lunes, 29 de abril de 2013

EL MARATÓN ES MUCHA TELA

Este pasado domingo se ha disputado la maratón de Madrid. La prueba la ha disputado mi compañero de entrenamientos y buen amigo Rober, que corría la distancia por 2ª vez. Y este domingo, como aquel hace un par de años en el que la corrió por vez primera las ha vuelto a pasar putas. Rober es un muy buen corredor popular, con buenas marcas tanto en el 10K como en media maratón, pero la “reina de las distancias” se le sigue atragantando, y es que correr el maratón no es cualquier cosa. Leía recientemente el folleto informativo de la media maratón de Madrid disputada hace pocas fechas,  y en dicho folleto no se qué presidente de algún club de atletismo (puede que de la AD Marathon, organizador de la prueba), comentaba que la media maratón es la distancia ideal para el corredor popular, que el maratón no está hecho para el todo el mundo, y que el daño que le causas a tu cuerpo es mayor seguramente que la recompensa de terminar los 42km y 195m. Añadía que no se es mejor corredor popular, más hombre (o mujer) por correr maratones, que hacer la mitad es ya suficiente esfuerzo, pero un esfuerzo llevadero. Estoy de acuerdo, me encanta correr, pero hacerlo más allá de una hora y media o dos horas, que es el tiempo que el corredor popular medio invierte en terminar una media maratón, considero que es excesivo y que no compensa.

Algún avispado lector ya habrá caído en la cuenta de que esto lo está escribiendo un tío que se está preparando para un Ironman, donde tendré que correr esos más de 42km tras “cascarme” casi 4km nadando y 180km en bici, así sin anestesia ni nada, de modo que de cuatro horitas que podría tardar en hacer sólo el maratón pasaré a estar mínimo 12 horas en el mejor de los casos. Casi nada. Podrá parecer que no soy demasiado coherente, pero bueno yo no he inventado ni decidido las distancias de cada segmento en el Ironman, si por mí fuera con 30km de carrera a pie sería más que suficiente, y seguramente quitaría otros 20 ó 30km a la bici. La natación en cambio me parece bien, no es una distancia inabordable, no es una barbaridad. Lo otro sí.
Lamentablemente no me consultaron cuando en 1978 un grupo de soldados norteamericanos, con su comandante a la cabeza decidieron crear en Hawaii la dichosa prueba. Los soldaditos de marras estarían seguramente suficientemente “cocidos” en daiquiris, bourbon y cervezas, porque hay que estar muy borracho para decidir unir en una sola prueba la travesía a nado de la bahía de Waikiki, la vuelta ciclista a la isla de Oahu (que se hacía en dos días y ellos dijeron que no, que “del tirón”) y finalmente la maratón de Honolulu. Y al que ganara la prueba le designarían como “Ironman” (menos mal que el apelativo mola, peor hubiera sido “loco zumbado de la cabeza”, que es lo que hay que estar para tomar parte en la pruebecita). Unos 15 “colgados” formaron parte de la 1ª edición, y terminaron once (el resto seguramente acabó en la UVI).
Así que haré un Ironman no porque esté de acuerdo con las distancias, me sigue pareciendo una locura, pero es que el Ironman “es así”, no lo he decidido yo. Lo mismo que a Edmund Hillary le preguntaron qué le había llevado a querer escalar el Everest y respondió “porque está ahí”, yo voy a hacer un Ironman porque “está ahí, y es así”. Pero si fuera de otra forma, más cortito, también me parecería un reto apasionante el prepararlo y un orgullo el terminarlo.
Pero hablaba del maratón, ya tendré tiempo de hablar largo y tendido del Ironman, quedan muchos meses hasta que lo haga y seguramente no será el único, así que volveré sobre el tema recurrentemente. Hoy quería divagar sobre el maratón “a secas”. El año pasado me apunté para correr el de Madrid, pero mi viaje a EEUU por motivos de trabajo me impidió correrlo, así que lo pagué pero no lo hice (como tantas otras carreras, no quiero ni pensar las veces que he pagado un dorsal y por lesiones, viajes y otros motivos finalmente no he corrido la prueba). Casi me alegro de no haberlo hecho, porque estoy casi convencido que lo habría pasado tan mal que la idea de hacer el Ironman se me habría quitado de la cabeza. Y más tras haber hablado ayer con Rober y escuchar sus impresiones y saber que incluso cuando estaba sufriendo de lo lindo allá por el km35 se acordó de mí, “menos mal que Dani no lo está corriendo, porque se le quitan las ganas de Ironman fijo”.  Ya te digo, está decidido, ya lo estaba, pero ahora se confirma, NO VOY A CORRER UN MARATÓN ANTES DEL IRONMAN NI DE COÑA, y después ya veremos…
42.195m, la distancia que recorrió el griego Filípides entre la ciudad de Maratón y Atenas, para anunciar la victoria sobre los persas. Bueno en realidad no es así, y la “extraña” distancia data de los Juegos Olímpicos de 1908 en Londres. Resulta que el príncipe de Gales de entonces decidió que se saliera desde el castillo de Windsor, para que la reina pudiera presenciar la salida, y hubo que modificar la distancia de la prueba, para que la salida fuera en el castillito y la meta en el estadio olímpico. Me imagino la escena más o menos así:
EL ORGANIZADOR DEL MARATÓN: Y éste es, Alteza, el recorrido de la prueba de maratón, ¿qué le parece?
PRÍNCIPE DE GALES: ¡Qué emocionante, qué prueba más bonita, qué reto tan interesante! Hagamos que salga desde el castillo de Windsor…
ORGANIZADOR: Pero Alteza, eso significaría cambiar el recorrido, y la distancia no cuadraría, hay una distancia prefijada, un historial de records y…
PRÍNCIPE:  ¡Qué emocionante, qué prueba más bonita, qué reto tan interesante! Hagamos que salga desde el castillo de Windsor…
ORGANIZADOR: Que sí, que ya le oído Alteza, pero eso no va a ser posible, es un cambio muy drástico y el COI seguramente se va a oponer y…
PRÍNCIPE: No, no, que el que no lo ha entendido eres tú, te he dicho que la maratón saldrá del castillo de Windsor y punto pelota
ORGANIZADOR: Pero Alteza…
PRÍNCIPE: Pequeño mequetrefe, ¿qué parte no has entendido de que el PUTO maratón sale del castillo y no se hable más?
ORGANIZADOR: Lo que usted disponga Alteza…
PRÍNCIPE: Puedes retirarte Winston
42.195m, lo dicho, mucha tela.

