me calzo mis guantes de látex, un grupo de triatletas y sus acompañantes me preguntan el porqué de los guantes, así que les cuento la teoría de Jorge y el arrastre del agua. Me miran con cara de “oh, éste sí que sabe…”, sin conocer que “ni puta idea, oiga…”, pero bueno, vacilar he vacilado un rato. A mi lado, Mari Carmen se descojona de risa.  Sale Kike del agua, le pido a MC que le haga una foto y ahora ya sí, me dispongo para mi salida. Por cierto, acaba de aparecer por aquí mi buen amigo Óscar, justo para verme salir. Le confío mis chancletas y mi reloj, saldré solo con el GPS así que…preparados, listos, ¡YA!

NATACIÓN
He salido nervioso y muerto de miedo, pero las primeras brazadas son tranquilas y no golpeo ni soy golpeado por nadie, aunque me ha entrado agua en las gafas al tirarme y pierdo algo de tiempo colocándomelas. Al llegar a la 1ª boya llegan las hostias, pero estaba preparado para ellas, así que inmediatamente decido abrirme y evitarlas, hoy voy a nadar un huevo de metros de más, pero lo prefiero a los golpes. En el largo de vuelta al pantalán me despisto y me abro demasiado, se me han empañado las gafas y no veo un carajo, no termino de llegar a la plataforma y se me hace eterno, por fin llego, me incorporo y echo un vistazo al GPS, 15 minutos largos, FATAL, con muy mala hostia me tiro de nuevo al agua y las gafas se me van a tomar por saco.

El “tío Pedro” (tío de Óscar, que también ha venido a animarme) me dice que me olvide del reloj y me centré en la natación, ya lo sé Pedro, ya…vuelven los nervios y con el cansancio me desvío del camino y cuando me doy cuenta casi estoy en los límites del lago, estoy nadando rápido pero forma inútil, voy a hacer 1800m por lo menos. Las gafas se me empañan cada vez por tres (toca cambiarlas ya), respiro por la izquierda y me da el sol de lleno cuando lo hago, así que sigo sin ver nada. Eterna 2ª vuelta que acabo en 32 minutos, un horror, ya que en los simulacros en piscina lo he hecho en 26-27 minutos, pero bueno, es lo que hay, ahora toca emplearse en la bici. Corro bien por la laaaaaarga transición hasta la bici, no estoy mareado, un grupo de chicas me señala y comenta cuando paso “mira ése qué cachas está…”, así que sonrío y sigo corriendo erguido como un pavo. Hago una transición bastante decente, en la media con respecto a mis competidores.


CICLISMO
He puesto “plato” de inicio, y con éste hago la 1ª subida criminal que hay nada más empezar. Conozco el recorrido del triatlón sprint que hice el año pasado, es el mismo pero dando más vueltas. Tengo las piernas entumecidas del agua y me cuesta arrancar, pero la peña debe ir peor que yo porque adelanto a todo Cristo. En la 1ª subida a Garabitas mis piernas ya vuelven a ser mías y sigo adelantando a toda velocidad a mucha, mucha gente, todos los que han salido del agua delante de mí. Corono el cerro y a tumba abierta hacia abajo, afortunadamente han reasfaltado parte de la bajada, sobre todo la zona más peligrosa, aunque sigue habiendo muchos baches. Media por encima de 30kmh, voy muy bien, aunque hace un calor horrible y me voy a quedar corto de líquido. Veo a Óscar y a Pedro, que me dicen que afloje, pues va a ser que no, chavales. Veo también a MC y Alberto, que ya ha terminado, en la siguiente vuelta le preguntaré qué tal…

Sigo pasando a mucha gente, lo cual me anima a seguir apretando, voy manteniendo la media ahora en los 29kmh, mi objetivo es hacer la bici en 1h30min, y lo voy a conseguir si sigo a este ritmo. Sigo dando vueltas y me voy a quedar sin agua, sé que está prohibido recibir ayuda externa, pero es peor morir deshidratado, así que me arriesgo y le pido a Óscar que me traiga agua, le doy mi bidón para que me lo entregue lleno en la siguiente vuelta y mientras Pedro me da una botella de agua a la que le pego un trago.


Me ha visto un juez, pero hace la vista gorda, supongo que entiende la situación porque estamos a 35ºC, por lo menos. Otro grupo de quinceañeras que dice “mira ése qué bueno está…”, voy solo, así que se deben referir a mí, gracias darlings hoy me estáis poniendo el ego por las nubes. Preguntó a Alberto su tiempo y me grita “2h50y…”, no he entendido los minutos, bueno ya tengo una referencia, vamos a andar muy parecidos, si no la cago en la carrera a pie.

