lunes, 3 de junio de 2013

GANAR, GANAR Y GANAR

Pues resulta que al final ganamos el “Torneo de la Galleta” de baloncesto. Sí, ya sabéis, la final de consolación de la Liga de Empresas que juego todos los años. Ganar es ganar, ya sea la Liga, “la galleta” o ganar a tu prima “la coja”. ¿A quién no le gusta ganar? A mí por supuesto me encanta, y siempre juego para ganar, también en el triatlón, aunque aquí debo ser más realista. Acabo de llegar a este deporte, ya no tengo 20 años y me queda mucho para ser competitivo, pero sigo saliendo a ganar. A ganar a un amigo, a un compañero de club, a ese gordito que va delante mío (bueno, no tiene por qué ser gordito, cualquiera que vaya delante de mí es susceptible de ser sobrepasado). Ganar al paso del tiempo, ganar a los incrédulos, a aquellos que piensan que ya no estoy para estos trotes, ganar a mi propio cerebro, vencer al conformismo y la pereza.
GANAR, GANAR Y GANAR. Ya lo decía el gran Luis Aragonés, el sabio de Hortaleza, Zapatones por siempre, Dios Atlético.
Pero hoy no es tiempo de hablar de fútbol, ni siquiera de triatlón. Hoy quiero hablar de BA-LON-CES-TO.
El baloncesto fue, es y será mi deporte. Él lo sabe, aunque ahora le esté “poniendo los cuernos” con el “tri”. Pero yo soy, ante todo, un jugador de baloncesto. No he hecho otra cosa desde que tengo 10 años…bueno sí, he jugado y juego a todo lo que se me ponga por delante, tenis, pádel, natación, golf e incluso fútbol, soy de ésos a los que “se le dan bien los deportes”.  Quizá suene algo pretencioso, pero es así, sin destacar especialmente en ninguno lo he hecho relativamente bien en muchos deportes, tanto individuales como colectivos. Seguro que si busco en alguna caja en mi casa o en casa de mis padres aparece alguna medalla en tenis y natación, más recientemente algún “torneíllo” de pádel,  y por supuesto en baloncesto.
El baloncesto es mi deporte (¿ya lo he dicho antes, no?), y es mi deporte porque el baloncesto es un juego para personas inteligentes. No, yo no he dicho que el resto de deportes sea practicado por personas “no inteligentes”. Para la mayoría de deportes no dispongo seguramente de información  suficiente, y en otros tengo claro que la fuerza, la resistencia o la capacidad de sufrir priman sobre la inteligencia.
Mi gran amigo Julio Utrilla, alias Julito, decía sobre otro jugador de baloncesto, en un contexto no deportivo “estoy seguro de que Fulanito es también brillante fuera de la cancha, un tío que juega así de bien al baloncesto tiene que ser a la fuerza inteligente…” Tenía razón, estoy de acuerdo con él, ese tío lo era (lo es). He pasado casi 30 años jugando y viendo jugar al baloncesto, compartiendo vestuario con tíos que sin grandes cualidades atléticas, sin ser portentos físicos han llegado muy lejos, o suficientemente lejos jugando al baloncesto.
El baloncesto es un deportes para tíos listos, punto. Venga, me voy a meter en un “jardín” y lo voy a comparar con el fútbol, que para eso es mi blog y escribo lo que me da la gana. También he jugado al fútbol, y si tengo la oportunidad lo seguiré haciendo. En el fútbol “de la calle”, el de barrio, el que practicamos las “personas humanas”,  el que yo he visto,  en ese fútbol hay mucho gañán. Mucho “chuponcete”, mucho Messi en potencia con una barriga que le llega a los pies intentando regatear a medio equipo contrario. Parece mentira que un juego en el que cuentas con otros 10 compañeros sea tan poco solidario, en general la gente va a su rollo, a hacer su “jugadita”, con lo sencillo que es levantar la cabeza y darle el balón a otro. Porque en eso consiste, en intentar llevar la pelotita al arco rival, sigo pensando que algunos no se han enterado aún.
Sí, claro que el baloncesto también hay de “ésos”. Así les va. Pero veo el baloncesto como un juego eminentemente de equipo, donde una asistencia tiene igual o más valor que una canasta. Aquí las asistencias cuentan, y mucho, mientras que en el fútbol apenas se valora. Se dice que cuando un jugador mete una canasta hay una persona feliz, y cuando un jugador da un pase de canasta hay DOS personas felices.
El pasado martes ganamos la final porque fuimos inteligentes. A priori el equipo contrario era superior en altura y fortaleza física, quién sabe si también en calidad baloncestística pero “ay, amigo” era un equipo veterano, entrado en años. La cancha era larga y ancha, había espacio para correr, así que corrimos, y mucho.
¿Qué si nosotros somos jóvenes? No, en absoluto. Fernandito tiene 60 años (sí, has leído bien), pero aún conserva la ilusión de un junior. El resto del equipo anda por cuarenta y tantos años la gran mayoría, un par de ellos, entre los que me incluyo está en los cuasi-cuarenta y tenemos a Diego, claro. Diego tiene 16 años, es el hijo de Agustín, nuestro entrenador-jugador.
De modo que decidimos correr hasta reventar, no había ataques posicionales, no había jugadas ensayadas, sólo salir cagando leches a por la canasta contraria. Esa era la consigna.