domingo, 28 de abril de 2013

SEMANA PREVIA A LISBOA: DE TAPERING

Primera de semana de "tapering" previo a la prueba de Lisboa. Para los no iniciados en jerga triatlética (también aplica a otros deportes, principalmente "de fondo"), dícese de la reducción progresiva de la carga de entrenamiento con el objetivo de reducir la fatiga (física y mental) producida por dicho entrenamiento, justo antes de una competición. En mi caso el tapering durará aproximadamente estas dos semanas, la que justo termina y la siguiente, la previa a la carrera.

Por lo visto se ha demostrado que hacer tapering mejora sustancialmente el rendimiento en la competición, ya que el cuerpo aprovecha el período de tapering para recuperarse de la fatiga activando cambios metabólicos, hormonales, interprovinciales e incluso interestelares, en lo que se denomina mecanismos de "supercompensación" (vamos, que lo que no te ha matado, cuando descansas te hace más fuerte). Además, como bien dice Rob, triatleta de campanillas y que además me está ayudando mucho en esto del "tri" (otro día hablaremos de él, un "máquina" y buena gente),  "la suerte está echada", es decir que lo que no hayas hecho ya de poco te va a servir ahora. Lo que entrenes hoy te servirá dentro a lo mejor dentro de tres semanas, es decir que los resultados no se van a reflejar en el corto plazo.

Así que estoy de tapering, no confundir con el "tuppering", que eso es llevarse comida a la oficina, y tampoco es irse de "tapas", algo que también reduce la fatiga y alimenta cuerpo y alma, pero me da a mí que no es lo mismo.