La última vuelta en bici voy de tranqui, charlando con los que voy pasando, la gente en la subida a Garabitas va muy atrancada, me da la risa pensando que yo el año pasado iba igual de mal. En la zona de desmonte de la bici hay un tío tirado en el suelo, no sé si se ha dado la hostia o…no, espera, creo que son calambres, pues no te queda nada, chaval, 10K sufriendo, si no te retiras…

CARRERA
Zapas, visera Ironman y a correr, Alberto me avisa que la 1ª vuelta es la peor, pero que luego ha podido correr bien. Perfecto, me grabo esa idea en la cabeza. Efectivamente voy bien jodido en la 1ª vuelta, el GPS marca ritmos de por encima de 5’30”, una mierda, pero no me desespero y aguanto a que mis piernas de plomo vayan soltándose. Sigo pasando a gente, el calor es insoportable, hay una zona de duchas con agua vaporizada en la que dan ganas de quedarse a vivir. 



En la 2ª vuelta sigo sufriendo un poco, pero en la 3ª voy a saco, por debajo de 4’30”, ahora sí, coño. Acabo la 3ª y al pasar cerca del arco de meta veo que marca 2h40min, tengo algo menos de 20 minutos para hacer 2,5km y bajar de las 3h. Más que de sobra, así que la última me la tomo de “tranqui”, voy chocando manos con el público que anima,  voy animando a mis competidores mientras adelanto o me adelantan, incluso grito de alegría y de rabia contenida tras el fracaso de primeros de junio y la mierda de natación que me ha salido hoy.


Ya tendré tiempo de mejorar, a mi tiempo de hoy aún le puedo rascar unos buenos minutos, pero va a ser tu 1er olímpico Dani, disfruta de cada paso.



Aprieto algo en los últimos 400m, pero sin excederme, que el corazón no se me vaya de madre, enfilo hacia el arco de meta, 2h52min altos y justo antes de cruzarlo me paro, brazos en alto, saludo a la concurrencia y venga, primer olímpico al zurrón.


Acabo contentísimo, pese a no haber bajado de 50min en los 10K, han salido 51min, pero las sensaciones han sido muy buenas, nada que ver con Lisboa, donde nada más empezar ya estaba andando. Aquí no me he parado nada más que 5 segs en cada vuelta a recoger sin mucha prisa una botella de agua. El tiempo invertido, teniendo en cuenta el calor sofocante, es más que razonable, aunque por supuesto puedo y debo mejorarlo.
Tiempo final: 2h52’55” finalizando en el puesto 258/548, lo cual no está nada mal. Nunca antes había finalizado en el primer 50%.


POST-CARRERA
Qué palizón me he metido, la mare de Deu, la primera botella de agua que me entregan en el avituallamiento final va sobre la cabeza, pido otra poniendo cara de “lo siento, no he podido evitarlo” y la chica sonríe al entregármela “lo sé chato, lo sé”, parece decirme. Paso a la carpa de recuperación patrocinada por Wild Wolf, donde ingiero litros y litros de su bebida, rollo tipo Aquarius, fresquita y con buen sabor. Está por aquí también Alberto, así que comentamos la jugada sobre ésta o aquella fase de la prueba, a ambos se nos ve satisfechos del resultado, más en estas condiciones cuasi-extremas de calor.

Calor, calor, calor, calorrrrrrr, es en lo único que piensa mi cerebro, voy recogiendo botellas a medias que encuentro por ahí y me las tiro por la cabeza…
“I’m burning, baby”
Salimos Alberto y yo para recoger nuestras bicis y tomarnos unas cerves con nuestros sufridos acompañantes, Mari Carmen, Óscar y el tío Pedro. Óscar intenta picarme un poco “te han adelantado hasta las chicas…”. La “chica” a la que se refiere, señalando a una en particular, es Sara Bonilla, ganadora de la prueba, una bestia parda profesional, exnadadora, que el año pasado en una prueba salió 1ª del agua por delante de TODO el mundo, tíos incluidos. Ya quisiera ser yo el 20% triatleta de Sara Bonilla, majete. Nada, no me picas Óscar, tira para el chiringuito y ve pidiendo las “cerves” anda, mientras yo estiro un poco los músculos, que ya las piernas amenazan calambres.
Buenas “cerves” tamaño familiar y resumen de la jornada, Óscar comenta que le sorprende la cantidad de gente que hace triatlón, yo sé que por dentro le pica el gusanillo, acabará cayendo, aunque se confiese inútil en el agua. De hecho ya ha hecho un duatlón, y este verano participaremos en alguno más. Acabará cayendo, lo del agua es salvable.
Damos por concluida la jornada ya bien entrada la noche. Fantástico día de triatlón en la Casa de Campo, fantásticos acompañantes, mil gracias Mari Carmen, Óscar y Pedro. Gracias también a Alberto, gracias por tus consejos en mi inicio de la carrera a pie, ha sido un placer conocerte, nos vemos pronto este verano saliendo con la bici, mucha suerte en el medio de Riaza que harás a finales de julio, te vas a cagar de calor allí también, macho.
Empaqueto todo en el coche y corriendo para casa, que en unas horas nos vamos de vacaciones una semanita a Galicia. Mi amiga la sonrisa estúpida inunda mi cara, recoloco el espejo retrovisor interior del coche para vérmela mejor. Estoy encantado de la vida, había que resarcirse del desastre anterior y ya lo creo que lo hemos hecho, con buena nota además.
Me encanta el triatlón, querido lector, no sé a qué esperas para probarlo, si aún no lo has hecho.