Contábamos con Diego y sus 16 años, y Julito que corre, y mucho, yo mismo ando muy bien de piernas ahora.  Y estaba Carlos, que hizo suyo el partido y arrasó con todo en la pintura. La cosa era correr y darle balones a Diego y Carlos, porque pronto se vio que era su día, entre ambos anotaron el 70% de los puntos del equipo.
Correr como si fuera lo último que hiciéramos en la vida, correr hasta morir.
No sabemos si el equipo contrario era mejor que nosotros o no, porque les fundimos. En el minuto 5 ya no podían con su alma. Eso sí, su entrenadora estaba muy buena...

                                                  

En nuestro equipo también algún compañero acabó echando el hígado, pero cuando ya vas ganando de 20 puntos el sufrimiento es mucho más llevadero. Al final ganamos de 18 puntos de diferencia, que son muchos.
Ganamos fácil, mucho más fácil de lo previsto, y es que somos tíos listos, joder.
En lo personal dejar constancia de que jugué bastante mal, llevo un año sin apenas jugar y eso se notó, sobre todo en ataque y de cara al aro. Fallé canastas que no suelo fallar, noté  la falta de práctica y de algún kilo que otro que me he dejado en el asfalto corriendo, y que antes en mi posición de “pívot” me venía muy bien.



Anoté dos tristes puntos, algo anormal en mí y en este equipo. Pero soy un tío listo, lo dejo claro por si había alguna duda, de manera que me dediqué a otros menesteres, a correr, a saltar, a jugar para el equipo, a no dar un balón por perdido, a incordiar, a explotar este año sí mi actual forma física, la que me ha fallado todos estos años. Terminó el partido y no creo que mi corazón llegara a 100 pulsaciones, ni me enteré, y por supuesto no me cansé, podría haber estado corriendo siete horas más por la cancha.
Mola ganar finales, de las buenas, de “la galleta”, de consolación o de las que sean. Ganar una final mola mucho. De modo que lo celebramos como se merece, la satisfacción fue muy grande y las cervezas de la victoria tuvieron un sabor especial. Durante la celebración me fijé durante un buen rato en Fernandito. A sus 60 años había ganado otra final, se le veía muy feliz. Me alegré mucho por él, en serio, me reconfortó ver su cara sonriente y satisfecha. Volvió a contarnos aquella final del campeonato universitario del año de "maricastaña", o que él solía meter 20 puntos por partido, y lo sigue diciendo tan convencido. "Qué tío el Fernandito..." Ya te digo yo que no ha metido 20 puntos en su puñetera vida, pero con 60 años ha ganado otra final, olé sus huevos. Ya quisiera yo estar con 60 años ganando finales.

                                         El trofeo era de plástico del "bueno"...
Ganar finales, ganar, ganar y ganar…
Escribía sobre esto mismo recientemente mi buen amigo el gran Jaime Cuesta, en su blog, al hilo de la final de la Copa del Rey ganada por el Atlético de Madrid. Jaime recordaba sus participaciones en finales de baloncesto, hablando del el espíritu de equipo y la química de vestuario. En todo deporte de equipo siempre es igual, sea el campeonato que sea y al nivel que sea. En SORGEMSA, mi equipo, hay buen rollo, y eso se nota. Cuánta razón tiene Jaime, “angelito” de 2,07m, mi gurú particular de Internet y “la cosa 2.0”, no te puedes perder su blog:
Evidentemente  Jaime es un tío listo, juega al baloncesto ¿queda claro?

No hay comentarios:

Publicar un comentario