Resumen de la semana

DOM 21:
Carrera a pie, 2km calentamiento a trote cochinero + 10km @4'27"/km (44'24" en la Carrera popular de "o sea"  Majadahonda, mejor marca personal en la distancia, YEAH!)

LUN22: Bici, 45km @29,8 km/h

MAR23: DESCANSO (Vuelo a Frankfurt)

MIE24: Natación 2500m, incluyendo simulacro de competición 1900m en 36'30".

JUE25: 45' carrera a pie al ritmo previsto en Lisboa (aprox @5'/km, luego saldrá lo que salga)

VIE26: Trabajo de fuerza con el INSANITY (Plyometric Cardio Circuit, 40')

SAB27: 60' carrera a pie @4'50''/km







viernes, 26 de abril de 2013

LA BEHOBIA

Esta semana he formalizado mi inscripción en una nueva edición de "la Behobia”.
Para los menos experimentados en materia de carreras populares os diré que la “Behobia-San Sebastián” es, con diferencia, la mejor carrera popular dentro del calendario nacional. Son 20K entre el barrio irundarra de Behobia, a escasos 100m de la frontera con Francia en Irún, y desde allí corriendo hasta San Sebastián.
Será el 4to año consecutivo en el que participo en la carrera, y para mí sigue siendo la cita del año, esta vez en dura pugna con el Ironman, pero sin perder por ello un ápice de importancia.
La Behobia es una pasada de carrera, en mis casi tres años como corredor popular he corrido ya en muchos sitios y en muchas carreras, y no hay otra carrera que se pueda comparar con ella. He corrido incluso otras carreras en Donosti y no son igual, participé en la media maratón y no es lo mismo, ni de lejos, la Behobia es diferente, es especial. Son más de 20.000 corredores cada año y te encuentras un ambiente ESPECTACULAR, que pone los pelos de punta. Pero lo que hace especial a la Behobia es el PÚBLICO, con mayúsculas. En los 20 kilómetros del recorrido se agolpan para animarte sin parar, da igual que llueva, nieve o truene, es impresionante. Como en tu dorsal viene escrito tu nombre de pila, no paran de llamarte por tu nombre “VAMOS DANI” “VENGA IKER” “AÚPA MUTILLAK(chicos)” “OSO ONDO NESKA (muy bien chica)”. El 1er año estaba afrontando una de las duras cuestas del recorrido (luego hablaremos del mismo) y escuché “…Vamos Dani, oso ondo!! No pares, aúpa!!...”. Miré a mi derecha y una chica, completamente desconocida para mí, me animaba sin parar. “…Joder si no la conozco de nada…ah coño, que es por el dorsal…” Me giré y la di las gracias “Eskerrik asko!!...” y seguí subiendo con una sonrisa estúpida en la cara. El público te lleva en volandas hacía la meta, y los 2KM últimos son sencillamente impresionantes, te sientes el puto rey del mundo, y perdón por las palabrotas, pero es que es así, no se puede describir de otra forma, en esos dos últimos kilómetros sacas fuerzas de donde no las hay, aprietas los dientes y acabas dándolo todo para entrar en meta en el “Bule (Bulevar)”, exhausto, pero con una sonrisa de oreja de oreja. La Behobia “se sale”, coño.
Es una carrera dura, por perfil y por climatología (es en Noviembre). Lo normal es que llueva, si no diluvia como el año pasado, y que el viento azote de lo lindo, correr en esas condiciones tiene su puntito de épica. Y si no llueve y hace calor casi que es peor, porque la humedad te mata, como pasó hace 2 años. Aunque la auténtica Behobia es con lluvia, viento y frío, ésa es la que merece la pena correr. Respecto al perfil comentaba que es una carrera dura, con dos “cumbres” en su recorrido que ponen a prueba tus piernas. Si no vas bien preparado la Behobia te pone en tu sitio y las vas a pasar putas. La primera de las "cumbres", el alto de Gaintxurizketa (se las trae el nombrecito) es una subida de unos 2km no excesivamente dura, aunque sí se hace un poco larga. Se afronta relativamente pronto (km6-8) y no debe ser mayor problema si vas preparado. La 2da cumbre es peor, el alto de Miracruz es más corto, apenas 1km, pero situado entre el km17 y el km18 de carrera, y es una pared, te revienta. Eso sí, si coronas, a la altura del archiconocido restaurante Arzak, ya puedes bajar rodando hasta la meta. Entre los dos altos tienes los “toboganes de Lezo”, un sube y baja continuo rompe-piernas y el interminable puerto de Pasajes, 4km interminables entre hangares, almacenes, saltando raíles,  con firme irregular, y que a mí personalmente se me atraganta año tras año.
Correr la Behobia te da cierto caché en el mundillo “runner” popular. Las camisetas finisher Adidas son características y fácilmente reconocibles. En cualquier otra carrera cuando la llevas puesta alguien te dice “Venga, esa Behobia” “Vamos joder aprieta que esto no es la Behobia”. Si ves a otro que la lleva, hay una sonrisa de complicidad entre ambos, los dos sabéis que La Behobia no la hace cualquiera, que ambos sois "especiales".
Si leyendo hasta aquí aún no te has decidido a correrla, permíteme  querido lector  que haga un breve (o no tan breve) resumen de mi primera Behobia, sin duda la más especial de todas, un día que posiblemente nunca olvidaré. Espero verte en una de las próximas ediciones, y que disfrutes leyéndolo tanto como yo corriéndola:
BEHOBIA (2010): La Behobia 2010 fue el motivo para iniciarme en el “running”. Un año antes estaba viendo la carrera en Donosti por televisión y pregunté a la prima de mi mujer que era “eso” que salía en la tele, y que hacían esos inconscientes corriendo por ahí con la que estaba cayendo (esa edición de 2009 se hizo bajo vientos de más de 100km/h, olas que arrasaron las playas de Donosti y lluvia no, lo siguiente…). Mi “prima” me explicó que “eso” era la Behobia, y por supuesto me pareció una locura. Me pierde la boca, siempre ha sido así, de modo que repliqué “Esa carrera la corro yo con la punta de la po…”. Meses después me estaba inscribiendo en la maldita prueba, pesaba ciento muchos kilos, salí a correr nada más terminar la inscripción, no duré ni dos kilómetros y casi me muero.
Pero llegó el fin de semana de la Behobia, junto con el amigo Sergio me había preparado suficientemente bien, habíamos seguido uno de los planes de entrenamiento que la propia web de la prueba propone. Había tres planes, para acabarla en 1h30, 1h45 y 2h00. En el punto medio está la virtud, dicen, así que tiramos por la de 1h45, y más o menos seguimos el plan.
Sergio fue con mi mujer en coche y yo me encontré con ellos allí, ya que estaba en Pamplona por motivos de trabajo. El día anterior, ilusionados y nerviosos, recogimos el dorsal en la Feria del Corredor, en el Kursaal.  Era la 1ª vez que veía una feria previa a una carrera, multitud de puestos con cientos de artículos, miles de personas por ahí rondando, ambiente sanísimo, gente feliz y sonriente, y alguno con la misma cara de “cague” que yo llevaba encima. Tras recoger el dorsal a casa prontito y a cenar pasta. Cociné la receta especial spaguetti boloñesa “especial Fonseca”,  como un kilo de pasta que nos metimos entre pecho y espalda y a dormir…bueno, Sergio durmió, yo no pegué ojo, por los nervios y porque el muy cabrón ronca que se las trae.
El día de la prueba amenazaba lluvia y sopla el viento de lo lindo, aún así yo decido ir ligero de ropa, camiseta de manga larga y punto, ni cortavientos ni sudadera ni leches, somos hombres o qué somos…? Nos montamos en “el Topo” (Eusko-Tren, algo así como el Cercanías vasco) y alucinamos la 1ª vez de muchas durante ese día. En la estación de Anoeta había cientos de corredores, y el tren venía atestado de otros cientos. Como sardinas nos hicimos hueco y comenzamos a disfrutar del ambiente de la Behobia, todo el mundo comentaba ésta y aquella carrera, se respiraban nervios, confianza e ilusión. Una pasada. Al llegar a Irún comenzó el diluvio, subimos a los autobuses que te acercaban a la salida y ya el corazón latía que se salía del pecho.
Al bajarnos del autobús FLIPAMOS. Miles que parecían millones de corredores trotaban de un lado a otro bajo la lluvia, un speaker animaba al personal desde una plataforma al son atronador de una música perfectamente elegida para la ocasión…”WHERE THE STREETS HAVE NO NAME” sonaba y Sergio y yo buscábamos refugiarnos del agua en una gasolinera mientras chillábamos cual Bono de U2 “I wanna run…”. Los pelos como escarpias de la emoción, nos mirábamos alucinados, abrazotes de amigo y no parábamos de repetir “tío qué guapo!!...tío qué guapo…!!” . Al final decidimos que le dieran por saco a la lluvia, salimos a calentar y a vivir cerca de las pantallas gigantes instaladas la salida de los diferentes grupos (se sale por marcas, espaciados por 2-3min). Como no teníamos marca acreditada salimos en el último grupo, dorsal blanco-paquete-corredor globero. Un tío portando con un cartel con el color de tu dorsal va acercándote hasta la salida y….VAMOS!!
Salimos rápido, los del dorsal blanco van a hacerlo en 2h o más y nosotros íbamos a hacerlo en 15 minutos menos, así que fuimos adelantando por las aceras, brincando de un lado a otro esquivando a otros corredores “por aquí Dani” “cuidado con la mediana” “ojo Sergio alcantarilla”. Así transcurrieron los 1os 5km, siempre juntos, hasta que comenzamos a subir Gaintxurizketa, poco antes nos habían pasado como aviones 4 keniatas, 2 hombres y dos mujeres, profesionales, que habían olvidado ponerse el chip y salieron con media hora de retraso respecto al resto de “pros” (anda que ya les vale). En esta 1ª subida aflojo algo, siempre Sergio unos metros por detrás diciendo “sigo aquí Fonseca, vamos mueve el culo!!”. Corono la subida y me lanzo como un loco cuesta abajo hasta Lezo, me siento como un toro y voy a tope (luego lo pagaría, claro). He perdido a Sergio, se ha quedado atrás (otro que casi pierde el chip al desabrochársele la zapatilla, a saber como coño se lo puso). En Lezo desando unos metros buscando a Sergio,  no le veo, que le den, ya nos veremos.  Llegamos al puerto de Pasajes y aparece “el tío del mazo” en el km12, me viene un bajón importante y me flojean las piernas. Sergio me alcanza y vamos juntos 1km, veo a mi mujer y a Xilbi , la prima, que nos animan bajo la lluvia, también sus padres. Pongo a mal tiempo buena cara y sonrío forzadamente, pero voy jodido. Sergio se da cuenta y decide seguir, “tira tronco que yo no puedo” le digo.  Maldito puerto, se me hace aburrido e interminable, no tiene fin…el fin del puerto es el comienzo del infierno, viene el alto de Miracruz, la anteriormente mencionada puñetera pared que termina de destrozarme. No me he parado a caminar ni un metro en toda la carrera, pero aquí estoy tentado de hacerlo, menos mal que cuando voy a pararme aparece un señor con bigote del público, me empuja del culo y me dice “venga-coño-no-te-pares-que-ya-estás-arriba-que-no-se diga-cojones-pues”, “…pero cuánto queda de subida, POR DIOS??” “100 metros hostias, venga-la-hostia-pues”…aprieto el culo y el paso, veo el cartel de Arzak y sé que ya lo he conseguido, voy a terminar la Behobia y voy a bajar de 1h45, LA HOSTIA PUES!!
Los 2km finales vuelo, son en bajada y sin saber cómo ni de dónde han venido, las fuerzas han reaparecido, hago el km19 a 4’30” y el último a 4´10”, la gente se agolpa y no para de animar, pasas por el Kursaal y a lo lejos ves el arco de meta, último apretón, 200m, 100m levanto los brazos y….HE TERMINADO LA BEHOBIA, JODER, QUÉ GUAPO!!

Sergio me ha esperado en meta, nos abrazamos, yo casi estoy llorando (bueno, sin casi), estamos empapados, helados, rotos, pero muy muy felices. Él ha hecho 1h41’, tiempazo, y yo 1h43´, no está mal para un par de globeros…
La post-carrera es la esperada en Donosti. Chuletón, cerveza,  sidra y todo lo que quepa en nuestros maltrechos cuerpos, nos lo hemos ganado, eso seguro.
“¿Y el año que viene?” “ El año que viene salimos con dorsal azul tío, bajamos de 1h30 fijo y ganamos a Chema Martínez y…”

jueves, 25 de abril de 2013

EMULANDO A JOHNNY WEISSMULLER

Una de las muchas incógnitas que me asaltaban como debutante en el triatlón de media-larga distancia, bueno como debutante en triatlón en general, es cómo se me daría la natación y cuánto tiempo podría tardar en terminar los 1900m de la disciplina en cuestión. Había hecho mis cálculos mentales en función de vete tú a saber qué fundamentos, porque hasta la fecha no había nadado más de 1000m seguidos. En los entrenamientos en la piscina con el club de triatlón, la única actividad en la que cuento con un profesor que me guíe, entre calentamientos, técnica, palas, aletas y otros cachivaches nunca había tenido la oportunidad de nadar seguido mucho tiempo sin descansar, y tampoco me había atrevido a hacerlo cuando nadaba solo los fines de semana. Calculaba “a grosso modo” una natación en torno a 38´, esto es 2´por cada 100m, cifra que se me antojaba asequible, pero que carecía de base empírica.
Ayer despejé la incógnita. Decidí hacer un simulacro de prueba de natación aquí en Alemania, nadando del tirón los 1900m que tendré que abordar la semana que viene. De modo que llegué a la piscina, calenté 400m, descansé 2´, puse el cronómetro a cero y me lancé a la aventura. Y digo aventura porque nadar en Alemania es una actividad digamos que sorprendente. Uno se imagina que la tan manida y supuesta capacidad organizativa de los alemanes, su supuesto rigor científico y buen hacer en todo aquello que realizan se trasladará igualmente a la “organización piscinil”, de modo que tendrán perfectamente delimitadas las calles, y establecido por niveles quién ha de nadar en según qué calle en función de su velocidad y destreza. Nada más lejos de la realidad, ya me lo avisó Jutta, compañera de trabajo aquí en mi cliente en Frankfurt. Jutta, también aficionada a la natación, estuvo trabajando 9 meses en Madrid, y se defiende en un muy correcto castellano, bueno en realidad lo habla perfectamente, así como otros tres idiomas adicionales. La buena de Jutta ya me previno sobre las piscinas alemanas, me dijo que no me esperara todas las calles delimitadas, que como mucho habría una o dos, y que el resto era un “totum revolutum”, niños con flotador y patitos de goma, parejas de ancianos nadando a braza a dos por hora cogidos de la mano, uso del gorro de natación opcional y sálvese quien pueda. Acertó en todo menos en lo de los patitos de goma. La 1a vez flipé en colores, menudo caos. Estuve los 30´que aguanté hasta acabar harto, todo el rato diciendo “ENTSCHULDIGUNG” (perdone, disculpe) y recibiendo improperios a los que respondía con mi mejor sonrisa y un inocente “ICH SPRECHE KEIN DEUTSCH” (no hablo alemán), mientras esquivaba viejecitas, quinceañeras nadando en grupo a braza ocupando todo el ancho de la piscina y toda otra suerte de “obstáculos”. Qué desastre. Luego te acostumbras y te parece hasta entrañable, llegas a Madrid y en la piscina de tu pueblo te sientes desamparado y triste cuando nadas solo en tu calle, casi lo echas de menos. El otro tema sorprendente son los vestuarios. Uno espera dos vestuarios independientes, separados por sexo, cada uno con sus taquillas y sus duchas y tal, pues no. Aquí la zona para cambiarse es UNISEX, accedes a una zona común con cabinas individuales desde la cual pasa a zona de taquillas comunes y de ahí, ya sí, a duchas separadas, para finalmente acceder a la piscina. Así que amigo conductor, cuando salgas de la ducha recuerda que accedes a una zona común, lleva la ropa interior puesta o asegúrate de que tu toalla es lo suficientemente grande como para tapar tus “vergüenzas”, o en otro caso te pasará como al que subscribe, y le enseñarás el “pajarito” a una amable señora y su hijita, las cuales,  dicho sea de paso, no parecieron sorprenderse demasiado tras el “avistamiento”.
Decía que ayer me lancé a la aventura una vez más, así que me situé en la SPORT BAHN (calle deportiva, se supone que para la gente que va rápido) y comencé mis 1900m a ver qué salía. Fui clavando cada 100m siempre por debajo de 2´, sobre 1´55” de media, sin mayores contratiempos que pedir paso con el correspondiente ENTSCHULDIGUNG cuando llegábamos a la pared a una señorita con gorro de Ironman de Lanzarote que iba un pelín más lenta que yo. Así de tranquilos transcurrieron los primeros 1000m, fue bonito mientras duró. Luego la calle se llenó de gentuza nadando a braza en grupo (coño iros a la zona del “totum revolutum” para eso) o un tío nadando de espaldas con los dos brazos al mismo tiempo y asestando “mandobles” sin remordimiento alguno. Pese a ello seguí clavando los tiempos,  dándome algún que otro calentón para adelantar a alguien, lo cual me ponía el corazón a 1000 por hora. Supongo que todo esto no me vendrá mal para la salida de la natación en la prueba, ya que tengo entendido que es parecido pero a lo bestia, dando y recibiendo hostias a partes iguales.
Así que acabé los 1900m en 36´30”, bastante mejor de lo esperado, y sin haber forzado en absoluto, si hubiera tenido que nadar otros 1000m al mismo ritmo creo que lo hubiera hecho sin problemas. Finalmente nadé otros 200m a braza todo lo lento que pude, dando brazadas bien amplias y jodiendo al personal todo lo que fui capaz, completé los 2500m y me gané la correspondiente “Hefeweizen” (cerveza de trigo) que caería a continuación.
De camino al restaurante italiano donde suelo cenar habitualmente, y acelerando el paso para degustar mi “Hefeweizen” lo antes posible, empecé con mi habitual sesión de “pajas mentales” mientras caminaba los 20 minutos que separan la piscina del restaurante:
“De modo que Dani, teniendo en cuenta que nadarás con neopreno y que con ello se gana flotabilidad y velocidad, que en competición sueles ir más rápido que en los entrenamientos, que te has parado un par de veces a desempañar las gafas y ahí has perdido tiempo, y que además el día de la prueba es posible que haya una conjunción de astros que situe a la Luna en ascendente Júpiter...deberías ser capaz de nadar los 1900m en menos de 35´, lo que te situaría encima de la bici antes de los 40´, y que joder, estaría de puta madre...eso me da que pensar que si estamos en abril y el Ironman es en octubre, podría nadar los 3800m al mismo ritmo, pese a ser el doble, ya que claro aún tengo margen de mejora, lo que me permitiría salir del agua entre 1h10´y 1h15´, eso sí que estaría pero que MUY de puta madre...”
“Camarero, una Hefeweizen y una ensalada Capri”  y el camarero que me responde “Hola amigo, el Madrid va perdiendo 1-0 contra el Dortmund, sabes...?” Me la pela, porque voy a nadar el sector de natación del Ironman en menos de 1h10´, sabes...?
En fin, pajas mentales...

miércoles, 24 de abril de 2013

10 DÍAS PARA LISBOA

Quedan 10 días. El próximo 4 de mayo debutaré en un triatlón de...¿media distancia? No sé por qué lo llaman así, sigo pensando que 1,9km de natación, 90km de bici y 21 km corriendo es un “huevo”. No quiero ni pensar lo que me espera en octubre, cuando tenga que doblar esas cantidades y me enfrente a un triatlón distancia Ironman.
De momento me centro en ser “medio-Ironman” en Lisboa la semana que viene, que es lo que toca ahora. Creo que llego a la cita suficientemente preparado, no me he matado a entrenar, no, pero confío en que dicha preparación sea suficiente para no sufrir demasiado, porque tengo claro que sufrir voy a sufrir. Empecé la preparación a finales de enero, muy suave, sin grandes agobios, tomando como referencia un plan sacado de internet. Digo “tomando como referencia” porque no lo he seguido en sentido estricto ni mucho menos. Por trabajo he estado de lunes a viernes casi todas las semanas en Frankfurt, y desde enero hasta mediados de abril el clima allí ha sido un infierno. La bici entre semana no la he tocado, apenas una sesión de spinning en Madrid nada más bajarme del avión el jueves o el viernes, según tocaba. De modo que la preparación en Alemania se limitaba a correr (cuando no había un metro de nieve en las calles, aceras y parques cercanos al hotel, claro está), nadar (dedicaré un capítulo específico a las piscinas alemanas y al “german way of life”) y hacer un poco de trabajo de fuerza con los vídeos del INSANITY (creo que merecerá también una entrada específica). Así que he entrenado todo lo posible dadas las circunstancias, oiga. Mucha “caña” los fines de semana a la bici y aprovechando para tomar parte en alguna que otra carrera popular, fundamentalmente medios maratones, para ir metiendo volumen a mis entrenamientos. En definitiva, he hecho lo que he podido, además los fines de semana eran para estar con Ruth, la gran sufridora de toda esta historia, máxime teniendo en cuenta que entre unas cosas y otras llevo año y medio fuera de España por temas laborales y su nivel de aguante está llegando al límite, algo totalmente comprensible. De modo que esta 1ª entrada del blog se la dedico a ella, y le doy las gracias por aguantarme y por aguantar mis tonterías, mis retos deportivos, mi devoción por el Atleti y por lo que venga en el futuro, que alguna gilipollez nueva se nos ocurrirá, seguro.

Ruth está también ilusionada por el viaje a Lisboa, no por el triatlón en sí, que se la “pela”, como todo lo relacionado con el deporte, sino por los 5 días que pasaremos juntos allí con la excusa del medio Ironman. Le he prometido que apenas tendré que entrenar los días previos y que intentaré aburrirla lo menos posible con el triatlón y la madre que lo parió. 

10 días y si Dios quiere (y si no, también) cruzaré esa línea de meta y me volverá a invadir esa sensación de satisfacción y felicidad absoluta, como la 1ª vez que hice un 10K, o terminé la “Behobia” (merecerá capítulo aparte), o aquel medio maratón en el que batí mi marca personal…incluso cuando no se ha dado bien y he acabado muerto y/o con un resultado malo, como en mi 2ª “Behobia” o en mi lamentable debut en un triatlón distancia “sprint” el año pasado. Lo importante es acabar, cruzar la línea de meta, por eso no me he retirado nunca hasta la fecha y he aquí el porqué de la frase que da título a este blog. Cruzar la línea de meta es una sensación indescriptible, tanto si lo has hecho bien como si no fue lo que esperabas. Cuando cruzas y tu corazón baja sus pulsaciones y te invade el cansancio, durante unos minutos flotas, si te pincharan con una aguja ni sangrarías…siempre el mismo ritual, casi mecánico, como un autómata recoges tu camiseta de “finisher”, con o sin medalla, tu bolsa de avituallamiento final, buscas como un loco la botella de agua o isotónico, te la bebes de un trago, estiras un poco y vuelves a decirte “otra vez lo has conseguido Dani, increíble…”.
En fin, que me lío y como 1ª entrada del blog creo que es suficiente. Me quedan muchas cosas que compartir con todo aquel que quiera leerme, incluso si únicamente lo hago yo me servirá como ejercicio de auto-motivación. Será un largo camino el que me llevará a tomar parte en un Ironman el próximo 5 de octubre. Un camino que dio comienzo tres años atrás, cuando decidí inscribirme a la “Behobia” edición 2010 y pesaba la friolera de 108kgs. Hoy, tres años más viejo y con 20 kgs menos en la “mochila”, estoy convencido de que ese 5 de octubre escucharé eso de “YOU ARE AN IRONMAN” cuando cruce la línea de meta…aunque pensándolo bien, teniendo en cuenta que la carrera no pertenece a la franquicia IRONMAN, y que se celebra en Huelva, probablemente será algo así como…”QUILLO (o PISHA) TÚ ERES LA POLLA…”, que para el caso es lo mismo y también me vale…